Anissa Marr
Nissa
01-10-2024, 01:04 PM
Ya no recordaba si nunca me habían molestado los comentarios con doble sentido de Jack o si me había terminado acostumbrado por el tiempo que llevábamos viajando. Pasaba tanto por alto el tono sugerente que comenzaba a sonar bien el hecho de abrazarnos para mantener el calor ante las gélidas condiciones en las que nos encontrábamos. Seguimos avanzando juntos solo que en esta ocasión Jack parecía más parlanchín de lo normal, tal vez en un intento de mantener la mente activa y no dejarse vencer por el frío. –Dudo que pueda gritar si estoy perdiendo la consciencia, pero llamaré tu atención disparando virote frente a ti para que sepas que algo está mal. O tal vez termine en tu espalda si es que no puedo apuntar con claridad.- le contesté(Jack) al escuchar su primera instrucción antes de seguir avanzando.
Avanzamos a una abertura en el muro de hielo para encontrarnos con un panorama completamente distinto, ahora la temperatura parecía haber aumentado a un punto cuando menos tolerable. Probablemente el mejor ambiente desde que habíamos entrado en las ruinas, exceptuando las plantas que parecían comportarse de manera hostil ante cualquiera que se les acercara demasiado. Sin embargo, los achaques que había causado el frío de la habitación anterior seguían presentes en mi cuerpo así que esperaba quedarme cuando menos un momento ahí esperando a que se regulara mi temperatura corporal.
-Sí, estaremos pasando frío un buen rato pero al menos en esta habitación podemos quedarnos seguros de que ya no pasaremos frío.- le contesté a Jack para después sentir una brisa de aire helado a mis espaldas. –O al menos no con la misma intensidad.- finalicé mientras temblaba un poco y seguía frotando mis brazos para generar un poco de calor. –Supongo que sí, será mejor que avancemos para no quedarnos atrás. Aunque esperaba quedarnos un poco de tiempo aquí para regular la temperatura de nuestros cuerpos.- respondía a Jack para después soltar un gran suspiro. –Igual no hay manera de que regresemos por donde vinimos y todos están avanzando así que tenemos que reunirnos con King y los demás.- alcancé a decirle antes de seguirle a otro hueco que se encontraba más delante de nosotros. Como si aquel lugar nos ofreciera un atajo para reunirnos más rápido con nuestros nakamas.
Del nuevo hueco salía una especie de resplandor rojizo que solo podía indicar que una nueva sorpresa nos esperaba escondida detrás del muro plagado de vegetación. Después de pasar por el hueco nos encontramos con un nuevo pasillo con la diferencia de que en este hacía un calor infernal que hizo que en tan solo unos pocos segundos el sudor comenzara a recorrer mi rostro y otras partes de mi cuerpo que definitivamente no quería que sudaran. –Sí, recuerdame no volver a abrir la boca cuando exista cualquier tipo de destello en el cielo, sin importar el color.- le respondía a Jack asegurándome de no responder ante el comentario de que el pedir dinero sería una mejor opción al pedir un deseo pues tenía claro que lo único que pasaría por mi mente al encontrarme en una situación así sería el pedir una cura para la enfermedad de Dagan, mi hermano.
El calor que hacía en aquél lugar comenzaba a volverse insoportable y a pesar de que parecía que Jack avanzaba con convicción por aquél lugar, como si tuviera claro que se dirigía a la ubicación acertada, mi juicio ya se veía nublado y mi respiración comenzaba a sonar agitada, como si el gasto energético de cada paso que daba fuera diez más de lo normal. -¿Qué mierda será el dichoso tesoro?.- pregunté en un tono molesto ante el comentario de Jack –Solo falta que ni siquiera exista y estemos pasando por este calvario de manera gratuita. Te juro que mataré al maldito conejo si llega a pasar algo por el estilo.- continué con mi desahogo emocional, y para nada racional, sobre lo adversa que había sido la situación hasta ahora y la posibilidad de recibir una nula recompensa más allá de una nueva anécdota que contar en una taberna. –Estaré mejor cuando salgamos de aquí, pasar del frío al calor de verdad que lastima los huesos y no seré capaz de apuntarle siquiera a Panda-kun a quemarropa si mis manos quedan dañadas permanentemente así que hay que concentrarnos en seguir con nuestro avance.- respondí a Jack mientras abría y cerraba mis manos para tratar de sentir cualquier anomalía en ellas.
Una nueva abertura apareció en nuestro camino y ahora los muros no irradiaban el calor que lo hacían los que acabábamos de pasar, parecían ser ahora una combinación de oro y piedra; un claro signo de que podíamos estar acercándonos a la sala en donde se encontraba el tesoro. Tras un poco más de avance encontramos una nueva zona que combinaba con los visuales de los muros con oro y que en el centro contaba con una escalera que parecía brillar. ~Al fin.~ pensé en cuanto vi que ya había acabado el sufrimiento de cambio de temperaturas. Escuché las quejas de Jack, solamente asintiendo a lo que decía, más para ahorrarme las palabras que de estar de acuerdo con él ya que yo no tenía intenciones de regresar a la isla aunque alguien se dedicara a convertirla en el mejor centro vacacional de todo el mundo.
Me senté a su lado, recargándome un poco en él, para también recuperar algo de la energía que habíamos perdido por el calor. –Sí, sí. Si nos quedamos más tiempo sentados perderemos el ritmo.- alcancé a decirle a Jack antes de ponerme de pie también. Avancé directo a las escaleras y me tomé la libertad de ser yo quien fuera en frente en esta ocasión.
Avanzamos a una abertura en el muro de hielo para encontrarnos con un panorama completamente distinto, ahora la temperatura parecía haber aumentado a un punto cuando menos tolerable. Probablemente el mejor ambiente desde que habíamos entrado en las ruinas, exceptuando las plantas que parecían comportarse de manera hostil ante cualquiera que se les acercara demasiado. Sin embargo, los achaques que había causado el frío de la habitación anterior seguían presentes en mi cuerpo así que esperaba quedarme cuando menos un momento ahí esperando a que se regulara mi temperatura corporal.
-Sí, estaremos pasando frío un buen rato pero al menos en esta habitación podemos quedarnos seguros de que ya no pasaremos frío.- le contesté a Jack para después sentir una brisa de aire helado a mis espaldas. –O al menos no con la misma intensidad.- finalicé mientras temblaba un poco y seguía frotando mis brazos para generar un poco de calor. –Supongo que sí, será mejor que avancemos para no quedarnos atrás. Aunque esperaba quedarnos un poco de tiempo aquí para regular la temperatura de nuestros cuerpos.- respondía a Jack para después soltar un gran suspiro. –Igual no hay manera de que regresemos por donde vinimos y todos están avanzando así que tenemos que reunirnos con King y los demás.- alcancé a decirle antes de seguirle a otro hueco que se encontraba más delante de nosotros. Como si aquel lugar nos ofreciera un atajo para reunirnos más rápido con nuestros nakamas.
Del nuevo hueco salía una especie de resplandor rojizo que solo podía indicar que una nueva sorpresa nos esperaba escondida detrás del muro plagado de vegetación. Después de pasar por el hueco nos encontramos con un nuevo pasillo con la diferencia de que en este hacía un calor infernal que hizo que en tan solo unos pocos segundos el sudor comenzara a recorrer mi rostro y otras partes de mi cuerpo que definitivamente no quería que sudaran. –Sí, recuerdame no volver a abrir la boca cuando exista cualquier tipo de destello en el cielo, sin importar el color.- le respondía a Jack asegurándome de no responder ante el comentario de que el pedir dinero sería una mejor opción al pedir un deseo pues tenía claro que lo único que pasaría por mi mente al encontrarme en una situación así sería el pedir una cura para la enfermedad de Dagan, mi hermano.
El calor que hacía en aquél lugar comenzaba a volverse insoportable y a pesar de que parecía que Jack avanzaba con convicción por aquél lugar, como si tuviera claro que se dirigía a la ubicación acertada, mi juicio ya se veía nublado y mi respiración comenzaba a sonar agitada, como si el gasto energético de cada paso que daba fuera diez más de lo normal. -¿Qué mierda será el dichoso tesoro?.- pregunté en un tono molesto ante el comentario de Jack –Solo falta que ni siquiera exista y estemos pasando por este calvario de manera gratuita. Te juro que mataré al maldito conejo si llega a pasar algo por el estilo.- continué con mi desahogo emocional, y para nada racional, sobre lo adversa que había sido la situación hasta ahora y la posibilidad de recibir una nula recompensa más allá de una nueva anécdota que contar en una taberna. –Estaré mejor cuando salgamos de aquí, pasar del frío al calor de verdad que lastima los huesos y no seré capaz de apuntarle siquiera a Panda-kun a quemarropa si mis manos quedan dañadas permanentemente así que hay que concentrarnos en seguir con nuestro avance.- respondí a Jack mientras abría y cerraba mis manos para tratar de sentir cualquier anomalía en ellas.
Una nueva abertura apareció en nuestro camino y ahora los muros no irradiaban el calor que lo hacían los que acabábamos de pasar, parecían ser ahora una combinación de oro y piedra; un claro signo de que podíamos estar acercándonos a la sala en donde se encontraba el tesoro. Tras un poco más de avance encontramos una nueva zona que combinaba con los visuales de los muros con oro y que en el centro contaba con una escalera que parecía brillar. ~Al fin.~ pensé en cuanto vi que ya había acabado el sufrimiento de cambio de temperaturas. Escuché las quejas de Jack, solamente asintiendo a lo que decía, más para ahorrarme las palabras que de estar de acuerdo con él ya que yo no tenía intenciones de regresar a la isla aunque alguien se dedicara a convertirla en el mejor centro vacacional de todo el mundo.
Me senté a su lado, recargándome un poco en él, para también recuperar algo de la energía que habíamos perdido por el calor. –Sí, sí. Si nos quedamos más tiempo sentados perderemos el ritmo.- alcancé a decirle a Jack antes de ponerme de pie también. Avancé directo a las escaleras y me tomé la libertad de ser yo quien fuera en frente en esta ocasión.