Umibozu
El Naufragio
26-09-2024, 01:12 AM
¿Cómo algo tan pequeño podía ser tan increíblemente molesto, persistente y… sorprendente? Si aquel diminuto ser no estaba en mi estómago, debía estar en la boca. Paseé la lengua entre los dientes buscando al Contaminador de Océanos, pues ahora que me percataba el sonido salía directamente de la boca y no desde la garganta. Debía haberse quedado entre los dientes cuando lo había lanzado a la boca para tragármelo y muy astutamente haberse quedado ahí esperando su oportunidad de… ¿emborracharme? – Shohohohoho – reí a carcajada limpia echando la cabeza hacia atrás ante la mera idea de que algo tan pequeño hubiera pensado si quiera que podría emborracharme generando esas cantidades de alcohol. Aquello haría que si no quería acabar devorado en serio, el tontatta tendría que agarrarse a alguno de los puntiagudos dientes. El tiempo me sacaría del error y me demostraría que aún con su corta estatura, aquel ser al que llamaría poco después Nanoplancton sí sería capaz de emborracharme, pero eso quedaba para el futuro.
La actitud menos beligerante y su disculpa, aparentemente sincera, hizo que me tomara la situación de otra manera en esta ocasión. También reflexioné fugazmente en cómo había llegado a mí aquel enano y cuáles eran las probabilidades de que al engullirlo se quedara entre los dientes. ¿Acaso no sería una broma del mismísimo Océano? Como bien sabía sus corrientes eran inescrutables - ¿Y sí… lurk? – en ese momento la idea cruzó mi mente como una revelación. ¿Y si en lugar de tratarse de un ser demoníaco al que destruir el Mar había querido juntarme con él? Los caprichos del azar y del mar podían resultar, en ocasiones, tremendamente irónicos.
-¿El largo-lurk? – estallé en otra carcajada con la que difícilmente pude lidiar hasta varios minutos más tarde - Haré lo que pueda-lurk, pero no prometo nada-lurk. – respondí a su petición de no comérmelo. Tampoco es que tuviera especial interés en ese momento, no me iba a alimentar en absoluto, pero sí lo tenía en mantenerlo en la boca para continuar disfrutando del sabor del licor de algas – Yo soy Umibozu-lurk – me presenté - ¿Crees que podrías mezclar el licor de algas con un poco de ron dulce? – ignoré sus halagos y adulaciones. Intuía que tan solo pretendía regalarme el oído, ese mismo que horas antes había intentado destrozarme con una ensalada de golpes y gritos, para evitar que lo deglutiera en ese preciso instante. Tampoco se le podía culpar, la verdad – Y dime-lurk, ¿cómo es eso de los brebajes, oh gran Tofun, también llamado el Largo-lurk? – el tono irónico y burlón era evidente
La actitud menos beligerante y su disculpa, aparentemente sincera, hizo que me tomara la situación de otra manera en esta ocasión. También reflexioné fugazmente en cómo había llegado a mí aquel enano y cuáles eran las probabilidades de que al engullirlo se quedara entre los dientes. ¿Acaso no sería una broma del mismísimo Océano? Como bien sabía sus corrientes eran inescrutables - ¿Y sí… lurk? – en ese momento la idea cruzó mi mente como una revelación. ¿Y si en lugar de tratarse de un ser demoníaco al que destruir el Mar había querido juntarme con él? Los caprichos del azar y del mar podían resultar, en ocasiones, tremendamente irónicos.
-¿El largo-lurk? – estallé en otra carcajada con la que difícilmente pude lidiar hasta varios minutos más tarde - Haré lo que pueda-lurk, pero no prometo nada-lurk. – respondí a su petición de no comérmelo. Tampoco es que tuviera especial interés en ese momento, no me iba a alimentar en absoluto, pero sí lo tenía en mantenerlo en la boca para continuar disfrutando del sabor del licor de algas – Yo soy Umibozu-lurk – me presenté - ¿Crees que podrías mezclar el licor de algas con un poco de ron dulce? – ignoré sus halagos y adulaciones. Intuía que tan solo pretendía regalarme el oído, ese mismo que horas antes había intentado destrozarme con una ensalada de golpes y gritos, para evitar que lo deglutiera en ese preciso instante. Tampoco se le podía culpar, la verdad – Y dime-lurk, ¿cómo es eso de los brebajes, oh gran Tofun, también llamado el Largo-lurk? – el tono irónico y burlón era evidente