Gavyn Peregrino
Rose/Ícaro
02-10-2024, 02:50 AM
(Última modificación: 02-10-2024, 05:56 AM por Gavyn Peregrino.)
Puse los ojos en blanco, que pronto acabarían mirando hacia el interior de mi cráneo y luego los dirigí hacia Bonez, las calaveras en su sombrero de copa habían estado castañeando hasta hace unos momentos, pero aún tuvo la valentía de bromear. Llevaba semanas escuchando al moreno hacer chistes malos, y no sabía si me estaba acostumbrando demasiado a él, pero lo cierto es que me sacó un resoplido de diversión en ese momento. Le devolví el codazo a Bonez, empujándolo con una de mis alas, que tenían suficiente fuerza para levantarme, por lo que sin duda podrían moverlo lo suficiente para molestarlo.
. – Tus ideas llevan congeladas desde hace un buen rato, quizás deberías darle otra calada al puro, para que te las esclarezca. –Esbocé una sonrisa mordaz.
Lo que no esperaba era que me saque el puro de la mochila, fue lo suficientemente rápido, considerando la situación y no quería abrirme la chaqueta de vuelo, pero entrecerré los ojos, mirándolo con una ceja arqueada por la confianza de meter la mano entre mis cosas sin mi permiso, al parecer no había aprendido después de la primera vez que nos conocimos e intentó robarme… Corrección, la ocasión en la que “chocó” conmigo, intentó robarme y eso llevó a que nos conociéramos. Ese orden de los hechos me agradaba más.
No esperaba que Draven se adelante, pero supuse que, con su forma de barro, le sería más sencillo atravesar el amasijo de plantas carnívoras, asumí que su cuerpo en ese estado no tendría sensibilidad al dolor. Pronto recordé la caída que sucedió al principio de la aventura y confirmé esto último, definitivamente el dolor no era un problema para él. Mis iris dorados y bruñidos siguieron la retirada de Draven hasta que este se perdió de vista, recibiendo un comentario de cuidado de Nikkei, bueno, definitivamente era todo lo que Drake dijo hace unos minutos, y más, pero cuidaba de sus compañeros, se preocupaba por ellos, algo a tener en cuenta… A diferencia de McDuck, que parecía estar más centrado en el beneficio personal, la manipulación y los halagos. Tenía muchas cosas que tener en cuenta.
Dicen que las experiencias de peligro afianzan los vínculos ¿No? Bueno, afianzan los vínculos con la muerte, de eso no hay duda.
Le eché a Nikkei una mirada rápida después de decidir dividir el tesoro, o lo que sea que estaba allí abajo, en una mitad para McDuck y la otra para “gestiones de la tripulación”. Lo medite por un momento, no me interesaba un tesoro monetario, pero esperaba que lo que estuviera en este pseudo purgatorio dantesco fuese algo más que solo oro o fuese indivisible, solo para ver cómo reaccionaría McDuck ante esa circunstancia, quizás le explotaría una vena. Satisfecho con el pensamiento, alcé una ceja después de que Drake cubrió a la jabalí con roca para que ninguno de la tripulación la ataque, cosa que… Sería predecible, sinceramente, y la amenaza estuvo allí por parte de Muken, pero no duró demasiado cuando Nikkei lo detuvo, incentivándonos a seguir avanzando.
El problema se encontraba más adelante, cuando el calor comenzó a subir a medida que nos acercábamos, al igual que el picor en mi espalda, se volvió lo suficientemente intenso como para que mis sienes se cubrieran con transpiración perlada. Cuando llegamos al muro de roca y magma, respirar se había vuelto sofocante, no solo por la temperatura, pero no pude hacer más que apretar la mandíbula con fuerza e intentar continuar avanzando, apretando las alas contra mi cuerpo para evitar que toquen los muros. Atrás quedó la frescura de los muros de hielo, de repente era un fan del frío. Jadee intentando respirar y recuperar la compostura, me sentía débil en más de un sentido, no podía apoyarme en ningún lugar, seguir a los demás me resultaba dificultoso, pero lo intenté, quedándome casi al final del grupo, mi resistencia al calor y al frío de repente se habían vuelto obsoletas en esta isla. Sentía los pies como si fuesen de plomo, pero logré llegar casi al último con los demás, justo para dar con un muro llameante en azul y rojo. Bueno, mierda.
La petición de Nikkei a Drake me llamó la atención, por lo que recordaba, la fruta de Drake absorbía la roca, de lo que no estaba seguro era de si dañaría al hombre de brazos largos, ya que la fruta parecía actuar como la de Draven, aunque nunca había visto al gigante transformarse en una piedra. La duda no me duró demasiado, al parecer el gigante estaba herido después de absorber la roca y el magma, aunque el calor no me dio mucho más tiempo para pensar en las diferencias entre frutas, suspiré pesadamente, cerrando, por un momento, los ojos con cansancio por el calor.
. – Creo… Creo que mi cocción puede competir con la de McDuck.
. – Tus ideas llevan congeladas desde hace un buen rato, quizás deberías darle otra calada al puro, para que te las esclarezca. –Esbocé una sonrisa mordaz.
Lo que no esperaba era que me saque el puro de la mochila, fue lo suficientemente rápido, considerando la situación y no quería abrirme la chaqueta de vuelo, pero entrecerré los ojos, mirándolo con una ceja arqueada por la confianza de meter la mano entre mis cosas sin mi permiso, al parecer no había aprendido después de la primera vez que nos conocimos e intentó robarme… Corrección, la ocasión en la que “chocó” conmigo, intentó robarme y eso llevó a que nos conociéramos. Ese orden de los hechos me agradaba más.
No esperaba que Draven se adelante, pero supuse que, con su forma de barro, le sería más sencillo atravesar el amasijo de plantas carnívoras, asumí que su cuerpo en ese estado no tendría sensibilidad al dolor. Pronto recordé la caída que sucedió al principio de la aventura y confirmé esto último, definitivamente el dolor no era un problema para él. Mis iris dorados y bruñidos siguieron la retirada de Draven hasta que este se perdió de vista, recibiendo un comentario de cuidado de Nikkei, bueno, definitivamente era todo lo que Drake dijo hace unos minutos, y más, pero cuidaba de sus compañeros, se preocupaba por ellos, algo a tener en cuenta… A diferencia de McDuck, que parecía estar más centrado en el beneficio personal, la manipulación y los halagos. Tenía muchas cosas que tener en cuenta.
Dicen que las experiencias de peligro afianzan los vínculos ¿No? Bueno, afianzan los vínculos con la muerte, de eso no hay duda.
Le eché a Nikkei una mirada rápida después de decidir dividir el tesoro, o lo que sea que estaba allí abajo, en una mitad para McDuck y la otra para “gestiones de la tripulación”. Lo medite por un momento, no me interesaba un tesoro monetario, pero esperaba que lo que estuviera en este pseudo purgatorio dantesco fuese algo más que solo oro o fuese indivisible, solo para ver cómo reaccionaría McDuck ante esa circunstancia, quizás le explotaría una vena. Satisfecho con el pensamiento, alcé una ceja después de que Drake cubrió a la jabalí con roca para que ninguno de la tripulación la ataque, cosa que… Sería predecible, sinceramente, y la amenaza estuvo allí por parte de Muken, pero no duró demasiado cuando Nikkei lo detuvo, incentivándonos a seguir avanzando.
El problema se encontraba más adelante, cuando el calor comenzó a subir a medida que nos acercábamos, al igual que el picor en mi espalda, se volvió lo suficientemente intenso como para que mis sienes se cubrieran con transpiración perlada. Cuando llegamos al muro de roca y magma, respirar se había vuelto sofocante, no solo por la temperatura, pero no pude hacer más que apretar la mandíbula con fuerza e intentar continuar avanzando, apretando las alas contra mi cuerpo para evitar que toquen los muros. Atrás quedó la frescura de los muros de hielo, de repente era un fan del frío. Jadee intentando respirar y recuperar la compostura, me sentía débil en más de un sentido, no podía apoyarme en ningún lugar, seguir a los demás me resultaba dificultoso, pero lo intenté, quedándome casi al final del grupo, mi resistencia al calor y al frío de repente se habían vuelto obsoletas en esta isla. Sentía los pies como si fuesen de plomo, pero logré llegar casi al último con los demás, justo para dar con un muro llameante en azul y rojo. Bueno, mierda.
La petición de Nikkei a Drake me llamó la atención, por lo que recordaba, la fruta de Drake absorbía la roca, de lo que no estaba seguro era de si dañaría al hombre de brazos largos, ya que la fruta parecía actuar como la de Draven, aunque nunca había visto al gigante transformarse en una piedra. La duda no me duró demasiado, al parecer el gigante estaba herido después de absorber la roca y el magma, aunque el calor no me dio mucho más tiempo para pensar en las diferencias entre frutas, suspiré pesadamente, cerrando, por un momento, los ojos con cansancio por el calor.
. – Creo… Creo que mi cocción puede competir con la de McDuck.