Con un ágil movimiento giratorio, el marine de alto rango consiguió amortiguar y repeler gran parte de los ataques que le habíamos lanzado entre el peliblanco y yo. Aquella manera de girar con su escudo recordaba a un remolino en miniatura de los que a veces me encontraba nadando bajo el agua, qué gran manera de repeler un ataque que viene de varias direcciones, esa idea me la apuntaba para reproducirla en el futuro ya fuese se una manera o de otra.
El capitán no tuvo más remedio que acabar hincando la rodilla luego de la combinación letal que le habíamos lanzado entre Shiro y yo. Jadeante parecía estar maldiciéndonos por haber destrozado su escuadrón. Sacando fuerzas de flaqueza parecía querer lanzar una última ofensiva, me encontraba justo delante suya así que su objetivo sería yo casi con toda seguridad. Debía ser rápido y aprovechar la distancia que nos separaba para preparar mi defensa, de otro modo seguramente lo fuese a pasar mal. No hay nada más peligroso que un hombre que no tiene nada que perder, éste marine tenía claro que no íbamos a tener ninguna piedad con él así que trató al menos de causarnos la mayor cantidad de dolor que fuese capaz de infligir con las pocas energías que le quedaban.
Rápidamente al ver sus ojos envueltos en cólera e ira y antes de que se lanzase contra mí, levanté mis puños al tiempo que agachaba mi cuerpo dispuesto a encajar y recibir la ofensiva del Capitán. - Esto va a ser duro-. Dije mientras me pertrechaba y esperaba su brutal acometida con la idea de que, mientras me atacaba a mi, Shiro hiciese de las suyas. El ataque no se hizo esperar demasiado, trató de golpearme la garganta con el escudo pero al estar defendiéndome me golpeó en los antebrazos. Sin duda no era un marine más del montón, había recibido buena instrucción militar y además, atacaba con mala leche. El golpe era doloroso aunque no lo suficiente para hacerme bajar los brazos.
Seguido, lanzó un segundo ataque intentando golpearme desde una posición más elevada tras un salto con el escudo. Menos mal que no había bajado la guardia luego del primer golpe, éste segundo venía directo a golpearme en la cabeza y eso si que podía haberme puesto en serios aprietos. -Golpeas duro Marine, gracias por esta gran experiencia... ¡¡Ve Shiro!!-. Grité mientras poco a poco bajaba los brazos luego de aquella acometida, me había dejado los brazos muy doloridos y entumecidos. Necesitaría unos segundos para recuperar la movilidad de estos. Sin duda aquel marine era peligroso.
El capitán no tuvo más remedio que acabar hincando la rodilla luego de la combinación letal que le habíamos lanzado entre Shiro y yo. Jadeante parecía estar maldiciéndonos por haber destrozado su escuadrón. Sacando fuerzas de flaqueza parecía querer lanzar una última ofensiva, me encontraba justo delante suya así que su objetivo sería yo casi con toda seguridad. Debía ser rápido y aprovechar la distancia que nos separaba para preparar mi defensa, de otro modo seguramente lo fuese a pasar mal. No hay nada más peligroso que un hombre que no tiene nada que perder, éste marine tenía claro que no íbamos a tener ninguna piedad con él así que trató al menos de causarnos la mayor cantidad de dolor que fuese capaz de infligir con las pocas energías que le quedaban.
Rápidamente al ver sus ojos envueltos en cólera e ira y antes de que se lanzase contra mí, levanté mis puños al tiempo que agachaba mi cuerpo dispuesto a encajar y recibir la ofensiva del Capitán. - Esto va a ser duro-. Dije mientras me pertrechaba y esperaba su brutal acometida con la idea de que, mientras me atacaba a mi, Shiro hiciese de las suyas. El ataque no se hizo esperar demasiado, trató de golpearme la garganta con el escudo pero al estar defendiéndome me golpeó en los antebrazos. Sin duda no era un marine más del montón, había recibido buena instrucción militar y además, atacaba con mala leche. El golpe era doloroso aunque no lo suficiente para hacerme bajar los brazos.
Seguido, lanzó un segundo ataque intentando golpearme desde una posición más elevada tras un salto con el escudo. Menos mal que no había bajado la guardia luego del primer golpe, éste segundo venía directo a golpearme en la cabeza y eso si que podía haberme puesto en serios aprietos. -Golpeas duro Marine, gracias por esta gran experiencia... ¡¡Ve Shiro!!-. Grité mientras poco a poco bajaba los brazos luego de aquella acometida, me había dejado los brazos muy doloridos y entumecidos. Necesitaría unos segundos para recuperar la movilidad de estos. Sin duda aquel marine era peligroso.