Balagus
-
02-10-2024, 10:38 PM
Balagus se cubrió con los brazos, tratando de reducir el número de estocadas que pudieran alcanzar su vientre y que se encontraran con piel mucho más dura y curtida, y con sus pesados brazales de lucha forrados en varias capas de piel y pelaje. No quedó indemne, pero tampoco esperó otra cosa, y, a pesar del lacerante dolor que empezó a sentir, no cedió terreno.
Sabía cómo luchar en inferioridad numérica. Ya lo había hecho en el pasado, aunque sus enemigos ahora no eran esclavos en un foso de combate: eran guardias entrenados y disciplinados, en óptima forma física. Pero claro, él tampoco era un esclavo ya. Y nunca lo volvería a ser.
Con un rápido paso lateral, el oni pivotó cerca del soldado a su derecha para evitar ser rodeado, y descargó sobre él un potente golpe con su mano derecha, buscando impactar directamente sobre el lado izquierdo de la cabeza del hombre. Apenas un segundo más tarde, buscó tomar al guardia a su otro costado por el hombro y retenerle para entorpecer su ataque, pero entonces se dio cuenta de un grave detalle: el boquete de la pared por donde los asistentes de la subasta trataban de escapar a toda prisa.
Balagus no podía permitir aquello. Si había quienes merecían morir por su mano, eran aquellos desalmados despojos de seres humanos que se hacían llamar “ricos” y “nobles”. Haciendo acopio de toda su fuerza, levantó al guardia por el brazo y lo arrojó contra el torrente de asistentes que se agolpaba contra su principal vía de huida. Esperaba que aquello los ralentizara mientras se ocupaba del tercer oponente.
- ¡Aquí no hay más monstruo que vosotros, bastardos sin honor! -
Sabía cómo luchar en inferioridad numérica. Ya lo había hecho en el pasado, aunque sus enemigos ahora no eran esclavos en un foso de combate: eran guardias entrenados y disciplinados, en óptima forma física. Pero claro, él tampoco era un esclavo ya. Y nunca lo volvería a ser.
Con un rápido paso lateral, el oni pivotó cerca del soldado a su derecha para evitar ser rodeado, y descargó sobre él un potente golpe con su mano derecha, buscando impactar directamente sobre el lado izquierdo de la cabeza del hombre. Apenas un segundo más tarde, buscó tomar al guardia a su otro costado por el hombro y retenerle para entorpecer su ataque, pero entonces se dio cuenta de un grave detalle: el boquete de la pared por donde los asistentes de la subasta trataban de escapar a toda prisa.
Balagus no podía permitir aquello. Si había quienes merecían morir por su mano, eran aquellos desalmados despojos de seres humanos que se hacían llamar “ricos” y “nobles”. Haciendo acopio de toda su fuerza, levantó al guardia por el brazo y lo arrojó contra el torrente de asistentes que se agolpaba contra su principal vía de huida. Esperaba que aquello los ralentizara mientras se ocupaba del tercer oponente.
- ¡Aquí no hay más monstruo que vosotros, bastardos sin honor! -