Shiro
Ninguno
27-09-2024, 05:31 AM
Tras reunirse con la pareja, Lance no tardó en buscar un sitio donde los tres pudiesen reunirse para proseguir hablando. A Shiro le hubiese gustado marcharse de allí cuanto antes, aún tenía que controlar la vergüenza por lo que acababa de pasarle y preferiría encontrarse lo más lejos posible de las personas que aún le lanzaba miradas furtivas mientras se tapaban la boca en un gesto inútil de taparse las risas, pero por otro lado, también quería ser agradable con las personas que lo habían ayudado, así que prosiguió haciendo alarde de fuerza de voluntad y se sentó junto a Juuken y Lance alrededor de la mesa que había escogido este último.
El peliblanco, una vez tomaron asiento, preguntó a los más jóvenes que les había parecido el concurso y si estaban dispuestos a repetir, a lo que Shiro no pudo hacer otra cosa que sumarse a los comentarios del pelinegro.
- Creo que no volveré a comer tanto nunca… Aún siento que voy a explotar - respondió el joven mientras se sujetaba el estómago inconscientemente.
Durante un momento, la mirada del peliblanco se cruzó con la de Juuken y pudo sentir cómo conectaba con él durante un instante. Fue un momento fugaz de complicidad que descolocó un poco al muchacho. Desde sus nakamas muertos y Akari no había vuelto a sentirse así, por lo que se sorprendió a sí mismo sonriendo a pesar del malestar que tenía cuando este le felicitó como si fuesen amigos de la infancia.
- Gracias, Juuken, tú también lo has hecho muy bien - contestó el muchacho cumpliendo con el comentario. En verdad, Shiro no sabía en qué puesto había quedado Juuken. Había sido poseído por el demonio de la comida durante el concurso y apenas había tenido tiempo para respirar siquiera, por lo que mucho menos fijarse en su alrededor. - Pero te puedo asegurar que eso no es nada, solo ha sido cantidad a pesar de tener una calidad aceptable - prosiguió dejándose llevar por el tema de la comida. Shiro estaba bastante orgulloso de sus cualidades de cocinero y por alguna extraña razón quería dejar patente a la pareja que no era un simple chico muerto de hambre que no sabía seguir un plano. - Yo podría cocinar algo mucho mejor si tuviera ingredientes con lo que trabajar - aseguró el peliblanco con la seguridad que le proporcionaban sus habilidades. - Puedo apostar lo que queráis a que podría cocinar algo que haría que se os olvide el concurso en apenas unos bocados.
El peliblanco, una vez tomaron asiento, preguntó a los más jóvenes que les había parecido el concurso y si estaban dispuestos a repetir, a lo que Shiro no pudo hacer otra cosa que sumarse a los comentarios del pelinegro.
- Creo que no volveré a comer tanto nunca… Aún siento que voy a explotar - respondió el joven mientras se sujetaba el estómago inconscientemente.
Durante un momento, la mirada del peliblanco se cruzó con la de Juuken y pudo sentir cómo conectaba con él durante un instante. Fue un momento fugaz de complicidad que descolocó un poco al muchacho. Desde sus nakamas muertos y Akari no había vuelto a sentirse así, por lo que se sorprendió a sí mismo sonriendo a pesar del malestar que tenía cuando este le felicitó como si fuesen amigos de la infancia.
- Gracias, Juuken, tú también lo has hecho muy bien - contestó el muchacho cumpliendo con el comentario. En verdad, Shiro no sabía en qué puesto había quedado Juuken. Había sido poseído por el demonio de la comida durante el concurso y apenas había tenido tiempo para respirar siquiera, por lo que mucho menos fijarse en su alrededor. - Pero te puedo asegurar que eso no es nada, solo ha sido cantidad a pesar de tener una calidad aceptable - prosiguió dejándose llevar por el tema de la comida. Shiro estaba bastante orgulloso de sus cualidades de cocinero y por alguna extraña razón quería dejar patente a la pareja que no era un simple chico muerto de hambre que no sabía seguir un plano. - Yo podría cocinar algo mucho mejor si tuviera ingredientes con lo que trabajar - aseguró el peliblanco con la seguridad que le proporcionaban sus habilidades. - Puedo apostar lo que queráis a que podría cocinar algo que haría que se os olvide el concurso en apenas unos bocados.