Hyun Yeon
Tsubaki no Ken
03-10-2024, 04:18 PM
(Última modificación: 03-10-2024, 04:18 PM por Hyun Yeon.)
Gracias a tus excelentes reflejos y tu buen control de tus habilidades demoníacas, percibes tu entorno con un grado de detalle que tu forma humana no podría en esta oscuridad. Las vibraciones en el aire no solo te transmiten el recorrido de la daga, sino los movimientos de la gente a tu alrededor. Por los movimientos erráticos que captas en la gente cerca tuya, dirías que están totalmente ciegos y que esto les ha pillado tan por sorpresa como a ti. Es seguro descartar a la gente más cercana como posibles cómplices. Tus antenas también captan los olores del casino, principalmente un ambientador a pino que no logra enmascarar a tus finos sentidos el aroma a sudor humano (y de otras especies, en menor medida). De momento no sientes ningún otro olor que te llame tu atención.
Seguir la trayectoria de la daga sería difícil de no ser porque te has percatado de que la trayectoria era descendente y no una parábola o algo similar. Salvo que el tirador usase algún método para enmascarar la trayectoria (y muy paranoico tendría que haber sido, teniendo en cuenta que ya había apagado las luces), solo hay una dirección de la que podría venir. Te giras mirando hacia arriba y ves el palco superior, silencioso y abandonado... salvo por una puerta entreabierta. Tu haki no te da una enorme cantidad de información, hay simplemente demasiadas voces que escuchar con tu kenbunshoku. Demasiadas personas. Sin embargo, si te centras en las auras a la altura del palco, notas que ahí hay menos gente y que al menos dos, ¿tal vez tres personas? están alejándose del palco en diferentes direcciones. Puede que simplemente haya coincidido o puede que al menos una de esas personas sea quien buscas.
En cualquier caso, mientras estás vigilando tus alrededores y tratando de desentrañar qué ha ocurrido aquí, notas a dos personas acercársete, una de ellas muy grande y con un fuerte olor canino. Bâtard y su acompañante están junto a ti. El vicealmirante te mira cruzado de brazos y comenta con una voz grave, casi en un gruñido - Admitiré que eres persistente, soldado. Sabes seguir órdenes. Y parece que la capitana sabe escoger a la gente... - tras decir eso olfatea el aire y asiente para sí mismo - De acuerdo, ya que estás aquí como mi guardaespaldas, tengo una orden para ti. Es evidente que en este casino ha ocurrido un intento de asesinato. En condiciones normales intervendría, pero... creo que ahora mismo tu capitana tiene buenos motivos para querer demostrar las... - se interrumpe, como si hubiese hablado de más - Mi orden para ti es que captures al asesino. Búscale y encárgate de que sea entregado a la justicia.
En ese momento, la mujer que le acompaña, quien no te había hablado aún, te dice - Te recomiendo darte prisa. Si no me equivoco, hay gente que querrá silenciar al responsable de esto. Es posible que si tardas en encontrarle, nadie más vuelva a ver a esa persona con vida - la voz de la mujer es formal y severa, algo monótona. Te hace pensar en una administrativa o burócrata. Tras eso no dice nada más y se limita a observarte en silencio. Igual esa sensación que has tenido cuando la viste en la entrada no significaba nada. Parece una persona tirando a normal, si se obvia que es evidente que no le falta el dinero.
Seguir la trayectoria de la daga sería difícil de no ser porque te has percatado de que la trayectoria era descendente y no una parábola o algo similar. Salvo que el tirador usase algún método para enmascarar la trayectoria (y muy paranoico tendría que haber sido, teniendo en cuenta que ya había apagado las luces), solo hay una dirección de la que podría venir. Te giras mirando hacia arriba y ves el palco superior, silencioso y abandonado... salvo por una puerta entreabierta. Tu haki no te da una enorme cantidad de información, hay simplemente demasiadas voces que escuchar con tu kenbunshoku. Demasiadas personas. Sin embargo, si te centras en las auras a la altura del palco, notas que ahí hay menos gente y que al menos dos, ¿tal vez tres personas? están alejándose del palco en diferentes direcciones. Puede que simplemente haya coincidido o puede que al menos una de esas personas sea quien buscas.
En cualquier caso, mientras estás vigilando tus alrededores y tratando de desentrañar qué ha ocurrido aquí, notas a dos personas acercársete, una de ellas muy grande y con un fuerte olor canino. Bâtard y su acompañante están junto a ti. El vicealmirante te mira cruzado de brazos y comenta con una voz grave, casi en un gruñido - Admitiré que eres persistente, soldado. Sabes seguir órdenes. Y parece que la capitana sabe escoger a la gente... - tras decir eso olfatea el aire y asiente para sí mismo - De acuerdo, ya que estás aquí como mi guardaespaldas, tengo una orden para ti. Es evidente que en este casino ha ocurrido un intento de asesinato. En condiciones normales intervendría, pero... creo que ahora mismo tu capitana tiene buenos motivos para querer demostrar las... - se interrumpe, como si hubiese hablado de más - Mi orden para ti es que captures al asesino. Búscale y encárgate de que sea entregado a la justicia.
En ese momento, la mujer que le acompaña, quien no te había hablado aún, te dice - Te recomiendo darte prisa. Si no me equivoco, hay gente que querrá silenciar al responsable de esto. Es posible que si tardas en encontrarle, nadie más vuelva a ver a esa persona con vida - la voz de la mujer es formal y severa, algo monótona. Te hace pensar en una administrativa o burócrata. Tras eso no dice nada más y se limita a observarte en silencio. Igual esa sensación que has tenido cuando la viste en la entrada no significaba nada. Parece una persona tirando a normal, si se obvia que es evidente que no le falta el dinero.