Kael
El Fantasma del Mar
03-10-2024, 12:21 AM
La noche era oscura después de mi turno en la taberna, y el viento se colaba por las rendijas de la ventana circular. Me encontraba encerrado en mi cuartito encima de la taberna, el único refugio que tenía después de un largo día pero al menos era un sitio seguro. La taberna crujía debajo por el frío de la madera al poco a poco terminar de irse el calor humano y de la chimenea apagada hace ya rato, pero aquí arriba, la atmósfera se notaba todavía cargada. Mi akuma no mi, la Numa Numa no Mi, me intrigaba ver hasta dónde podría llevarme y qué hacer con ella. Apenas había tenido tiempo de hacer nada con ella.
Con la luz de una pequeña lámpara me puse encima de la cama a probar mis habilidades. Cerré los ojos y respiré hondo, dejando que la sensación de usar la fruta fluyera por mi piel. Concentré mi energía y, poco a poco, un remolino de barro comenzó a tomar forma frente a mí encima de mi mano. A medida que mi mano se movían, el barro se erguía y moldeaba, adquiriendo la forma de un pequeño tentáculo. El tentáculo se contorsionó de un lado al otro siguiendo mis órdenes. Podía sentir mi voluntad fluir en él, una conexión poderosa que me hacía sonreír de emoción.
- Que curioso.. -murmuré, observando cómo el tentáculo de barro cobraba vida y al mismo tiempo creé otro más para acompañarle-
A medida que les daba instrucciones, me di cuenta de que controlar a esas pequeñas criaturas era más complicado de lo que pensaba. Se movían torpemente, al menos mucho más que sólo con uno. Frustrado, volví a concentrarme y repetí el proceso, la energía de mis poderes fluyendo con más fuerza.
Esta vez conseguí que me hicieran mucho más caso, así que empecé a practicar sus movimientos. Podía hacer que se sumergieran en el suelo como pequeños charcos de barro y emergiera volviendo a tener sus formas de tentáculo. Sin embargo, mis propios límites pronto se hicieron muy evidentes. Cada vez que intentaba darle instrucciones más específicas, una parte de mí se agotaba considerablemente.
La noche avanzaba y casi había logrado estar casi 20 minutos dándoles instrucciones. Cada vez que uno de mis experimentos fallaba, me recordaba que este poder era algo que había conseguido de la nada y que me permitía conseguir mis objetivos, así que fallar al principio era algo que podía permitirme.
Con la luz de una pequeña lámpara me puse encima de la cama a probar mis habilidades. Cerré los ojos y respiré hondo, dejando que la sensación de usar la fruta fluyera por mi piel. Concentré mi energía y, poco a poco, un remolino de barro comenzó a tomar forma frente a mí encima de mi mano. A medida que mi mano se movían, el barro se erguía y moldeaba, adquiriendo la forma de un pequeño tentáculo. El tentáculo se contorsionó de un lado al otro siguiendo mis órdenes. Podía sentir mi voluntad fluir en él, una conexión poderosa que me hacía sonreír de emoción.
- Que curioso.. -murmuré, observando cómo el tentáculo de barro cobraba vida y al mismo tiempo creé otro más para acompañarle-
A medida que les daba instrucciones, me di cuenta de que controlar a esas pequeñas criaturas era más complicado de lo que pensaba. Se movían torpemente, al menos mucho más que sólo con uno. Frustrado, volví a concentrarme y repetí el proceso, la energía de mis poderes fluyendo con más fuerza.
Esta vez conseguí que me hicieran mucho más caso, así que empecé a practicar sus movimientos. Podía hacer que se sumergieran en el suelo como pequeños charcos de barro y emergiera volviendo a tener sus formas de tentáculo. Sin embargo, mis propios límites pronto se hicieron muy evidentes. Cada vez que intentaba darle instrucciones más específicas, una parte de mí se agotaba considerablemente.
La noche avanzaba y casi había logrado estar casi 20 minutos dándoles instrucciones. Cada vez que uno de mis experimentos fallaba, me recordaba que este poder era algo que había conseguido de la nada y que me permitía conseguir mis objetivos, así que fallar al principio era algo que podía permitirme.