Alguien dijo una vez...
Crocodile
Los sueños son algo que solo las personas con poder pueden hacer realidad.
[Misión de temporada] El Gato y el Ratón - Grupo A
Atlas
Nowhere | Fénix
Explicación del entorno


Bueno, bueno... Se está formando una buena en la otrora pacífica isla de Oykot, ¿no os parece? Y podríamos decir que esto acaba de empezar. Sí, de hecho vamos a decirlo, porque aún queda mucho entuerto por hacer y evitar que sea deshecho por quienes se oponen a vosotros.

Tofun pilla a sus compañeros de corredor completamente por sorpresa. Tal vez pudiesen esperar algún movimiento que se saliese de lo pacífico —por decirlo así— por tu parte, pero no que te pongas a rebotar como una pelota de una pared a otra. Además, como una de esas que botan como les da la gana y no siguiendo las leyes de la física. Además, tal vez por la confianza que les daba el hecho de que fueses su proveedor extraoficial de alcohol, lo cierto es que tienen una reacción más que deficiente y tus golpes aciertan donde te propones uno detrás de otro. En consecuencia, tus enemigos son noqueados, ocultados en el cuartucho y cubiertos con lo que encuentras a mano. Además, tienes la buena fortuna de que rebuscando en los bolsillos de los guardias encuentras una llave metálica en posesión del que ha llevado la voz cantante durante vuestro encuentro.

Y sí, como imaginas, sirve para abrir a puerta que habías fijado como tu objetivo. Das con unas escaleras metálicas, con sendas barandas a ambos lados y un total de veinticuatro escalones que liberan un desagradable y poco sigiloso eco cuando los pisas. Sea como sea, un potente e incesante ruido de motores llega desde las profundidades hasta tus oídos. Cuando llegas hasta abajo, en medio de un mar de motores, turbinas, tuercas y demás, localizas los puntos en los que el movimiento del agua es convertido en electricidad. Allí, toda una corte de hombres y mujeres ataviados con batas blancas y gafas, todos con aspecto de ser de lo más inteligente, se inclinan sobre monitores, ordenadores y gráficas. De momento parece que no han reparado en ti. Todo iría bien si no fuese porque, súbitamente, una luz roja empieza a parpadear mires donde mires junto al inconfundible sonido de una sirena que da la alarma. Este giro dramático de los acontecimientos ha venido precedido de una violenta sacudida que, llámame loco, parece venir de la zona de la presa.

Por su parte, los reiterados choques de Umibozu logran provocar que los barrotes, si bien no ceden ni un ápice en su forma, arrastren la pared a la que están anclados. En consecuencia, termina por abrir una abertura que le permite acceder a la zona de agua retenida y ponerse manos a la obra. No obstante, desde las pasarelas perciben las vibraciones de la zona ante tus repetidos choques, así como la agitación en los barrotes y la inminente sensación de que algo no va bien. Sí, las patrullas han disminuido en número a la mitad, pero quienes están ahí tienen ojos en la cara y oídos a ambos lados de la cabeza. Por eso, cuando finalmente salvas el obstáculo que conforman los barrotes alguno de ellos ya ha activado la alarma, esté donde esté el botón, la palanca o lo que tengan.

Un estruendo se extiende por la central hidroeléctrica, aunque lo cierto es que de momento ello no tiene demasiado reflejo en la zona que ocupáis al haberse movilizado los recursos disponibles en el área para la maniobra de distracción. Minipunto para vosotros. En el proceso, tu voluntad se extiende por la zona y deja fuera de combate a cuantos centinelas se encuentran en las pasarelas y junto a Ubben, que se ha librado de una buena porque ya le habían encañonado.

Además, tu poderoso nado te permite impactar con violencia contra la presa y provocar en ella una profunda grieta por la que empieza a escaparse agua al otro lado. Es una grieta por el momento, nada desdeñable pero continente en su mayoría. Si durará mucho así o no es algo que tendremos que descubrir.

En cuanto a quienes aún no se han incorporado a la central, ninguno de los dos encontráis problema alguno para aproximaros a la misma. Dentro comienza a haber cierto revuelo por las maniobras del gyojin —aunque inicialmente no lo sepáis— y los centinelas no prestan demasiada atención a lo que pasa fuera. Percival ejecuta una excelente maniobra de distracción que le permite colarse sin problema alguno, pudiendo ver después cómo los centinelas caen inconscientes en el momento en que se disponían a apuntar a Alistair para abrir fuego contra él. Una maniobra un poco suicida esa de dar por hecho que "como se ha ido la mitad la otra mitad no me va a haber, así que salto por encima de la presa". Sea como sea, lo cierto es que el despliegue de la voluntad de Umibozu te ha salvado el pellejo por el momento. Esperemos que siga así.

Continuando con los movimientos de nuestro sigiloso revolucionario, su golpe también impacta con la contención de la presa y la fuga aumenta, si bien no cede por completo. Un lastimero chirrido metálico os indica que, efectivamente, lo más probable es que más tarde o más temprano la estructura ceda por completo. ¿Cuándo? No lo sabemos, pero si nada lo detiene pasará.

¿Y ya está? Pues no, ahora me toca a mí. Vale, no, me pongo en serio. Si alguien tuviese la maravillosa habilidad de ver a bastante distancia de vuestra posición, que no es el caso, habría podido comprobar que dos de las embarcaciones atracadas en el muelle que vio Umibozu han abandonado su posición en cuanto la alarma ha comenzado a sonar. ¿Su dirección? Confío en vosotros, pero si no os lo digo seguro que nos lo pasamos mejor todos. En cuanto a las otras dos, de unas compuertas situadas en el casco de los navíos se han liberado unos pequeños vehículos similares a pequeñas motos submarinas a las que se han aferrado una serie de personas. Sí, han seguido el camino que previamente recorrió Umibozu y acaban de aparecer en el interior del embalse. Son un total de ocho, encontrándose tres aún bajo el agua y habiendo salido los otros cinco a gran velocidad de las profundidades para incorporarse a las pasarelas.

Tal vez sería buena idea que os volteaseis en su dirección, no sin que antes Umibozu hiciese algo con los ocho arpones que avanzan en su dirección y que han sido lanzados por esos curiosos vehículos a una velocidad  de 35 m/s, pudiendo causar 50 de daño perforante cada uno en caso de impactar. Por el momento mantienen su vestimenta de buzo puesta y llevan algo similar a una pistola que parecen haber extraído de los vehículos. En cuanto a la posición exacta, los que están bajo el agua se encuentran a una distancia intermedia entre el orificio con los barrotes y la zona de las compuertas, a unos 80 metros de ambos extremos aproximadamente. Los otros cinco, en una de las pasarelas con forma de arco situada justo sobre las cabezas de sus compañeros subacuáticos, situados equidistantemente entre sí.

¿Queréis más información? Imagino que sí... ¿Por qué no probáis a interaccionar con ellos, a ver qué tienen que ofreceros?
Presa
#18


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RE: [Misión de temporada] El Gato y el Ratón - Grupo A - por Atlas - 03-10-2024, 12:53 AM

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