Ray
Kuroi Ya
01-10-2024, 07:29 PM
Gretta, los tres marines sonríen al haber conseguido herirte, pensando que lo van a tener sencillo dado que tu lentitud te impide reaccionar a sus ataques. No obstante el agua limita también su capacidad de movimientos, por lo que cuando intentas agarrarles logras atrapar las piernas de dos de ellos. Las sonrisas se borran al momento de los rostros de estos al sentir cómo una indescriptible fuerza tira de ellos hacia abajo, hundiéndoles bajo la superficie. La profundidad es escasa, pero aún así es la suficiente para mantener un cuerpo humano sumergido el tiempo suficiente como para que se quede sin aire, y son conscientes de ello. Luchan por sobrevivir, por salvar su vida, por lo que cada uno de ellos descarga dos tajos con todas sus fuerzas, buscando horadar tu piel y alcanzar la mayor profundidad posible con la esperanza de, eventualmente, cortar algún nervio o algún músculo que haga que aflojes tu presa sobre ellos.
El marine restante no da crédito a lo que ocurre cuando un chorro de agua procedente de tu boca le golpea de lleno. No le hace ningún daño, pero retrasa su avance y provoca que muestra una mueca de más que evidente asco al recibir aquel impacto de agua mezclada con saliva de jabalí gigante. Acto seguido retoma su ofensiva, tratando de alcanzarte también con su espada, trazando un rápido corte dirigido a tu cuello.
Shiro, caes al suelo en un estruendo. Dolorido, intentas reaccionar lo más rápido que puedes para interceptar el ataque del oficial, pero tan solo lo logras en parte. Tu espada llega ligeramente tarde y con menor fuerza de lo normal debido a la posición en la que te encuentras, tumbado en el suelo sobre tu espalda. Bueno, debido a esto y a la gran velocidad a la que se mueve el militar en su caída, notablemente superior a la tuya. Tu arma consigue amortiguar una parte del impacto, pero aunque con menos fuerza de la que venía inicialmente el escudo impacta contra tu pecho. El dolor atenaza tu respiración durante un momento, apenas un instante.
El marine, ya de nuevo en pie tras su ofensiva, trata de darse la vuelta al darse cuenta de que Qazan le está atacando, pero no es lo suficientemente rápido. El impacto es brutal, provocando que este, pese a su corpulencia, salga despedido varios metros y caiga sobre su espalda contra el suelo. Eso os otorga un pequeño respiro, ya que le impide contraatacar con rapidez.
Visiblemente dolorido, el militar comienza a levantarse mientras masculla algo que no conseguís entender dado el escaso volumen que utiliza. Valiéndose de su escudo, cuyo borde apoya en el suelo para ayudarse, se pone de nuevo en pie y os mira con rabia. En ese momento os pregunta en tono iracundo:
- ¿Quiénes sois y qué estáis haciendo aquí? ¿Acaso venís a vengar a los Piratas de Hargreaves?
Parece cansado pero enfadado, como si tuviera ganas de continuar midiéndose a vosotros en combate.
El marine restante no da crédito a lo que ocurre cuando un chorro de agua procedente de tu boca le golpea de lleno. No le hace ningún daño, pero retrasa su avance y provoca que muestra una mueca de más que evidente asco al recibir aquel impacto de agua mezclada con saliva de jabalí gigante. Acto seguido retoma su ofensiva, tratando de alcanzarte también con su espada, trazando un rápido corte dirigido a tu cuello.
Shiro, caes al suelo en un estruendo. Dolorido, intentas reaccionar lo más rápido que puedes para interceptar el ataque del oficial, pero tan solo lo logras en parte. Tu espada llega ligeramente tarde y con menor fuerza de lo normal debido a la posición en la que te encuentras, tumbado en el suelo sobre tu espalda. Bueno, debido a esto y a la gran velocidad a la que se mueve el militar en su caída, notablemente superior a la tuya. Tu arma consigue amortiguar una parte del impacto, pero aunque con menos fuerza de la que venía inicialmente el escudo impacta contra tu pecho. El dolor atenaza tu respiración durante un momento, apenas un instante.
El marine, ya de nuevo en pie tras su ofensiva, trata de darse la vuelta al darse cuenta de que Qazan le está atacando, pero no es lo suficientemente rápido. El impacto es brutal, provocando que este, pese a su corpulencia, salga despedido varios metros y caiga sobre su espalda contra el suelo. Eso os otorga un pequeño respiro, ya que le impide contraatacar con rapidez.
Visiblemente dolorido, el militar comienza a levantarse mientras masculla algo que no conseguís entender dado el escaso volumen que utiliza. Valiéndose de su escudo, cuyo borde apoya en el suelo para ayudarse, se pone de nuevo en pie y os mira con rabia. En ese momento os pregunta en tono iracundo:
- ¿Quiénes sois y qué estáis haciendo aquí? ¿Acaso venís a vengar a los Piratas de Hargreaves?
Parece cansado pero enfadado, como si tuviera ganas de continuar midiéndose a vosotros en combate.