Lobo Jackson
Moonwalker
28-09-2024, 09:39 PM
La suave brisa marina se abrió paso a través de sus adoloridas fosas nasales, purificando la peste provocada por el pescado podrido de cada receptor olfativo hasta que, al fin, sintió que podía volver a respirar con normalidad. Incluso después de salir al aire libre, todavía notaba sus rodillas débiles, las manos sudorosas y el estómago ligeramente acalambrado.
Hizo acopio de toda su fuerza de voluntad para sobreponerse ante el malestar y cuidar de su pequeño compañero de cola anillada.
-Qué coño.... Joder eh. - El lobo sintió la mano del pequeño mapache sobre su hombro, llamando su atención. -¿Nos intentaron envenenar o qué?... No creo, estaría peor. ¿Y los demás? Joder eh-
Esa era una buena pregunta, ¿quién necesitaría tal cantidad de fuguström para una fiesta? Por mucho que los balleneros se jactaran de adorar su platillo, ¿no sería contraproducente para los que no quisieran comer? Sería bastante desagradable... Aunque, tal vez, le estaba dando vueltas innecesarias a una pregunta que no iba más allá de una apreciación casi fanática por la "delicatesen" de Oykot.
En cualquier caso, ¿qué estarían haciendo Hato y Lemon? Esperaba que ellos tuvieran más suerte soportando el aroma, ¿eran ellos la causa de ese constante martilleo que parecía sacudir la taberna desde adentro?
-¿Maldita sea jeje, me desmaye? Vaya gran revolucionario jajajaj. Joder eh-. Su camarada de antifaz peludo parecía estar de buen humor, lo cual se traducía en que él también estaba superando el malestar de la peste.
- Eres un gran revolucionario, no me cabe duda-gara. - Le dijo Jackson. - Además, con todo lo que has planificado nos irá de perlas cuando empecemos a llamar la atención-gara. -
De pronto, el sonido de su Den Den Mushi solicitó su atención y se apresuró a responder. El caracol, con aquella expresión alegre, dijo: - La tortuga casi ha puesto el huevo. ¿Cómo va el nido del conejo? -
Antes de que pudiera contestar, un apresurado y estrepitoso golpeteo que provenía de la taberna y aumentaba en su intensidad le instó a prestar atención. Alarmado, el mink tendió el Den Den a su compañero mapachuno. - Toma Rocket, contesta por mí-gara, voy a ver qué pasa adentro-gara. -
Y tras ceder la responsabilidad de la comunicación a Rocket, atravesó el umbral de la taberna donde el hombre había dejado de limpiar sus vasos y parecía estar observando lo que ocurría escaleras abajo. Antes de que pudiera preguntar qué ocurría, la cabeza de Lemon surgió desde los escalones a toda prisa mientras sujetaba con todas sus fuerzas el extraño abultamiento bajo su chaqueta. Apenas tuvieron tiempo de intercambiar una mirada cuando vio de refilón el interior de su chaqueta, completamente llena de fuegos artificiales.
- ¿Qué...? - Se preguntó Lobo, viendo como Lemon salía por la puerta justo cuando el inequívoco brillo del fuego accidental provocó un destello desde las entrañas de la taberna. - Oh... OH.... ¡¡OH!! -
- Señor, será mejor que salga cagando leches de aquí-gara. - Dijo el mink al tabernero mientras buscaba a Hato con la mirada, esperando verla aparecer por las escaleras de un momento a otro.
Si no, iría a buscarla para salir juntos de la taberna, que muy probablemente acabaría devorada por las llamas. O peor aún, se convertiría en la primera taberna en despegar hacia la Luna. Por si acaso, también se preparó para agarrar al tabernero y sacarlo en volandas como una princesa, no fuera que sus piernas no le dieran tiempo a alejarse lo suficiente de aquella explosión en potencia.
Pero si de algo estaba seguro el mink, era de que los equipos A y B iban a tener una distracción digna de un reportaje en el SEKEI.
Hizo acopio de toda su fuerza de voluntad para sobreponerse ante el malestar y cuidar de su pequeño compañero de cola anillada.
-Qué coño.... Joder eh. - El lobo sintió la mano del pequeño mapache sobre su hombro, llamando su atención. -¿Nos intentaron envenenar o qué?... No creo, estaría peor. ¿Y los demás? Joder eh-
Esa era una buena pregunta, ¿quién necesitaría tal cantidad de fuguström para una fiesta? Por mucho que los balleneros se jactaran de adorar su platillo, ¿no sería contraproducente para los que no quisieran comer? Sería bastante desagradable... Aunque, tal vez, le estaba dando vueltas innecesarias a una pregunta que no iba más allá de una apreciación casi fanática por la "delicatesen" de Oykot.
En cualquier caso, ¿qué estarían haciendo Hato y Lemon? Esperaba que ellos tuvieran más suerte soportando el aroma, ¿eran ellos la causa de ese constante martilleo que parecía sacudir la taberna desde adentro?
-¿Maldita sea jeje, me desmaye? Vaya gran revolucionario jajajaj. Joder eh-. Su camarada de antifaz peludo parecía estar de buen humor, lo cual se traducía en que él también estaba superando el malestar de la peste.
- Eres un gran revolucionario, no me cabe duda-gara. - Le dijo Jackson. - Además, con todo lo que has planificado nos irá de perlas cuando empecemos a llamar la atención-gara. -
De pronto, el sonido de su Den Den Mushi solicitó su atención y se apresuró a responder. El caracol, con aquella expresión alegre, dijo: - La tortuga casi ha puesto el huevo. ¿Cómo va el nido del conejo? -
Antes de que pudiera contestar, un apresurado y estrepitoso golpeteo que provenía de la taberna y aumentaba en su intensidad le instó a prestar atención. Alarmado, el mink tendió el Den Den a su compañero mapachuno. - Toma Rocket, contesta por mí-gara, voy a ver qué pasa adentro-gara. -
Y tras ceder la responsabilidad de la comunicación a Rocket, atravesó el umbral de la taberna donde el hombre había dejado de limpiar sus vasos y parecía estar observando lo que ocurría escaleras abajo. Antes de que pudiera preguntar qué ocurría, la cabeza de Lemon surgió desde los escalones a toda prisa mientras sujetaba con todas sus fuerzas el extraño abultamiento bajo su chaqueta. Apenas tuvieron tiempo de intercambiar una mirada cuando vio de refilón el interior de su chaqueta, completamente llena de fuegos artificiales.
- ¿Qué...? - Se preguntó Lobo, viendo como Lemon salía por la puerta justo cuando el inequívoco brillo del fuego accidental provocó un destello desde las entrañas de la taberna. - Oh... OH.... ¡¡OH!! -
- Señor, será mejor que salga cagando leches de aquí-gara. - Dijo el mink al tabernero mientras buscaba a Hato con la mirada, esperando verla aparecer por las escaleras de un momento a otro.
Si no, iría a buscarla para salir juntos de la taberna, que muy probablemente acabaría devorada por las llamas. O peor aún, se convertiría en la primera taberna en despegar hacia la Luna. Por si acaso, también se preparó para agarrar al tabernero y sacarlo en volandas como una princesa, no fuera que sus piernas no le dieran tiempo a alejarse lo suficiente de aquella explosión en potencia.
Pero si de algo estaba seguro el mink, era de que los equipos A y B iban a tener una distracción digna de un reportaje en el SEKEI.