Dharkel
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02-10-2024, 10:16 PM
Dharkel, sentado estratégicamente en el centro de la embarcación y lo más alejado posible de los bordes de la misma, se estremeció con violencia, expulsando su estómago en un maltrecho cubo de madera. Después de la primera acometida, vino una segunda casi sin avisar. Cogió la jarra de cerveza que se había dejado a un lado y dio un sorbo, sin llegar a tragar. Se enjuagó la boca para quitarse el mal sabor y escupió en el cubo.
Sus condiciones de transporte habían mejorado considerablemente desde que le dejaron en Loguetown y las condiciones climáticas también parecían favorables para que incluso la intrépida tripulación pudiese mantener a flote la vieja embarcación. Pero incluso así no podía evitar sentir pánico durante los trayectos marítimos, cada vaivén de las olas hacía que su corazón se agitase, nervioso. Comprendía la idea de la libertad, la búsqueda y persecución de la misma, pero también podía ser libre en tierra firme, sin los innumerables peligros que albergaba el ancho y profundo mar.
Levantó la mirada levemente para contemplar el amanecer, buscando algo de consuelo en el gran astro que poco a poco iba haciendo acto de presencia, calentando su temeroso corazón y otorgándole un poco de valor para afrontar ese nuevo día, por poco que fuese. Pero su mirada se encontró con el pequeño kobito en su lugar. El espadachín todavía no sabía mucho sobre él, pero si el capitán había decidido aceptarlo es porque habría visto un gran potencial en él. La idea del secuestro, como había ocurrido prácticamente con él, la descartó rápidamente ya que se le veía relativamente cómodo.
- ¡Marvolath! – llamó haciendo un aspaviento con la mano. Cuando se encontró lo suficiente cerca continuó. - ¿Seguro que no nos conocemos de nada? – Le miró inquisitivamente durante unos segundos, intentando recordar, buscando en los rincones más profundos y oscuros de su memoria. – Como sea, tengo entendido que sabes algo sobre sobre medicina. ¿Tienes algo que pueda ayudarme? Tengo sudores fríos, mareos… - comenzó a narrar una serie de síntomas, intentando darle todo el contexto posible. – No puedo seguir siendo un despojo inservible siempre que viajemos. Necesito estar al menos al cincuenta por ciento.
Silver les llamó. Dharkel se incorporó torpemente apoyándose en el mástil e intentando controlar el temblor que recorría sin obstáculo alguno sus piernas. Con la poca dignidad que le quedaba como marinero se acercó lentamente hacia la barandilla donde se encontraban sus compañeros y se aferró con fuerza a la misma, intentando que no se le notase demasiado. Aunque le conocían y no iba a engañar a nadie.
- ¿Se nos han adelantado? – Centró sus preocupaciones en el objetivo que llevaban un tiempo siguiendo, intentando ignorar inútilmente dónde se encontraba. Dando un leve suspiro, rebuscó entre sus bolsillos y sacó una moneda. La contempló brevemente y la tiró al mar, buscando una vez más la protección de su diosa.
Volvió a su ubicación original dando un par de traspiés y se ató con una de las cuerdas que había en el barco. Intentó buscar una que fuese lo suficientemente larga como para poder moverse sin mucha dificultad por cubierta, y así poder realizar las labores de navegación que fuesen necesarias. En caso de colisión evitaría caerse al mar, pero tendría la suficiente capacidad de maniobra como para desatarse o cortar la cuerda tras el abordaje. Comprobó que sus pertenencias estuviesen en su sitio y se preparó lo mejor que pudo dada su situación. En su cabeza tenía un plan, aunque sabía que los planes nunca salían como se habían imaginado.
Aprovechó los que posiblemente serían los últimos minutos de calma para posar un cigarrillo entre sus labios. Lo encendió con uno de los fósforos de madera, con cierta dificultad debido al temblor de sus manos, y tras soltar una gran y relajante bocanada de humo volvió a fijar su vista en la columna que emergía de su potencial objetivo.