Dharkel
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01-10-2024, 08:11 PM
Al viento le acompañaron los susurros del pasado que se escondían en la oscuridad de la noche. No podía estar seguro de si se trataba de algo real o imaginario pues en situaciones de estrés su mente le podía jugar malas pasadas, haciéndole ver o escuchar cosas que realmente ni si quiera existían. Aferró la empuñadura de su katana doblando su brazo por la espalda, tenso. Tenía que estar prevenido en caso de que las sombras se materializasen en aquella criatura hostil que se llevaba a los más desfavorecidos.
Esta vez, sus instintos no le fallaron. Permaneció de pie, con la pierna apoyada en el muro y la cabeza gacha, visiblemente desprevenido. Dos figuras con aparente ropa desgastada emergieron de las sombras, más cerca de él de lo que le gustaría y a futuro entre jarras de licor reconocería si salía vivo de aquella situación. Uno de ellos portaba un par de cuchillos largos, el otro, más grande y corpulento, parecía no portar ningún arma. Al menos no una que fuese visible.
Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, con una mano aún aferrada a la empuñadura, se despegó de la pared, posando el pie en el suelo sin dar si quiera un paso. Rebuscó con fingida torpeza entre los sucios harapos, hasta finalmente llevarse la mano a la oreja derecha, donde descansaba un cigarrillo mal hecho. Se lo llevó a la boca y fijándolo suavemente con los labios le hizo un gesto con la diestra al que se estaba acercando.
- Perdona, ¿tienes fuego? – Preguntó mientras internamente se cuestionaba si Rocket seguiría allí, oculto entre las ruinas o los tejados. O si realmente le había abandonado y tendría que lidiar con los dos rufianes él solo.
- Vamos, no nos lo pongas difícil. Ya sabes lo que toca. – Extendió una mano hacia el mendigo. Éste lo interpretó como un intento de agarre y sabiendo que la fuerza física no era su área de especialidad, reaccionó.
No tenía claro que aquellos fuesen los secuestradores y si se equivocaba tendría que sumar un error más a su interminable lista de pecados que algún día sin duda le volverían en su contra, persiguiéndole como ya había ocurrido otras veces en el pasado. Pero tampoco tenía grandes alternativas. En ese preciso momento, en ese instante, en ese latido de corazón no era más que un animal atrapado intentando buscar una salida a una trampa que él mismo se había creado.
Echó levemente el peso de su espalda hacia un lado, intentando evitar la mano del hombre y doblando ligeramente las rodillas desenfundó su katana. Acto seguido y aprovechando la inercia de desenfundar hacia abajo el arma, trazó un movimiento circular ascendente, tratando de propiciar un simple pero rápido y profundo corte en el brazo de quién había osado invadir su espacio personal. El tajo no pretendía ser mortal, pues tenía que mantener al menos a uno de ellos con vida para el posterior interrogatorio si no quería fracasar en su actual empresa. Iba más enfocado a debilitar a su rival y ganar tiempo mientras se encargaba de su compañero de fechorías.
Sin parar los movimientos circulares y sin ver si realmente su acometida previa había surtido efecto puso su mirada en el encapuchado que se había quedado más alejado. No tenía ni un solo segundo que perder. Posicionó el filo horizontalmente entre sí mismo y su nuevo objetivo y apoyando la palma de la mano derecha en el pomo de la katana se impulsó hacia el frente dando un firme paso y tratando de llevarse por delante todo lo que se pusiese en su camino, siendo el objetivo final ensartar y clavar en una ruinosa pared al que parecía no portar armas. De esta forma si el ataque previo no había surtido efecto, quizás podría dejar inmóvil al menos a uno de ellos, sacrificando su preciada arma en el proceso. Hacía un tiempo que no combatía a cuchillo, desde que le había prendido fuego a sus viejos y roñosos harapos, pero no el suficiente como para que se hubiese oxidado por completo.
Había empleado demasiados recursos en aquella rápida ofensiva y si no salía bien, especialmente si el mapache había decidido darse a la fuga, lo pagaría caro. Las cosas nunca salían bien, no al menos como él esperaba y estaba preparado para un escenario desfavorable. Huir de momento no era una opción. No si quería llegar a convertirse en quién quería ser. Las vidas de aquellos que le arroparon en uno de sus peores momentos estaban en juego. No podía volver a fallarles. Habría lo posible para que no se perdiesen en el olvido.
Esta vez, sus instintos no le fallaron. Permaneció de pie, con la pierna apoyada en el muro y la cabeza gacha, visiblemente desprevenido. Dos figuras con aparente ropa desgastada emergieron de las sombras, más cerca de él de lo que le gustaría y a futuro entre jarras de licor reconocería si salía vivo de aquella situación. Uno de ellos portaba un par de cuchillos largos, el otro, más grande y corpulento, parecía no portar ningún arma. Al menos no una que fuese visible.
Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, con una mano aún aferrada a la empuñadura, se despegó de la pared, posando el pie en el suelo sin dar si quiera un paso. Rebuscó con fingida torpeza entre los sucios harapos, hasta finalmente llevarse la mano a la oreja derecha, donde descansaba un cigarrillo mal hecho. Se lo llevó a la boca y fijándolo suavemente con los labios le hizo un gesto con la diestra al que se estaba acercando.
- Perdona, ¿tienes fuego? – Preguntó mientras internamente se cuestionaba si Rocket seguiría allí, oculto entre las ruinas o los tejados. O si realmente le había abandonado y tendría que lidiar con los dos rufianes él solo.
- Vamos, no nos lo pongas difícil. Ya sabes lo que toca. – Extendió una mano hacia el mendigo. Éste lo interpretó como un intento de agarre y sabiendo que la fuerza física no era su área de especialidad, reaccionó.
No tenía claro que aquellos fuesen los secuestradores y si se equivocaba tendría que sumar un error más a su interminable lista de pecados que algún día sin duda le volverían en su contra, persiguiéndole como ya había ocurrido otras veces en el pasado. Pero tampoco tenía grandes alternativas. En ese preciso momento, en ese instante, en ese latido de corazón no era más que un animal atrapado intentando buscar una salida a una trampa que él mismo se había creado.
Echó levemente el peso de su espalda hacia un lado, intentando evitar la mano del hombre y doblando ligeramente las rodillas desenfundó su katana. Acto seguido y aprovechando la inercia de desenfundar hacia abajo el arma, trazó un movimiento circular ascendente, tratando de propiciar un simple pero rápido y profundo corte en el brazo de quién había osado invadir su espacio personal. El tajo no pretendía ser mortal, pues tenía que mantener al menos a uno de ellos con vida para el posterior interrogatorio si no quería fracasar en su actual empresa. Iba más enfocado a debilitar a su rival y ganar tiempo mientras se encargaba de su compañero de fechorías.
ESP101
ESPADACHíN
Ofensiva Activa
Tier 1
No Aprendida
22
1
Se trata de un simple pero rápido tajo con el arma buscando encajar un corte con la mayor profundidad posible, causando +10 de daño de [Colisión].
Golpe Basico + [FUEx2] de [Daño cortante]
Sin parar los movimientos circulares y sin ver si realmente su acometida previa había surtido efecto puso su mirada en el encapuchado que se había quedado más alejado. No tenía ni un solo segundo que perder. Posicionó el filo horizontalmente entre sí mismo y su nuevo objetivo y apoyando la palma de la mano derecha en el pomo de la katana se impulsó hacia el frente dando un firme paso y tratando de llevarse por delante todo lo que se pusiese en su camino, siendo el objetivo final ensartar y clavar en una ruinosa pared al que parecía no portar armas. De esta forma si el ataque previo no había surtido efecto, quizás podría dejar inmóvil al menos a uno de ellos, sacrificando su preciada arma en el proceso. Hacía un tiempo que no combatía a cuchillo, desde que le había prendido fuego a sus viejos y roñosos harapos, pero no el suficiente como para que se hubiese oxidado por completo.
ESP201
ESPADACHíN
Ofensiva Activa
Tier 2
No Aprendida
33
1
Una estocada que el usuario realiza al mismo tiempo que realiza en un solo paso un [Dash] de hasta 8 metros en los que busca ensartar a todo lo que encuentre a su paso con la punta de su arma, llevando consigo a su víctima con un [Empuje] en caso de conectar hasta el final del recorrido del Dash.
Golpe Basico + [FUEx2,2] de [Daño perforante]
Había empleado demasiados recursos en aquella rápida ofensiva y si no salía bien, especialmente si el mapache había decidido darse a la fuga, lo pagaría caro. Las cosas nunca salían bien, no al menos como él esperaba y estaba preparado para un escenario desfavorable. Huir de momento no era una opción. No si quería llegar a convertirse en quién quería ser. Las vidas de aquellos que le arroparon en uno de sus peores momentos estaban en juego. No podía volver a fallarles. Habría lo posible para que no se perdiesen en el olvido.