Sowon
Luna Sangrienta
04-10-2024, 12:27 AM
La mujer sonreía tranquila ante las palabras de aquel sujeto, parecía alguien de fiar que pese a no elegir ese estilo de vida pudo saber como utilizarlo como elemento catalizador en su propio camino, no respondió por unos segundos solo pensó. Admiraba la puntería del hombre, ella no necesitaba tanta puntería cuando su espada facilmente abarcaba unos cuantos metros de un solo movimiento, siempre había sido alguien de fuerza más que de estrategia. Algo, sin embargo, le resultaba bastante curioso al momento de estar hablando, el sujeto había mencionado algo sobre que no cambiaría ese modo de vida. Era una frase bastante profunda al menos en su tribu, implicaba el entregarse completamente a ese modo de subsistencia quizás por mero entretenimiento, aunque a veces tenía un propósito detrás. Sueños, eso volvía a su mente, todos los humanos parecían tener algo así y atesorarlo ya fuera un objetivo, una razón o alguna forma de dejar un legado. Ella, muy por el contrario, no tenía un sueño su mera existencia recaía en vivir para morir luchando pero incluso ese fin no era un sueño si no más bien algo escrito. Cualquiera que buscase pelear tarde o temprano terminaría muriendo en batalla, fuera por un oponente superior o por un sacrificio para lograr una victoria, nadie había conseguido la inmortalidad desde tiempos lejanos la inmortalidad era algo solo alcanzable al realizarse un sueño que trascendiera el tiempo y marcase el mundo.
—¿Tienes un sueño? Suena a que si no quieres cambiar la forma en la que vives es que no solo ves en aquello un medio de sobrevivir, lo ves como un camino para llegar a una meta. Incluso sin la maldición, pareces insinuar que necesitas saber lo que has aprendido para llegar a algún lugar o cumplir con algún recado. Yo, no tengo un sueño, no tengo una meta y salí al mar a buscarlo, hasta que encuentre ese lugar no creo poder inclinar mi cabeza ante otro. Alguien que somete su sueño a otro individuo no es más que un seguidor, y a mí nunca me ha gustado seguir a nadie, necesito saber que es lo que realmente deseo antes de pensar en el futuro lejano.—
Reflexionó tomando otro poco, sacudiendo la cabeza, no era algo que le gustase compartir pero con el alcohol y el rumbo de la charla lo había dicho una vez más. ¿Cómo reaccionaría aquel sujeto? A lo mejor buscaría reclutarle, todos en ese pueblo parecían buscar a alguien capaz de despedazar gente y forzarle a seguir su camino. Escuchó la frase sobre esclavos, eso le hizo reflexionar con incluso más profundidad, acarició al animal con bastante ternura mientras sus labios formulaban una nueva frase.
—¿Esclavos? Hay varios de esos en esta sociedad lamentablemente, hay quienes creen que tienen derecho en aprisionar a otros una relación bastante escabrosa. ¿Acaso no es también someterte a la esclavitud cuando inclinas tu cabeza ante otro? He visto a esos tipos, todos siguen al grandote, pero ninguno busca destacar pareciera que solo lo siguen porque porta un sombrero. Nunca me he acostumbrado a las relaciones de jerarquía dentro de un barco, a lo mejor no es una vida que me gustaría llevar, ya sabes someter tu sueño ante otro y luego someter tu voluntad a los designios de alguien que se considera capitán por fuerza, por coraje o por querer serlo. Prefiero vivir bajo mi propia voluntad...—
Lanzó sin medir su sinceridad, ella no mentía, tampoco necesitaba la aprobación de otros ni creía estar diciendo algo despectivo frente a las normas piratas que parecían regir la vida del mar durante tantos siglos. Su actitud cambió repentinamente ante la actitud del hombre al ser cuestionado sobre sus preferencias o la mera mención de un trato entre ambos, algo que le acarició el ego y le hizo inclinarse sugerentemente, por mera diversión, era contradictorio como podía exponerse para luego enojarse ante quienes le veían como un mero objeto de placer algo de su persona que constantemente le sometía a escenas complicadas de justificar.
—Oh, veo que el solo hecho de imaginar sentirlas cerca te ha hecho toser, seguiré tus planes tu me dices cuando puedo empezar a cortar. Esperemos que ese escondite no sea muy estrecho, a veces es complicado desenvainar en cuevas, pero a lo mejor podamos hacerlos salir y mientras yo me encargo de eliminarlos a cielo abierto te doy la oportunidad de escabullirte dentro.—
Bromeó mientras disfrazaba de coqueteo la estrategia a seguir, incluso en una situación tan colorida parecía pensar bastante bien en cuanto a sus propias limitaciones y la mejor forma de abordar el inminente ataque.
—¿Tienes un sueño? Suena a que si no quieres cambiar la forma en la que vives es que no solo ves en aquello un medio de sobrevivir, lo ves como un camino para llegar a una meta. Incluso sin la maldición, pareces insinuar que necesitas saber lo que has aprendido para llegar a algún lugar o cumplir con algún recado. Yo, no tengo un sueño, no tengo una meta y salí al mar a buscarlo, hasta que encuentre ese lugar no creo poder inclinar mi cabeza ante otro. Alguien que somete su sueño a otro individuo no es más que un seguidor, y a mí nunca me ha gustado seguir a nadie, necesito saber que es lo que realmente deseo antes de pensar en el futuro lejano.—
Reflexionó tomando otro poco, sacudiendo la cabeza, no era algo que le gustase compartir pero con el alcohol y el rumbo de la charla lo había dicho una vez más. ¿Cómo reaccionaría aquel sujeto? A lo mejor buscaría reclutarle, todos en ese pueblo parecían buscar a alguien capaz de despedazar gente y forzarle a seguir su camino. Escuchó la frase sobre esclavos, eso le hizo reflexionar con incluso más profundidad, acarició al animal con bastante ternura mientras sus labios formulaban una nueva frase.
—¿Esclavos? Hay varios de esos en esta sociedad lamentablemente, hay quienes creen que tienen derecho en aprisionar a otros una relación bastante escabrosa. ¿Acaso no es también someterte a la esclavitud cuando inclinas tu cabeza ante otro? He visto a esos tipos, todos siguen al grandote, pero ninguno busca destacar pareciera que solo lo siguen porque porta un sombrero. Nunca me he acostumbrado a las relaciones de jerarquía dentro de un barco, a lo mejor no es una vida que me gustaría llevar, ya sabes someter tu sueño ante otro y luego someter tu voluntad a los designios de alguien que se considera capitán por fuerza, por coraje o por querer serlo. Prefiero vivir bajo mi propia voluntad...—
Lanzó sin medir su sinceridad, ella no mentía, tampoco necesitaba la aprobación de otros ni creía estar diciendo algo despectivo frente a las normas piratas que parecían regir la vida del mar durante tantos siglos. Su actitud cambió repentinamente ante la actitud del hombre al ser cuestionado sobre sus preferencias o la mera mención de un trato entre ambos, algo que le acarició el ego y le hizo inclinarse sugerentemente, por mera diversión, era contradictorio como podía exponerse para luego enojarse ante quienes le veían como un mero objeto de placer algo de su persona que constantemente le sometía a escenas complicadas de justificar.
—Oh, veo que el solo hecho de imaginar sentirlas cerca te ha hecho toser, seguiré tus planes tu me dices cuando puedo empezar a cortar. Esperemos que ese escondite no sea muy estrecho, a veces es complicado desenvainar en cuevas, pero a lo mejor podamos hacerlos salir y mientras yo me encargo de eliminarlos a cielo abierto te doy la oportunidad de escabullirte dentro.—
Bromeó mientras disfrazaba de coqueteo la estrategia a seguir, incluso en una situación tan colorida parecía pensar bastante bien en cuanto a sus propias limitaciones y la mejor forma de abordar el inminente ataque.