Octojin
El terror blanco
27-09-2024, 04:58 PM
(Última modificación: 27-09-2024, 04:59 PM por Octojin.)
KGY300
GYOJIN KARATE
Pasiva
Tier 3
No Aprendida
Las técnicas del estilo emplean el elemento agua en ellas, con lo cual serán capaces de golpear a los usuarios de Akuma no Mi que normalmente contarán con ciertas inmunidades tangibles con normalidad. Por otro lado, siempre que se encuentre en el agua o tenga una fuente de agua de al menos 10 litros a 30 metros, sus técnicas físicas basadas en la utilización del cuerpo causan +40 de Daño adicional y costarán -5 Energía (Hasta un mínimo de 5 Energía). Obtiene [Colisión] +50 en tus ataques cuerpo a cuerpo con el estilo.
Octojin, desde la profundidad del mar, escuchó el sonido del crujido del barco pirata, que resonaba en su mente como una melodía victoriosa. Sentía una oleada de orgullo al ver cómo las grietas que había golpeado en el casco del navío se expandían, dejando claro que el barco iba a hundirse más pronto que tarde. La tripulación pirata, consciente de su inminente derrota, se desmoronaba en cubierta. Las voces de dos mujeres resonaban como un eco distante mientras ordenaban la evacuación con rapidez a la par que exigían refuerzos de manera urgente.
Contento, el escualo pensó que lo había logrado. Había sido de gran ayuda para sus compañeros, que por el momento, no tendrían que sufrir de más cañonazos. Notó entonces una gran satisfacción que le recorrió todo el cuerpo. Sus manos, cubiertas de Haki, habían hecho su trabajo y ahora el enemigo se estaba desmoronando. Pero justo cuando empezaba a considerar si avisar a sus compañeros de su éxito, sintió que algo no iba bien.
Su plan mental era destruir el barco y huir hacia la costa, para reunirse con sus compañeros, contarles que su plan había ido bien y ayudarles, ya que a juzgar por la llamada de Den Den Mushi que había hecho Ray, la necesitaban.
Pero si con algo no contaba ese plan, era con la velocidad asombrosa de la nutria, que, de repente, lanzó dos proyectiles acuáticos que se aproximaron hacia él a una enorme velocidad. No tuvo tiempo de reaccionar, apenas una fracción de segundo para percibir las ondas en el agua antes de que lo golpearan directamente en el torso. El impacto fue brutal, obligándolo a retroceder varios metros. El dolor recorrió su cuerpo, sintiendo cómo la fuerza del ataque había penetrado incluso su gruesa piel, provocando más dolores de los que pensó en un primer momento.
El habitante del mar apretó con fuerza los dientes a la par que sus ojos se abrieron con furia mientras se tambaleaba por el retroceso. No podía permitirse ceder terreno, no después de haber logrado hundir el barco enemigo. Entonces, algo captó su atención. A través del agua, más allá del torbellino de su propio dolor percibió un movimiento. Era sin duda la nutria. Se acercaba a gran velocidad, sus movimientos eran casi imperceptibles, pero había algo que traicionaba a la mink. Octojin olfateó el agua, y ahí estaba, el olor de su adversario que se filtraba entre la salinidad del mar.
"Ahí estás..." pensó el gyojin, enfocando todos sus sentidos en su oponente.
La nutria se lanzó hacia él con ambas manos extendidas en un intento de darle un golpe devastador, que parecía tener la intención de ser doble. Octojin se preparó, a pesar del dolor que recorría su cuerpo, la adrenalina era aún mayor. Rápidamente, concentró su energía en su brazo derecho, cubierto con una capa de Haki. Aun así, sabía que iba a ser complicado debido a la velocidad del mink, que se movía con la naturalidad y rapidez que el escualo solo había visto en una criatura del mar, lo que le llamó especialmente la atención.
La distancia entre ambos se cerraba cada vez más rápido. Octojin podía sentir el agua alrededor vibrando con la potencia del embate de la nutria. Pero no se iba a dejar vencer tan fácilmente. No podía caer allí, bajo aquél pretexto, en su propia zona. El agua y él eran uno, y aquello le debía mostrar a la nutria.
En el último momento, justo cuando la nutria estuvo a punto de impactar, Octojin levantó su puño cubierto de Haki. Todo parecía ralentizarse mientras se concentraba en el golpe que estaba a punto de realizar. Sintió el movimiento del agua a su alrededor y cómo las partículas se iban arremolinando y vibrando por la intensidad del enfrentamiento. La nutria era rápida, casi demasiado rápida para él, pero el tiburón había conseguido rastrearla por su olor y aquello le dio la pequeña ventaja que necesitaba para contrarrestar su ofensiva.
—¡Toma esto! —gruñó a la par que liberaba un fuerte golpe que se transmitió a través del agua, ganando más fuerza.
KGY402
GYOJIN KARATE
Ofensiva Activa
Tier 4
No Aprendida
50
2
Un fuerte impacto que se transmite a través de las partículas de agua presentes en el cuerpo y aire que rodea al objetivo logrando que el golpe del usuario lo [Derribe] y [Empuje] hasta 10 metros.
Golpe Básico + [FUEx2,9] de [Daño Contundente]
La onda de impacto se propagó en todas las direcciones, teniendo como intención chocar directamente con el embate de la nutria. Por un instante, ambos golpes colisionaron, creando un fuerte estruendo y un remolino bajo el agua. La presión era intensa, empujando a ambos combatientes hacia sus límites, hasta unos niveles que rozaban lo inhumano. El tiburón sintió que le costaba mantener la fuerza de su golpe, pero se aferró a su resolución con todo lo que tenía, recordando que no podía ceder en aquél momento, dejando que la potencia de su técnica recorriera el aire y el agua que lo rodeaban.
Si finalmente su técnica prevalecía, una onda expansiva se liberaría del choque, la cual empujaría a la nutria hacia atrás, derribándola y enviándola a una distancia considerable, unos diez metros, mientras el agua burbujearía y se agitaría por la fuerza del impacto. El escualo, por su parte, se quedaría en su posición, respirando con dificultad mientras adoptaba una postura defensiva.
Respirando con cierta dificultad tras el reciente intercambio, el habitante del mar mantenía la mirada fija en la nutria. Algo no cuadraba. La forma en que su oponente se lanzaba hacia él era demasiado frenética, carente de estrategia. Actuaba como un animal acorralado más que como un guerrero con conciencia. Mientras el gyojin permanecía en guardia, recordó los movimientos de la nutria con mayor detenimiento. Notó que sus ojos parecían nublados, como si estuvieran velados por un instinto que no era el suyo. No parecía estar luchando por su propia voluntad, eso estaba claro. Aquello le hizo sentir una punzada en el pecho, que se fue extendiendo por todo el cuerpo. Aquella criatura no era un enemigo; era una víctima.
De repente, un destello de memoria le golpeó la mente al gyojin. Recordó la conversación que escuchó en cubierta, la discusión apresurada de los piratas cuando mencionaron que debían liberarla. La nutria... Había estado enjaulada. La imagen se formó clara y dolorosa en su mente: su rival era, en realidad, una prisionera obligada a pelear por aquellos que la habían reducido a una mera herramienta. El instinto asesino que había sentido antes se transformó en un doloroso aguijón de empatía. "Esclavos..." pensó con ira, comprendiendo al fin la naturaleza de ese enfrentamiento. Ya no estaba ante un enemigo; estaba ante alguien que necesitaba ser salvado. Pero para ser salvado, debía ser primero vencida, y de tal modo recuperaría la capacidad de pensar por sí sola. Quién sabe, quizá incluso podría unirse a ellos en el futuro.
Sus ojos, inyectados de determinación, se centrarían tras sus pensamientos en la figura de su adversario. Había sido un intercambio complicado y la nutria era un rival formidable. Octojin no podía subestimarla bajo ningún concepto, no podía permitirse otro descuido, porque le podía salir mucho más caro. Ahora, en una postura defensiva se preparaba para lo que vendría. Sabía que la lucha no había terminado y que tendría que darlo todo para proteger a sus compañeros y asegurar la victoria.