Shiro
Ninguno
29-09-2024, 03:29 PM
Pude notar como todo el jueguito mental que había montado Terence se iba al garete con una simple palabra del músico. Este, claramente temía más al tipo andrajoso que a nosotros, por lo que todo aquel rollo del tira y afloja mudo no sirvió de nada, ocasionando que quedáramos en una postura comprometida a pesar del evidente malestar que mostraba Rizzo. Estaba claro que había algo que a tanto a mi acompañante como a mí se nos escapaba… aunque no tardé en percatarme de qué se trataba. El tipo de cabello verde posaba un arma sobre la espalda del cantante. Busqué con la mirada a Terence en un intento desesperado de transmitirle la urgencia de lo que estaba pasando, pero por alguna extraña razón el muy estúpido se había quedado entrillado en aquel mutismo inicial mientras miraba a un punto fijo como si le hubiese dado un ataque mental. A pesar de la situación, pude evitar el extraño encuentro que tuve con la coja. Airgrid, creo recordar que se llamaba, la cual también sufrió un ataque catatónico muy similar.
- ¿Acaso hay alguna epidemia y no me he enterado? - pensé preocupado. Me había visto arrastrado hasta esta situación por culpa de Terence y ahora el muy capullo se quedaba sin hacer nada.
Se nos acababa el tiempo. Los tipos se disponían a marcharse y el mutismo de mi compañero había conseguido distraerme lo suficiente como para que estos se encaminasen ya hacia la puerta. Las opciones que quedaban eran pocas si no quería que el lechuguino se llevase al cantante… Y entonces llegó Juuken junto a la gyojin de antes, cuál ángeles salvadores otorgando el tiempo que necesitaba.
El pelinegro había llegado con su característica inocencia, entrometiéndose en medio de la situación como si nada, sin percatarse del todo lo que estaba pasando, al cual no tardó en unirse la chica de piel azul, apremiando al músico a que subiera con ella a cantar mientras lo agarraba del brazo. No sabía si la pareja venía a ayudar o terminar de conseguir que apuñalen al cantante, aunque claro, ellos tampoco eran conscientes del arma que tenía el peliverde.
Las dudas sobre qué hacer volvieron a mí. Por un lado, la intromisión de la gyojin si salía bien era magistral. Quitaría al cantante de las manos del tipo armado, alejándolo del peligro, pero dudaba que el lechuguino, dada la situación, fuese a dejar marcharse así como así a Rizzo. Ya había dejado claro antes que nos había visto a todos juntos, por lo que se lo tomaría como una estratagema más por nuestra parte y se enfadaría. Ya había demostrado tener poca paciencia y la tensión que había causado Terence no ayudaría. - Y el muy subnormal, ahí sigue sonriendo a la nada - pensé enfadado tras dedicarle un rápido vistazo antes de encaminarme rápidamente en dirección a la puerta, cortando la trayectoria de la pareja por si se zafaba de la gyojin y querían huir rápidamente. Comenzaba la función.
- ¡Socorro! ¡Qué alguien nos ayude! - grité a pleno pulmón mientras ponía cara de preocupación y señalaba con mano temblorosa al tipo de cabello verde. - ¡Ese tipo quiere secuestrar al cantante! - proseguí intentando hacerme oír por encima del ruido del bar. - ¡Va armado y ha dicho que lo matará si no va con él!
Era algo arriesgado, pero dada la situación poco más se me ocurría qué hacer. Con un poco de suerte el cantante era querido en el bar y la gente ayudaría a impedir que se lo llevasen.
- ¿Acaso hay alguna epidemia y no me he enterado? - pensé preocupado. Me había visto arrastrado hasta esta situación por culpa de Terence y ahora el muy capullo se quedaba sin hacer nada.
Se nos acababa el tiempo. Los tipos se disponían a marcharse y el mutismo de mi compañero había conseguido distraerme lo suficiente como para que estos se encaminasen ya hacia la puerta. Las opciones que quedaban eran pocas si no quería que el lechuguino se llevase al cantante… Y entonces llegó Juuken junto a la gyojin de antes, cuál ángeles salvadores otorgando el tiempo que necesitaba.
El pelinegro había llegado con su característica inocencia, entrometiéndose en medio de la situación como si nada, sin percatarse del todo lo que estaba pasando, al cual no tardó en unirse la chica de piel azul, apremiando al músico a que subiera con ella a cantar mientras lo agarraba del brazo. No sabía si la pareja venía a ayudar o terminar de conseguir que apuñalen al cantante, aunque claro, ellos tampoco eran conscientes del arma que tenía el peliverde.
Las dudas sobre qué hacer volvieron a mí. Por un lado, la intromisión de la gyojin si salía bien era magistral. Quitaría al cantante de las manos del tipo armado, alejándolo del peligro, pero dudaba que el lechuguino, dada la situación, fuese a dejar marcharse así como así a Rizzo. Ya había dejado claro antes que nos había visto a todos juntos, por lo que se lo tomaría como una estratagema más por nuestra parte y se enfadaría. Ya había demostrado tener poca paciencia y la tensión que había causado Terence no ayudaría. - Y el muy subnormal, ahí sigue sonriendo a la nada - pensé enfadado tras dedicarle un rápido vistazo antes de encaminarme rápidamente en dirección a la puerta, cortando la trayectoria de la pareja por si se zafaba de la gyojin y querían huir rápidamente. Comenzaba la función.
- ¡Socorro! ¡Qué alguien nos ayude! - grité a pleno pulmón mientras ponía cara de preocupación y señalaba con mano temblorosa al tipo de cabello verde. - ¡Ese tipo quiere secuestrar al cantante! - proseguí intentando hacerme oír por encima del ruido del bar. - ¡Va armado y ha dicho que lo matará si no va con él!
Era algo arriesgado, pero dada la situación poco más se me ocurría qué hacer. Con un poco de suerte el cantante era querido en el bar y la gente ayudaría a impedir que se lo llevasen.