Shy
"Shy"
01-10-2024, 05:26 AM
Shy observó el faldón de la carpa abrirse mientras retenía el cuervo. Apenas había abierto una de sus puertas antes de que le arrojasen un ataque que rozó su pierna. El cazador masculló una maldición, torciendo el gesto, antes de introducirse por completo en el interior de ese plano alterno de realidad. Vio el camino de vuelta al pueblo -y una vez allí, al cuartel de la Marina- y corrió allí, alternando el andar dentro de la dimensión de sus puertas y fuera de estas para tomarse un respiro. Aunque ya se le estaban durmiendo los brazos de tanto sujetar la bandeja de esa manera.
Aprovecharía que los artistas circenses habrían quedado por completo confusos para, dándose el brío adecuado y marchando con diligencia, llegar pronto al cuartel. A Shy no le dejaba de pasar por la cabeza la idea de que no podía ser tan fácil, de que tenía que volver al asentamiento circense porque no era posible que fuera tan obvio que el infame capitán Crow fuera... Bueno, un cuervo.
Llegado a la villa, no tardó en emprender el camino al cuartel. Para entonces, ya se había quitado el maquillaje de mimo de la cara a base de pasarse un pañuelo húmedo, aunque aquello con toda probabilidad había causado un borrón blanco y negruzco que se extendía por toda su cara en lugar de dejar sus facciones al descubierto. No podía pedirse más, teniendo en cuenta lo desmañados que eran sus movimientos al tener la otra mano ocupada presionando la bandeja. En fin, esperaba no salir en los periódicos.
Una vez en el cuartel, se irguió y entró con su habitual rostro inexpresivo escrutando el vestíbulo. Se posicionó frente al marine en la recepción, dejando la bandeja tapada frente a sí.
-Crow -señaló, desviando la mirada del marine a la bandeja y de vuelta al soldado, logrando un tono seco que rozaba lo insolente-. Criminal circense.
Si aquello no bastaba para darse a entender, guiaría la mano del marine hasta colocarla encima de la tapa del plato, sustraería folios y una pluma del escritorio, y relataría, de forma escueta, lo sucedido. Una vez hecho, arquearía la ceja, haciendo ver que esperaba su debida retribución.
Aprovecharía que los artistas circenses habrían quedado por completo confusos para, dándose el brío adecuado y marchando con diligencia, llegar pronto al cuartel. A Shy no le dejaba de pasar por la cabeza la idea de que no podía ser tan fácil, de que tenía que volver al asentamiento circense porque no era posible que fuera tan obvio que el infame capitán Crow fuera... Bueno, un cuervo.
Llegado a la villa, no tardó en emprender el camino al cuartel. Para entonces, ya se había quitado el maquillaje de mimo de la cara a base de pasarse un pañuelo húmedo, aunque aquello con toda probabilidad había causado un borrón blanco y negruzco que se extendía por toda su cara en lugar de dejar sus facciones al descubierto. No podía pedirse más, teniendo en cuenta lo desmañados que eran sus movimientos al tener la otra mano ocupada presionando la bandeja. En fin, esperaba no salir en los periódicos.
Una vez en el cuartel, se irguió y entró con su habitual rostro inexpresivo escrutando el vestíbulo. Se posicionó frente al marine en la recepción, dejando la bandeja tapada frente a sí.
-Crow -señaló, desviando la mirada del marine a la bandeja y de vuelta al soldado, logrando un tono seco que rozaba lo insolente-. Criminal circense.
Si aquello no bastaba para darse a entender, guiaría la mano del marine hasta colocarla encima de la tapa del plato, sustraería folios y una pluma del escritorio, y relataría, de forma escueta, lo sucedido. Una vez hecho, arquearía la ceja, haciendo ver que esperaba su debida retribución.