Alexander Bathory
Doc
02-10-2024, 05:59 AM
Si no lo hubiera un juramento asesinaría a Tolgrim, aquel noble podría ser un mecenas en más de un nivel para mí o mis operaciones en Syrup pero no por ello dejaba de ser un dolor de cabeza en aquella ocasión, habíamos recibido una llamada de emergencia en la clínica en Syrup por parte de Tolgrim clamando que era urgente que viniera a Cocoyashi por motivos médicos, sabiendo aquello había tomado el primer barco a esta isla sin preocuparme por conseguir un boleto de retorno pero lo que encontré me dejo sin palabras, tan pronto había llegado al hotel en que Tolgrim se había hospedado mientras atendía sus negocios en la isla lo que encontré fue a Tolgrim postrado en la cama sufriendo como si el mundo se fuera a acabar, lo que tenía era… un mero caso de gripe
Juro por un instante que estuve a punto de tomar la almohada más cercana y usarla para asfixiarle al haberme hecho viajar todo esta distancia para darle una medicina que podría haber encontrado en casi cualquier farmacia y que cualquier medico podría haberle diagnosticado, agradecía el gesto de que me considerara su médico de cabecera pero debían de existir límites claros; así que ahora me encontraba atascado en esta isla por la siguientes días hasta que saliera el siguiente barco Syrup; en aquel momento me encontraba caminando por las calle principal cerca de los muelles sintiendo como algunas miradas se desviaban hacia mi persona por mi apariencia, aunque una parte de mí ya se había acostumbrado a que los minks fuéramos generalmente una rareza en los blues
Al poco tiempo de mi caminata decidí que debía tomar un ligero refrigerio por lo cual decidí desviarme a un café cercano antes que abriera la puerta causando un ligero repique de la campanilla de la puerta mirando a una mesera la cual me dijo con una clara sonrisa –Bienvenido al café…- antes que su sonrisa se fuera esfumando a la par que su rostro se alzaba buscando el mío, por su comportamiento pensaba que estaba asustada de mi apariencia, no podía culparle, dado que solía ser algo intimidante por naturaleza por lo cual decidí inclinarme para quedar algo más a la altura de su rostro haciendo que la mesera se mostrara un poco mas incomoda quizá luchara contra su instinto de lucha o huida mientras mi hocico quedaba más cerca de su rostro antes que le dijera con calma –Lindas orejas- causando que una expresión de sorpresa se apoderara de su rostro por lo cual alce mi garra apuntando a la parte de arriba de su cabeza remarcando –la diadema, son lindas las orejas, un poco felpudas para mi gusto- antes que ella entendiera que hablaba de las orejas de lobo falsas que llevaba sobre su cabeza algo que ninguna otra mesera o mesero parecía tener
-aunque prefiero las mías- en ese momento moví mis orejas intencionalmente para tratar de volver el ambiente más ameno antes que ella finalmente dijera –sí, gracias- con una ligera sonrisa –por desgracia las mesas están llenas en este momento, ¿desea esperar a que se vacié una mesa?- por un instante pensé analizando las opciones, aunque la verdad no estaba de ánimos para caminar más de lo necesario aquel día –Espero, no creo que tarde mucho en vaciarse alguna mesa- aclare mientras mi mano iba a mi bolso sacando un libro médico del mismo para estudiar un poco en lo que esperaba
Juro por un instante que estuve a punto de tomar la almohada más cercana y usarla para asfixiarle al haberme hecho viajar todo esta distancia para darle una medicina que podría haber encontrado en casi cualquier farmacia y que cualquier medico podría haberle diagnosticado, agradecía el gesto de que me considerara su médico de cabecera pero debían de existir límites claros; así que ahora me encontraba atascado en esta isla por la siguientes días hasta que saliera el siguiente barco Syrup; en aquel momento me encontraba caminando por las calle principal cerca de los muelles sintiendo como algunas miradas se desviaban hacia mi persona por mi apariencia, aunque una parte de mí ya se había acostumbrado a que los minks fuéramos generalmente una rareza en los blues
Al poco tiempo de mi caminata decidí que debía tomar un ligero refrigerio por lo cual decidí desviarme a un café cercano antes que abriera la puerta causando un ligero repique de la campanilla de la puerta mirando a una mesera la cual me dijo con una clara sonrisa –Bienvenido al café…- antes que su sonrisa se fuera esfumando a la par que su rostro se alzaba buscando el mío, por su comportamiento pensaba que estaba asustada de mi apariencia, no podía culparle, dado que solía ser algo intimidante por naturaleza por lo cual decidí inclinarme para quedar algo más a la altura de su rostro haciendo que la mesera se mostrara un poco mas incomoda quizá luchara contra su instinto de lucha o huida mientras mi hocico quedaba más cerca de su rostro antes que le dijera con calma –Lindas orejas- causando que una expresión de sorpresa se apoderara de su rostro por lo cual alce mi garra apuntando a la parte de arriba de su cabeza remarcando –la diadema, son lindas las orejas, un poco felpudas para mi gusto- antes que ella entendiera que hablaba de las orejas de lobo falsas que llevaba sobre su cabeza algo que ninguna otra mesera o mesero parecía tener
-aunque prefiero las mías- en ese momento moví mis orejas intencionalmente para tratar de volver el ambiente más ameno antes que ella finalmente dijera –sí, gracias- con una ligera sonrisa –por desgracia las mesas están llenas en este momento, ¿desea esperar a que se vacié una mesa?- por un instante pensé analizando las opciones, aunque la verdad no estaba de ánimos para caminar más de lo necesario aquel día –Espero, no creo que tarde mucho en vaciarse alguna mesa- aclare mientras mi mano iba a mi bolso sacando un libro médico del mismo para estudiar un poco en lo que esperaba