Alguien dijo una vez...
Rizzo, el Bardo
No es que cante mal, es que no saben escuchar.
[Evento] [Búsqueda del tesoro] El Enigma Olvidado
Lance Turner
Shirogami
El cuerpo de Suzuka seguía temblando a causa del frío, y su respiración parecía cada vez más pesada. Mientras avanzábamos, el ambiente se había tornado más peliagudo. En mi mente calculaba cada paso que dábamos, tratando de trazar un plan que nos llevara a todos a salvo cuanto antes. Ver así a mis compañeros era algo que muy en el fondo me pesaba demasiado.

La mirada del joven (Hunter), se clavó en nosotros. Era una mirada un tanto extraña, a la cual no estaba acostumbrado. No sabía bien si se trataba de indiferencia, o quizá algo más. Es posible que hubiese evaluado nuestra situación y decidiese no entablar combate, bien por estar en minoría, o bien porque no parecíamos un reto en estos momentos. Sin saber bien el motivo, estuve unos segundos dándole una vuelta al tema. Definitivamente, ese chico había captado mi atención, más aún al ofrecernos su Dial de Calor para ayudar a Suzuka.
- Ella lo necesita más que yo —dijo, señalando a Suzuka.

Lejos de tomarme las diferentes posibilidades que pasaban en mi cabeza como ciertas, me limité a agradecer el gesto con un asentimiento rápido y se lo coloqué a Suzuka, quien poco a poco comenzó a recuperar el color en su piel. La vi sonreír, agradeciendo al chico, mientras Hunter avanzaba con rapidez para seguir su camino.

- Gracias, guapo - Dijo ella, con un tono que me hizo reír por lo bajo. Ella siempre encontraba la forma de mostrarse coqueta incluso en momentos como este.

A pocos pasos llegamos donde estaban Juuken y Goku. El pobre mono estaba atrapado entre las plantas, pero para nuestra fortuna, aquel desconocido del dial de calor (Hunter) había liberado parcialmente a Goku antes de irse, pero este se encontraba aún algo aturdido, sin respuesta. Por otra parte, Juuken no se detenía, estaba empeñado en rescatarlo hasta la última consecuencia, tal y como podía apreciarse en su piel. Una vez más hice un repaso mental al desarrollo que había tenido el chico con el paso del tiempo, aquel rostro que una vez contemplé en nuestro primer contacto, ya no existía. El Juuken actual había sido reconducido a un buen hombre en el que confiar, con un futuro brillante. Él lanzó un potente ataque con sus espadas, cortando la planta que mantenían a Goku prisionero.
- ¡Tatsu Maki! - Gritó Juuken mientras realizaba el movimiento definitivo.

La planta chirrió con fuerza antes de ser destruida por completo, y las piedras del muro se desmoronaron lentamente. El golpe de Juuken fue certero. Al verle tan concentrado en su empeño por liberar al mono, me di cuenta una vez más de lo afortunado que era de tenerlo a mi lado. Cuando Goku quedó libre, Juuken lo sostuvo firmemente. Pese a todo, nuestro joven segundo al mano no mostró signos de agotamiento, aunque era evidente que la situación le estaba cobrando factura.
—Tranquilo Goku, ya te tengo —dijo Juuken con una seriedad inusual.

La preocupación por el resto de nuestra tripulación comenzaba a afectarnos, pero no podíamos detenernos. La supervivencia era nuestra prioridad, y la única forma de garantizarla era seguir adelante. Me acerqué a Juuken y le puse una mano sobre su hombro.
- Lo estás haciendo bien - Le dije con una sonrisa de confianza. Sabía que él estaba lidiando con sus propios pensamientos, y aunque su seriedad era algo raro, no era el momento para profundizar en ello. – Por cierto, ¿Por qué gritas el nombre de tus ataques? – Le pregunté en tono bromista mientras me reía un poco. – Es una costumbre que deberías quitarte, algún día puede volverse en tu contra.


Con Goku finalmente liberado, todos nos preparamos para avanzar hacia la siguiente sala. El ambiente cambió de nuevo. El hielo y las enredaderas quedaron atrás, y fuimos recibidos por un muro de fuego y calor sofocante. Suzuka, quien por fortuna ya estaba mucho mejor y en pie, se había recuperado sugirió un plan para cruzar el muro.

Contemplando el escenario, me pareció lógico pensar que si el anterior muro de hielo estaba protegiendo una zona de vegetación, y tras este, ahora se encontraba uno de estas características, no había duda alguna de que tras este, también habría algo nuevo y diferente.
- Creo que debemos seguir tirando estos muros… - Dije en tono dubitativo. – Tras los anteriores, nos encontramos más dificultades. Seguramente sea todo parte de una prueba en este sitio tan extraño. Vamos a llegar hasta el final. – Exclamé tratando de dar confianza al resto del equipo.

En ese momento me puse a repasar todo lo que había pasado en este día tan peculiar, y una pequeña idea surgió en mi cabeza.
- Suzuka, si usamos tu dial… es posible que debilitemos este nuevo muro y sea más fácil superarlo, aunque no te niego que preferiría que me la echases encima. – Dije notando cada vez más el asfixiante calor que allí hacía. Miré entonces a mis compañeros y concluí con algo más. – Si se trata de un muro recubierto de esto, al apagarlo, debería ser sencillo romperlo con un ataque. Con ello, pasaríamos sin problemas.

- Suena arriesgado, pero igual tienes razón y hay algo importante al otro lado... – Contestó la chica rápidamente, pero con un claro tono dubitativo.
Poco después, tomó la rápida iniciativa de hacerlo junto a Juuken, siendo este el que disparase el Dial de Agua en esta ocasión. No sería mala idea, sabiendo que Juuken había atacado antes, lo mejor sería que se centrase en coger un poco de energía en estos momentos.

Fue algo bastante rápido, a mi señal ambos realizando sus ataques respectivos, y estos tuvieron un efecto parcialmente exitoso. Una gran nube de vapor se elevaría tras este, señal inequívoca de que era el momento exacto de cruzar.
- ¡Ahora! ¡Cruzad! – Grité rápido a sabiendas de que no podríamos volver a realizar ese ataque tras gastar todo el Dial.

De un simple vistazo hacia atrás pude confirmar mis sospechas, Hanami pretendía irse hacia atrás. Por fortuna pude agarrar su mano y tirar de ella hacia mi para que nos siguiese en ese salto de fe que era cruzar el muro. 

Aquello dolió como pocas veces había sufrido antes. Sentía como si una masa pesada cubriese mi cuerpo quemándolo en vida, provocándome un grito contenido en consecuencia. Aquello nos había provocado unas quemaduras del todo menos suaves. Goku y Juuken también sufrieron, y las quemaduras comenzaron a marcar nuestros cuerpos. El vapor nos asfixiaba y sofocaba, pero no había vuelta atrás. Todos salimos al otro lado, chamuscados pero vivos. Por su parte, Hanami también tenía las mismas marcas, aunque era sorprendente cómo había logrado resistir tanto la poca ropa que le quedaba, levemente chamuscadas por los bordes.
Esta última tosía ligeramente, mientras con cierta dificultad decía algo que reflejaba la realidad del momento:
- No fue el mejor plan... Igual nos faltó potencia...

En otras ocasiones habría discutido algo, indicando que quizá, simplemente, era la opción menos mala que teníamos, pero no tenía cuerpo para ello, con lo cual, asumí mi responsabilidad como creador del plan. Asentí con la cabeza, respirando profundamente para calmar el ardor en mi cuerpo. No era momento para lamentarnos, aunque el dolor de las quemaduras era intenso. Observé cómo la Oni (Hizuka), algo más recuperada, analizaba en voz alta el dial de agua, posiblemente pensando en cómo mejorar su funcionalidad.

El camino continuaba, y el calor poco a poco disminuía a medida que nos acercábamos a una nueva pasillo decorado con adornos dorados. Era un cambio total respecto a las anteriores, y aunque el lugar parecía más seguro, ninguno de nosotros se relajó. Al poco, nos encontramos con dos nuevos caminos posibles, derecha o izquierda. No tardamos mucho en elegir la derecha, pero esto fue un error tonto que nos llevó a perder lo que podían ser unos valiosos segundos. Dimos la vuelta rápido tomando esta vez el camino de la izquierda, el cual nos llevó a una nueva sala con adornos y baldosas doradas.
- Si antes nos equivocamos con la derecha, seguro que ahora acertamos con la derecha. – Pensé dando el primer paso hacia ese lado, con intenciones de llegar cuanto antes al final de esta maldita sala.

Por fin tuvimos algo de suerte al llegar a unas nuevas escaleras, las cuales parecían que iban a sacarnos por fin de este lugar. Contemplé brevemente la situación de todos, deteniendo mi mirada en Juuken y Goku, pensando en lo que había cargado el pobre todo este tiempo. Todavía no había hecho gran cosa, y él había tomado la iniciativa en varias ocasiones. Esperaba ser yo el que pronto pudiese hacer algo importante para el grupo.
- Lance, ayúdame con Goku - Me pidió el joven Juuken, visiblemente agotado.

En el fondo odiaba ser yo el que volviese a cargar con alguien otra vez, pero se lo debía. Sin dudarlo, tomé a Goku en mis brazos. El peso del joven mono no era problema para mí, y de inmediato nos dirigimos hacia la escalinata que nos llevaría a un nuevo destino.
- Vámonos de aquí - Dije mientras subíamos las escaleras.

A pesar de las heridas y del cansancio, no permitiría que la moral de la tripulación se desplomara. Mi mente ya estaba pensando en el próximo paso, en cómo proteger a los míos en esta extraña trampa, y cuándo podríamos reunirnos con el resto.
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RE: [Búsqueda del tesoro] El Enigma Olvidado - por Lance Turner - 02-10-2024, 12:46 AM

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