Jack D. Agnis
Golden Eyes
03-10-2024, 05:24 PM
(Última modificación: 03-10-2024, 05:24 PM por Jack D. Agnis.)
SILVER
Los esclavos oyen las palabras de Silver, pero aun así no puedo confiar en ti. Lo hicieron una vez y ahora están allí, y no creo que puedan volver a confiar en alguien mas por algun tiempo.
Aun así intentas que el pequeño fuego de esperanza encendido en sus ojos no se apague por completo y lo logras, pero aun te es difícil que puedan arriesgar sus vidas por alguien a quien no conocen.
La mujer te mira a los ojos mientras oye tus palabras, pero notas como al responderle, en sus ojos se va apagado aquella llama de esperanza, hasta que esta aparta la vista de ti, mirando hacia bajo, hacia sus pies desnudos y mugrientos.
-Lo siento chico. Tu deseos y esperanzas son nobles, pero...- ves como sus ojos nuevamente se alzan hacia ti, y logras ver que la llama aun sigue prendida, pequeña, pero prendida. Parece ser que la mujer no ha perdido la esperanza en poder ser libre alguna vez, pero hoy no es el día en que ella cree que pueda escapar.
-... si no tienes nada de eso. No nos puedes asegurar nuestra sobrevivencia. No eres los suficientemente fuerte como para cargarnos en tu espalda. Solo alguien con poder y hombres, como la armada revolucionaria podría hacer esto posible. - dijo la mujer con voz severa, mientras que ves como los otros esclavos asienten con la cabeza, resignados a ser esclavos.
-Ahora vete antes de que esto termine mal para ti- dijo aquella mujer, antes de girarse y quedarse dentro de aquella jaula.
Tus siguientes palabras no hacen efecto alguno con los otros esclavos, salvo por una mujer, la cual se te acerca y te extiende la mano de un niño de unos 6 años de edad.
-Si realmente quieres salvar a alguien. Salva a mi hijo. Él tiene toda la vida por delante. - dijo la mujer, mientras empujaba al niño, el cual lagrimeaba sin parar, hacia tus brazos.
Te pones a revisar el collar del niño, pero te das cuenta que su collar es muy grande y con algo de ayuda por parte del niño, el collar saldrá por encima de su cabeza. Tras intentarlo un poco logras sacárselo, pero en el ese instantes notas que el resplandor del fuego ya no está y que el lugar solo es inundado por el sonido de la pelea de tu compañero.
Al girarte, notas como uno de los matones te sonríe y dispara.
BALAGUS
Intentas cubrir los ataques con tus brazos, los cuales son heridos en el proceso. Sientes como los filos punzantes de las lanzas penetran tu carne, aunque no lo suficiente como los soldados hubieran querido, y tu sangre comienza a caer por tus brazos, como furiosos ríos, lo cual te da un aire con mas intimidante.
Tras recibir esos ataques, empiezas con tu ofensiva. Luego de movilizarte para que no terminar rodeado por los guardias, lanzas un duro golpe hacia el soldado que tenias a tu derecha. Ves como el casco de aquel hombre es arrancando de cuajo, al mismo tiempo en que observas como su mandíbula se fractura ante tu golpe y cae al suelo muerto, o al menos eso es lo que crees.
Sigues con tu pelea, y tras darte cuenta que el agujero que habías provocado tu mismo con tu ataque, era usado por los nobles, alzas a un soldado el cual grita que lo bajes y lo lanzas contra el grupo de ratas que huía por aquel agujero. Cual pinos en el bowling, los nobles caen al suelo heridos y lloriqueando, pero antes de que si quiera pudiera pensar en acercarte a ellos para atacarlos, un grupo de 3 soldados se interponen en tu camino y te vuelven a atacar, mientras que por tu espalda vienes dos soldados mas que también te atacan con sus lanzas.
-Matenlo, matenlo- gritaban los nobles heridos, mientras que al mismo tiempo el sonido de las placas metalicas de las armaduras resonaban por el ambiente, apabullandote y ensordeciendote.
Lentamente comienzas a verte en apuros.
Los esclavos oyen las palabras de Silver, pero aun así no puedo confiar en ti. Lo hicieron una vez y ahora están allí, y no creo que puedan volver a confiar en alguien mas por algun tiempo.
Aun así intentas que el pequeño fuego de esperanza encendido en sus ojos no se apague por completo y lo logras, pero aun te es difícil que puedan arriesgar sus vidas por alguien a quien no conocen.
La mujer te mira a los ojos mientras oye tus palabras, pero notas como al responderle, en sus ojos se va apagado aquella llama de esperanza, hasta que esta aparta la vista de ti, mirando hacia bajo, hacia sus pies desnudos y mugrientos.
-Lo siento chico. Tu deseos y esperanzas son nobles, pero...- ves como sus ojos nuevamente se alzan hacia ti, y logras ver que la llama aun sigue prendida, pequeña, pero prendida. Parece ser que la mujer no ha perdido la esperanza en poder ser libre alguna vez, pero hoy no es el día en que ella cree que pueda escapar.
-... si no tienes nada de eso. No nos puedes asegurar nuestra sobrevivencia. No eres los suficientemente fuerte como para cargarnos en tu espalda. Solo alguien con poder y hombres, como la armada revolucionaria podría hacer esto posible. - dijo la mujer con voz severa, mientras que ves como los otros esclavos asienten con la cabeza, resignados a ser esclavos.
-Ahora vete antes de que esto termine mal para ti- dijo aquella mujer, antes de girarse y quedarse dentro de aquella jaula.
Tus siguientes palabras no hacen efecto alguno con los otros esclavos, salvo por una mujer, la cual se te acerca y te extiende la mano de un niño de unos 6 años de edad.
-Si realmente quieres salvar a alguien. Salva a mi hijo. Él tiene toda la vida por delante. - dijo la mujer, mientras empujaba al niño, el cual lagrimeaba sin parar, hacia tus brazos.
Te pones a revisar el collar del niño, pero te das cuenta que su collar es muy grande y con algo de ayuda por parte del niño, el collar saldrá por encima de su cabeza. Tras intentarlo un poco logras sacárselo, pero en el ese instantes notas que el resplandor del fuego ya no está y que el lugar solo es inundado por el sonido de la pelea de tu compañero.
Al girarte, notas como uno de los matones te sonríe y dispara.
BALAGUS
Intentas cubrir los ataques con tus brazos, los cuales son heridos en el proceso. Sientes como los filos punzantes de las lanzas penetran tu carne, aunque no lo suficiente como los soldados hubieran querido, y tu sangre comienza a caer por tus brazos, como furiosos ríos, lo cual te da un aire con mas intimidante.
Tras recibir esos ataques, empiezas con tu ofensiva. Luego de movilizarte para que no terminar rodeado por los guardias, lanzas un duro golpe hacia el soldado que tenias a tu derecha. Ves como el casco de aquel hombre es arrancando de cuajo, al mismo tiempo en que observas como su mandíbula se fractura ante tu golpe y cae al suelo muerto, o al menos eso es lo que crees.
Sigues con tu pelea, y tras darte cuenta que el agujero que habías provocado tu mismo con tu ataque, era usado por los nobles, alzas a un soldado el cual grita que lo bajes y lo lanzas contra el grupo de ratas que huía por aquel agujero. Cual pinos en el bowling, los nobles caen al suelo heridos y lloriqueando, pero antes de que si quiera pudiera pensar en acercarte a ellos para atacarlos, un grupo de 3 soldados se interponen en tu camino y te vuelven a atacar, mientras que por tu espalda vienes dos soldados mas que también te atacan con sus lanzas.
-Matenlo, matenlo- gritaban los nobles heridos, mientras que al mismo tiempo el sonido de las placas metalicas de las armaduras resonaban por el ambiente, apabullandote y ensordeciendote.
Lentamente comienzas a verte en apuros.