Ray
Kuroi Ya
30-09-2024, 06:53 PM
Justo cuando todos se disponían a atacarle, el capitán pirata decidió desenmascararse frente a sus propios subordinados y comerse lo que parecía un muslo de pollo sin apenas masticarlo. En ese momento su cuerpo mutó, aumentando exponencialmente su masa muscular en apenas unos instantes, justo antes de ser alcanzado por los ataques de los marines. Dio la sensación de que aguantó bastante bien las acometidas, pero quedó muy claro que había sufrido mucho daño pese a ello.
Con lo que el joven de cabellos plateados no contaba era con que el falso vegano le estuviera esperando cuando se acercó a golpearle. Pese a todos los golpes que había recibido en apenas un suspiro había sido capaz de sobreponerse y, veloz como un halcón, lanzar su mano hacia el brazo derecho del marine. Este, pese a su extrema rapidez de reflejos y a que sus antenas detectaron un cambio en los movimientos de su enemigo, no fue capaz de evitarlo. Así el brazo de Ray quedó atrapado por la mano del corsario, en un momento de dolor extremo que se acompañó de un chasquido. Era probable que alguno de los huesos se le hubiese roto, o al menos fisurado, debido a la presión aplicada por Broco Lee. Este, no obstante, no había terminado. En un movimiento realmente rápido dirigió su puño derecho hacia el pecho del joven, que tan solo tuvo tiempo para cruzar su otro brazo por delante en un gesto defensivo casi innato, poniéndose en guardia para intentar mitigar en lo posible el golpe. Sin embargo aún así el impacto fue abrumador, desplazando su brazo izquierdo fácilmente contra su pecho y causándole un feroz estallido de dolor.
Al mismo tiempo en el que le golpeó, el pirata liberó su presa, por lo que el peliblanco salió despedido por los aires, volando casi una veintena de metros hasta poder recuperar el control de su trayectoria y frenarla, manteniéndose en vuelo gracias a sus alas.
El dolor en su brazo derecho y en su pecho latía, mandándole punzadas acompasadas con el ritmo de su corazón. No estaba habituado a ser alcanzado en combate, y menos aún por ataques tan poderosos. Por lo general solía resultarle sencillo esquivar las acometidas de sus enemigos y salir completamente ileso de ellas, pero debía reconocer que Broco era un luchador extremadamente rápido y hábil. Era la primera vez que se encontraba con alguien que igualara su velocidad, al menos mientras estaba transformado. Aunque el pirata hubiera demostrado sobradamente ser una persona despreciable, ese hecho en concreto no podía sino respetarlo. Era de justicia concederle ese mérito, aunque no tuviera nada que hacer al enfrentarse a su brigada.
En ese momento pudo fijarse en que los subordinados de Broco Lee renegaban de él tras haberse dado cuenta de que les había estado engañando durante todo ese tiempo al mismo tiempo que pedían perdón a Meethook por no haberle creído cuando trató de contárselo. Mientras tanto el capitán observaba aparentemente impertérrito. Parecía notablemente cansado, pues claramente el combate le estaba pasando factura. No podían dejarle descansar lo suficiente como para que se recuperase. Estaba en desventaja numérica, y tenían que hacer que la sintiera de verdad.
Así que el joven, sin hacer caso del agudo dolor que atenazaba su antebrazo derecho, se lanzó de nuevo al ataque. Sus movimientos eran tremendamente veloces y absolutamente silenciosos, esperando a que el pirata tuviera que enfrentarse a los golpes de Camille y Takahiro para, inmediatamente tras ellos, crear una imagen residual de sí mismo en la que su puño se dirigía hacia el rostro del falso vegano. Sin embargo esto solo ocultaría la realidad, que el verdadero puñetazo iba dirigido con una terrible fuerza hacia sus testículos. Y esperaba que este golpe fuera el definitivo, el que acabara con Broco Lee de una vez por todas.
Con lo que el joven de cabellos plateados no contaba era con que el falso vegano le estuviera esperando cuando se acercó a golpearle. Pese a todos los golpes que había recibido en apenas un suspiro había sido capaz de sobreponerse y, veloz como un halcón, lanzar su mano hacia el brazo derecho del marine. Este, pese a su extrema rapidez de reflejos y a que sus antenas detectaron un cambio en los movimientos de su enemigo, no fue capaz de evitarlo. Así el brazo de Ray quedó atrapado por la mano del corsario, en un momento de dolor extremo que se acompañó de un chasquido. Era probable que alguno de los huesos se le hubiese roto, o al menos fisurado, debido a la presión aplicada por Broco Lee. Este, no obstante, no había terminado. En un movimiento realmente rápido dirigió su puño derecho hacia el pecho del joven, que tan solo tuvo tiempo para cruzar su otro brazo por delante en un gesto defensivo casi innato, poniéndose en guardia para intentar mitigar en lo posible el golpe. Sin embargo aún así el impacto fue abrumador, desplazando su brazo izquierdo fácilmente contra su pecho y causándole un feroz estallido de dolor.
Al mismo tiempo en el que le golpeó, el pirata liberó su presa, por lo que el peliblanco salió despedido por los aires, volando casi una veintena de metros hasta poder recuperar el control de su trayectoria y frenarla, manteniéndose en vuelo gracias a sus alas.
El dolor en su brazo derecho y en su pecho latía, mandándole punzadas acompasadas con el ritmo de su corazón. No estaba habituado a ser alcanzado en combate, y menos aún por ataques tan poderosos. Por lo general solía resultarle sencillo esquivar las acometidas de sus enemigos y salir completamente ileso de ellas, pero debía reconocer que Broco era un luchador extremadamente rápido y hábil. Era la primera vez que se encontraba con alguien que igualara su velocidad, al menos mientras estaba transformado. Aunque el pirata hubiera demostrado sobradamente ser una persona despreciable, ese hecho en concreto no podía sino respetarlo. Era de justicia concederle ese mérito, aunque no tuviera nada que hacer al enfrentarse a su brigada.
En ese momento pudo fijarse en que los subordinados de Broco Lee renegaban de él tras haberse dado cuenta de que les había estado engañando durante todo ese tiempo al mismo tiempo que pedían perdón a Meethook por no haberle creído cuando trató de contárselo. Mientras tanto el capitán observaba aparentemente impertérrito. Parecía notablemente cansado, pues claramente el combate le estaba pasando factura. No podían dejarle descansar lo suficiente como para que se recuperase. Estaba en desventaja numérica, y tenían que hacer que la sintiera de verdad.
Así que el joven, sin hacer caso del agudo dolor que atenazaba su antebrazo derecho, se lanzó de nuevo al ataque. Sus movimientos eran tremendamente veloces y absolutamente silenciosos, esperando a que el pirata tuviera que enfrentarse a los golpes de Camille y Takahiro para, inmediatamente tras ellos, crear una imagen residual de sí mismo en la que su puño se dirigía hacia el rostro del falso vegano. Sin embargo esto solo ocultaría la realidad, que el verdadero puñetazo iba dirigido con una terrible fuerza hacia sus testículos. Y esperaba que este golpe fuera el definitivo, el que acabara con Broco Lee de una vez por todas.