Hay rumores sobre…
... que en una isla del East Blue puedes asistir a una función cirquense.
[Común] [Entrenamiento] Cuando las ideas se defienden con sangre.
Octojin
El terror blanco
Personaje


La ira inundaba la mente de Octojin mientras se alejaba de la zona. Las palabras de Camille intentaban calmarlo, pero no tenían el impacto suficiente para sofocar el fuego que ardía dentro de él. Seguía dándole vueltas al disparate que Atlas había soltado. ¿Dónde había quedado aquel Atlas que conoció en los muelles de Loguetown? Aquel que tenía un interés genuino por la Marina, por las personas que la componían, y que cuestionaba lo que hacían allí sin ser un mero títere del sistema. Lo que había escuchado en ese momento no era ni la sombra de ese hombre.

El tiburón siguió caminando, intentando alejar esos pensamientos de su mente, algo que sin duda facilitaría esa acción era seguir con su trabajo de carpintería . Notaba cómo sus músculos se tensaban, sus puños, que permanecían apretados alrededor del pilar de madera que cargaba, iban poco a poco ejerciendo más presión, sin que fuera consciente. No entendía cómo Atlas podía pensar de esa manera, cómo podía siquiera imaginar un mundo donde todos se sometieran a una única voz. ¿Qué estupidez era esa?. No hacía más que preguntárselo una y otra vez, incapaz de comprender cómo alguien podía albergar esas ideas en su mente. El simple hecho de verbalizarlas era suficiente como para hacerse a la idea de que, en algún momento, las había tenido en cuenta.

A lo lejos, escuchó la voz de Atlas que intentaba justificar sus palabras. El humano alegaba que no tenía por qué enfadarse, que ninguno de los allí presentes querría algo así. Pero Octojin no pudo procesar más; fue entonces cuando algo lo sacó de sus pensamientos. Sintió un impacto repentino en su mentón. El dolor fue agudo, inesperado. Y tras ello, el objeto que le impactó cayó al suelo ¿Una piedra? ¿Le había lanzado una piedra?

El tiburón se giró con una furia descomunal en su mirada, buscando al responsable. Sus ojos se clavaron en Atlas, quien parecía haber sido el lanzador. ¿Cómo se atrevía? ¿Cómo osaba atacarlo de esa forma después de lo que había dicho? Una furia oscura y primitiva se despertó dentro de Octojin, y ya no pudo contenerla.

—¡¿CÓMO TE ATREVES?! —rugió, con una voz profunda y llena de ira.

Sin pensarlo dos veces, levantó el pilar de madera que tenía en la mano y lo lanzó con toda su fuerza hacia Atlas. El enorme trozo de madera cortó el aire con un silbido, dirigiéndose hacia el humano con una velocidad y poder que dejaban claro el estado del tiburón. No satisfecho con eso, Octojin lanzó el martillo que tenía en la otra mano inmediatamente después. En ese momento, ya no le importaba nada más. Estaba cegado por la ira y el desprecio.

—¡Eres un hipócrita! —gritó mientras comenzaba a correr hacia Atlas a gran velocidad, impulsándose en sus piernas con una fuerza sobrehumana. El suelo temblaba ligeramente con cada paso que daba, mientras las tablas crujían bajo su peso—. ¡Un falso que habla de justicia y luego lanza piedras como un cobarde!

Los músculos de Octojin se tensaban mientras corría, su mandíbula apretada y sus ojos llenos de una furia que solo se ve en las criaturas más feroces del océano. No le importaba la calma que Camille había intentado traer; no le importaba si Atlas se disculpaba o daba excusas. Lo único que le importaba ahora era hacer que su ira se sintiera, que su indignación se descargara sobre el humano.

Mientras avanzaba hacia Atlas, siguió gritando, mientras su voz ejercía la fuerza de su enojo, y el suelo sufría la ira de su peso.

—¡Hablas de orden y sentido común! ¡¿Acaso entiendes lo que significa realmente?! ¡Gente como tú es la que destruye el mundo y luego se esconde detrás de discursos vacíos!

El gyojin seguía avanzando mientras la distancia entre él y Atlas se iba acortando rápidamente. La sangre hervía en sus venas, cada fibra de su ser clamaba por soltar todo el desprecio y el dolor acumulado por las palabras y acciones de Atlas. Y no se iba a detener, no hasta que sintiera que había dejado clara su postura, no hasta que aquella falsa imagen de superioridad del humano se rompiera en pedazos.

En ese momento, ni la oni, ni ningún marine más le importaban, solo golpear a ese estúpido humano llamado Atlas que alguna vez le cayó bien. Él había sido, en parte, causante de que el gyojin se alistase en la marina. Y, aunque había visto la verdad en sus ojos cuando hablaron por primera vez...  ¿Fue acaso un trapo sucio? ¿Una simple mentira para manipularle?

Aquello no tenía buena pinta, la verdad. Pero si una cosa estaba segura, es que el tiburón no pararía su ofensiva de ningún modo. Había llegado a un nivel de ira en el cual estaba cerca de no controlarse. Si bien había pocos temas que le sacaran de sus casillas de tal manera, aquél era uno de ellos. Y vaya si lo había hecho.

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RE: [Entrenamiento] Cuando las ideas se defienden con sangre. - por Octojin - 27-09-2024, 04:02 PM

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