El panda con los ahorros de su trabajo en el reino de Oykot, compro un pequeño barco humilde y zarpo hacia DemonThooh. Habia escuchado rumores de una gran selva en el interior de esa isla, donde segun decian había una abundante selva con un gran numero de plantas exóticas y vegetación. Naturalmente, el interes de Panda estaba en recolectar algo de Bambu, su preciado nectar de vida ya que le quedaban apenas unas raciones para unos dias más en alta mar y ya luego sufriría una gran abstinencia incontrolable. Además el hambre de panda también era un problema en si mismo por lo que intentaria conseguir frutas y plantas diversas en lo que estaba.
Mientras bajaba en el puerto de la ciudad escucho que unos marineros hablaban de un tal "Loto carolino" una planta medicinal de alto valor pero difícil de encontrar. Panda no era ningún experto por lo que difícilmente podria diferenciar un helecho de un tomate, pero si podía encontrar algo de valor naturalmente aprovecharía para sacar tajada.
De esta forma, Panda, con su olfato desarrollado y su gran afinidad con los animales, podía hacerse paso con facilidad por la densidad de aquel bosque sin problemas, obviamente llevaba su escudo y nudilleras, no sea cosa que algún bicho grandote le quiera dar pelea. Tambien llevaba una sutil bufanda verde en el cuello y en el centro de su pecho se dejaba ver su marca de ex-esclavo.
Panda continuo caminando hasta que escucho unos pasos cercanos, ¿acaso habia más personas en aquel denso bosque?.
Olfateando pudo percibir el olor de una ardillita, pero un segundo olfateo le hizo sentir algo más, que seria... una mujer eso es!
Y en eso escucho el grito de una chica.
-Ay a mi también me asusto- Dijo Panda saliendo de entre la maleza.
-Hay que tener mucho cuidado, en este denso bosque uno nunca sabe con que se va a encontrar no?- Dijo Panda
-Por cierto, ¿como estas? me llamo Panda-
Mientras bajaba en el puerto de la ciudad escucho que unos marineros hablaban de un tal "Loto carolino" una planta medicinal de alto valor pero difícil de encontrar. Panda no era ningún experto por lo que difícilmente podria diferenciar un helecho de un tomate, pero si podía encontrar algo de valor naturalmente aprovecharía para sacar tajada.
De esta forma, Panda, con su olfato desarrollado y su gran afinidad con los animales, podía hacerse paso con facilidad por la densidad de aquel bosque sin problemas, obviamente llevaba su escudo y nudilleras, no sea cosa que algún bicho grandote le quiera dar pelea. Tambien llevaba una sutil bufanda verde en el cuello y en el centro de su pecho se dejaba ver su marca de ex-esclavo.
Panda continuo caminando hasta que escucho unos pasos cercanos, ¿acaso habia más personas en aquel denso bosque?.
Olfateando pudo percibir el olor de una ardillita, pero un segundo olfateo le hizo sentir algo más, que seria... una mujer eso es!
Y en eso escucho el grito de una chica.
Cita:me asusté para nada..
-Ay a mi también me asusto- Dijo Panda saliendo de entre la maleza.
-Hay que tener mucho cuidado, en este denso bosque uno nunca sabe con que se va a encontrar no?- Dijo Panda
-Por cierto, ¿como estas? me llamo Panda-