Hyun Yeon
Tsubaki no Ken
03-10-2024, 05:59 PM
(Última modificación: 03-10-2024, 06:00 PM por Hyun Yeon.)
Tu aparición resulta providencial. El factor sorpresa y tu fuerza te permiten abrirte paso por el campo de batalla como un cuchillo a través de mantequilla caliente. Los marines a los que liberas de sus combatientes aprovechan el momento para tomarse un breve respiro, recargar armas o aprovechar la inercia para remontar, atacando a los enemigos en combate con otros aliados. Cuando derribas al pirata que estaba enfrentándose a Abott, la sargento no pierde un momento y empieza a disparar su pistola contra otros objetivos cercanos, apretando furiosamente el gatillo hasta vaciar el tambor. Mientras abre el arma con un gesto seco para dejar caer los casquillos, levanta el sable con la otra mano y se mantiene alerta. Aunque herida, parece aún totalmente dispuesta a luchar y seguir dando guerra.
- Buen trabajo, soldado. Necesitábamos apoyo - la mujer clava el sable en la madera y empieza a recargar de manera precisa pero apresurada su pistola - No voy a mentir, las cosas están mucho más feas por aquí. Uno de sus oficiales, Onigiri, está oculto por ahí, haciendo tácticas de ataque y huida. Es rápido y muy fuerte - pronuncia las palabras con rabia y esfuerzo, como si le costara admitirlo - Me temo que el mando ha subestimado el número y capacidades de la banda. Son muchos, están bien coordinados y sus líderes están a la altura de un suboficial marine o más - entonces baja la voz y te susurra - Octojin, si algo me ocurre, estarás al mando y tus órdenes serán organizar una retirada. No podemos hacer esto sin refuerzos.
- ¡Gerororororo! - escuchas una risa muy peculiar y chillona - ¡No tenéis ninguna oportunidad, marines! - escuchas un sonido de ruedas y de repente ves a un pequeño gyojin rana de color azul subido sobre un stakeboard. Es rechoncho y tiene los ojos saltones y amarillos. Ha salido de detrás de las gradas y se mueve grácilmente haciendo trucos sobre su tabla - No entiendo por qué venís tras nosotros. Nunca hemos causado problemas en Loguetown. Pero ahora que habéis cometido este error, comprobaréis la ira de la Herm... - Abott no pierde un instante y sin dejarle terminar de hablar, le dispara con la pistola. Sin embargo, antes de que pueda terminar de apuntar, Onigiri da un talonazo sobre la parte trasera del skate y lo levanta, cubriéndose con la tabla. La bala rebota contra contra esta y el gyojin vuelve a subirse e impulsarse hacia delante - Demasiado lenta, humana.
Entonces escuchas vítores y aplausos entre los piratas. Por una de las puertas del escenario, portando un bastón de combate apoyado en su hombro derecho, entra un humano alto y calvo, de complexión atlética y con un gran y lustroso mostacho negro. Lleva ropas de corredor y una sonrisa confiada. Los piratas corean su nombre al unísono - ¡Clawsevitz! ¡Clawsevitz! - otro de ellos, enfervorecido, grita - ¡Dales su merecido, Ariete! ¡Enséñales el poder de los Hermanos Mayores! - el hombre responde simplemente alzando el brazo izquierdo hacia lo alto de la carpa, con el dedo índice de extendido, causando fervor entre sus apasionados seguidores. A continuación te señala y dice - Has causado muchos problemas, marine. Pero eso se ha acabado. Ven a por mí si tienes valor.
Mientras tanto, Onigiri y Abott se enzarzan en combate. Abott dispara su pistola mientras Onigiri se mueve rápidamente sobre su skate, esquivando los tiros con rápidos quiebros. De repente, la rana propulsa su lengua como si fuese un proyectil de carne o alguna clave de puño extensible, pero Abott se protege con el sable. Con un pequeño corte en su lengua, el gyojin retrae el órgano y dice - ¡Eztúpida, ezo duele!
- Buen trabajo, soldado. Necesitábamos apoyo - la mujer clava el sable en la madera y empieza a recargar de manera precisa pero apresurada su pistola - No voy a mentir, las cosas están mucho más feas por aquí. Uno de sus oficiales, Onigiri, está oculto por ahí, haciendo tácticas de ataque y huida. Es rápido y muy fuerte - pronuncia las palabras con rabia y esfuerzo, como si le costara admitirlo - Me temo que el mando ha subestimado el número y capacidades de la banda. Son muchos, están bien coordinados y sus líderes están a la altura de un suboficial marine o más - entonces baja la voz y te susurra - Octojin, si algo me ocurre, estarás al mando y tus órdenes serán organizar una retirada. No podemos hacer esto sin refuerzos.
- ¡Gerororororo! - escuchas una risa muy peculiar y chillona - ¡No tenéis ninguna oportunidad, marines! - escuchas un sonido de ruedas y de repente ves a un pequeño gyojin rana de color azul subido sobre un stakeboard. Es rechoncho y tiene los ojos saltones y amarillos. Ha salido de detrás de las gradas y se mueve grácilmente haciendo trucos sobre su tabla - No entiendo por qué venís tras nosotros. Nunca hemos causado problemas en Loguetown. Pero ahora que habéis cometido este error, comprobaréis la ira de la Herm... - Abott no pierde un instante y sin dejarle terminar de hablar, le dispara con la pistola. Sin embargo, antes de que pueda terminar de apuntar, Onigiri da un talonazo sobre la parte trasera del skate y lo levanta, cubriéndose con la tabla. La bala rebota contra contra esta y el gyojin vuelve a subirse e impulsarse hacia delante - Demasiado lenta, humana.
Entonces escuchas vítores y aplausos entre los piratas. Por una de las puertas del escenario, portando un bastón de combate apoyado en su hombro derecho, entra un humano alto y calvo, de complexión atlética y con un gran y lustroso mostacho negro. Lleva ropas de corredor y una sonrisa confiada. Los piratas corean su nombre al unísono - ¡Clawsevitz! ¡Clawsevitz! - otro de ellos, enfervorecido, grita - ¡Dales su merecido, Ariete! ¡Enséñales el poder de los Hermanos Mayores! - el hombre responde simplemente alzando el brazo izquierdo hacia lo alto de la carpa, con el dedo índice de extendido, causando fervor entre sus apasionados seguidores. A continuación te señala y dice - Has causado muchos problemas, marine. Pero eso se ha acabado. Ven a por mí si tienes valor.
Mientras tanto, Onigiri y Abott se enzarzan en combate. Abott dispara su pistola mientras Onigiri se mueve rápidamente sobre su skate, esquivando los tiros con rápidos quiebros. De repente, la rana propulsa su lengua como si fuese un proyectil de carne o alguna clave de puño extensible, pero Abott se protege con el sable. Con un pequeño corte en su lengua, el gyojin retrae el órgano y dice - ¡Eztúpida, ezo duele!