Atlas
Nowhere | Fénix
26-09-2024, 11:53 AM
Tu torbellino de cortes logra detener el intento de agarre que tu enemigo intenta realizar sobre ti, así como la patada que te intentaba propinar en la cabeza. Por el contrario, Punk Rocket sale despedido y colisiona contra una de las viviendas cercanas. Las tachuelas metálicas de sus púas quedan incrustadas un momento en la pared, lo que deja al pepino de mar suspendido sobre el suelo a un par de metros durante un breve instante antes de que, con evidente gesto de dolor en su rostro, se vuelva a levantar para encararte. Tal vez la segunda personalidad de Paprika no sea el ser más amigable del mundo, pero debemos reconocerle el coraje de levantarse de nuevo después de llevarse semejante golpe.
,En su rostro puedes preciar la fatiga y el cansancio producto de las lesiones sufridas y el esfuerzo realizado. Asimismo, gotas de sangre recorren su anatomía, en su mayoría secas, mientras algunas otras se deslizan lentamente por sus miembros hasta perlar el suelo de color carmesí. A tu alrededor, los lugareños aúllan en señal de victoria por el golpe propinado al ser abisal. Sin embargo, Punk Rocket no les presta la menor atención y sólo se fija en ti. Respira entrecortadamente, como si intentase inspirar el aire más rápido para recuperar fuerza a mayor velocidad. Todos sabemos que eso no funciona así, pero aun así él lo intenta. Sí, se le ve alguien bastante orgulloso.
Para cuando la polvareda se ha dispersado del todo el bullicio de los espectadores se ha reducido hasta casi extinguirse por completo. Una nueva calma ansiosa reina en el lugar, con decenas de pares de ojos saltando entre tu figura y la del pepino de mar que aún se empeña en plantarte cara. En el encargo que se te hizo llegar se hablaba de la posibilidad de entregar al supuesto —y ya has visto que no tanto— criminal vivo o muerto, pero a poco que tengas dos ojos en la cara —y con uno también te bastaría— podrás apreciar que cuantos os observan quieren verle muerto.
Por primera vez desde que ha iniciado el combate, Punk Rocket no se mueve un ápice. Miento, sí que hace un movimiento, pero no en tu dirección. El pepino de mar clava una rodilla en el suelo en un intento de buscar toda la estabilidad posible. Al mismo tiempo, lleva su mano derecha a junto a su torso y pliega el cuerpo sobre ella, como si pretendiese ocultarla. Se queda ahí, quieto y en espera de... Bueno, la verdad es que no tengo demasiado claro qué está esperando. ¿Se habrá rendido? No tiene mucha pinta, pero vete tú a saber.
,En su rostro puedes preciar la fatiga y el cansancio producto de las lesiones sufridas y el esfuerzo realizado. Asimismo, gotas de sangre recorren su anatomía, en su mayoría secas, mientras algunas otras se deslizan lentamente por sus miembros hasta perlar el suelo de color carmesí. A tu alrededor, los lugareños aúllan en señal de victoria por el golpe propinado al ser abisal. Sin embargo, Punk Rocket no les presta la menor atención y sólo se fija en ti. Respira entrecortadamente, como si intentase inspirar el aire más rápido para recuperar fuerza a mayor velocidad. Todos sabemos que eso no funciona así, pero aun así él lo intenta. Sí, se le ve alguien bastante orgulloso.
Para cuando la polvareda se ha dispersado del todo el bullicio de los espectadores se ha reducido hasta casi extinguirse por completo. Una nueva calma ansiosa reina en el lugar, con decenas de pares de ojos saltando entre tu figura y la del pepino de mar que aún se empeña en plantarte cara. En el encargo que se te hizo llegar se hablaba de la posibilidad de entregar al supuesto —y ya has visto que no tanto— criminal vivo o muerto, pero a poco que tengas dos ojos en la cara —y con uno también te bastaría— podrás apreciar que cuantos os observan quieren verle muerto.
Por primera vez desde que ha iniciado el combate, Punk Rocket no se mueve un ápice. Miento, sí que hace un movimiento, pero no en tu dirección. El pepino de mar clava una rodilla en el suelo en un intento de buscar toda la estabilidad posible. Al mismo tiempo, lleva su mano derecha a junto a su torso y pliega el cuerpo sobre ella, como si pretendiese ocultarla. Se queda ahí, quieto y en espera de... Bueno, la verdad es que no tengo demasiado claro qué está esperando. ¿Se habrá rendido? No tiene mucha pinta, pero vete tú a saber.