King Kazma
Shiromimi
04-10-2024, 07:34 PM
(Última modificación: 04-10-2024, 07:35 PM por King Kazma.)
Lo más sospechoso de aquel nuevo individuo era que ni siquiera Alexander se había percatado de su presencia, y su oído era muy bueno, incluso había encontrado a aquel bandido encaramado a un árbol sin necesidad de mirar arriba. Si era capaz de ser así de sigiloso, podría haberles atacado en cualquier momento, por lo que era lógico suponer que no era su enemigo. Igualmente no podía bajar la guardia ante alguien tan habilidoso. Hablaba de buscar la paz pero que no se podía pasar de ciertas cosas. Estaba de acuerdo. Si lo hubieran provocado de alguna forma, King no se habría quedado sentado mirando cómo se llevaban a la chica y probablemente la posada no hubiera ardido. Probablemente no era lo mismo de lo que hablaba el zorro, que tenía un tinte más parecido a la moral y la justicia, pero eran conceptos similares. Él tampoco dejaría que mataran a un niño delante de sus ojos, le daban igual los demás, pero todo tenía un límite.
Alexander dio un discurso que daba miedo. Tanto que el bandido incluso perdió el control de algunas partes de su cuerpo. Tenía que reconocer que el lobo podía ser intimidante si quería… Desde luego sabía que era capaz de hacer todo lo que había dicho gracias a sus conocimientos médicos, así que no quería estar en la piel del bandido en ese momento ni en ningún otro. Sólo le había visto la faceta amable hasta el momento, así que King nunca pensó que fuera capaz de amenazar de esa forma a alguien. Se alegraba de tenerlo en su tripulación, sus habilidades serían muy útiles en situaciones futuras. Pero ahora que el mink lobo había quedado tan bien demostrando su habilidad intimidatoria, King no podía ser menos. Para algo era el capitán.
Mientras que los otros dos se escondieron al escuchar cómo se acercaban otras personas, King permaneció donde estaba, en pie y quieto, dejándose ver perfectamente. Los bandidos no tardaron en aparecer y pedir explicaciones arma en mano. ¿Cómo podía proceder? No sabía exactamente el nivel de esos tipos, pero a juzgar por el que cayó del árbol que golpeó Alexander, no deberían ser muy fuertes, incluso blandiendo espadas. - ¿Él? Está bastante bien. Sólo se ha caído. – Respondió justo antes de salir disparado hacia ellos a la mayor velocidad que le permitían sus piernas para, en el momento en que estuvo frente a ellos, sujetar las muñecas de las manos que sostenían sendas espadas con una técnica especial de agarre que le permitía una mayor fuerza en el mismo. Entonces sus manos comenzaron a volverse cada vez más y más calientes, ascendiendo la temperatura de la misma forma en que lo hacía una placa de vitrocerámica, pero más lento, para que les diera tiempo a sus pequeños cerebros a pensar en lo que estaba sucediendo. – Mucho mejor de lo que vais a estar vosotros. Si jugáis con fuego. Os acabaréis quemando. – La temperatura de sus manos ya rondaba los 80 grados, más que suficiente para que cualquier persona normal chillara y tratara de apartarse de la fuente de calor. Pero en este caso, dicha fuente era la que los retenía en el sitio. - ¿Quieres rematarlos, Tenka? Alexander sé que no quiere matar.
Alexander dio un discurso que daba miedo. Tanto que el bandido incluso perdió el control de algunas partes de su cuerpo. Tenía que reconocer que el lobo podía ser intimidante si quería… Desde luego sabía que era capaz de hacer todo lo que había dicho gracias a sus conocimientos médicos, así que no quería estar en la piel del bandido en ese momento ni en ningún otro. Sólo le había visto la faceta amable hasta el momento, así que King nunca pensó que fuera capaz de amenazar de esa forma a alguien. Se alegraba de tenerlo en su tripulación, sus habilidades serían muy útiles en situaciones futuras. Pero ahora que el mink lobo había quedado tan bien demostrando su habilidad intimidatoria, King no podía ser menos. Para algo era el capitán.
Mientras que los otros dos se escondieron al escuchar cómo se acercaban otras personas, King permaneció donde estaba, en pie y quieto, dejándose ver perfectamente. Los bandidos no tardaron en aparecer y pedir explicaciones arma en mano. ¿Cómo podía proceder? No sabía exactamente el nivel de esos tipos, pero a juzgar por el que cayó del árbol que golpeó Alexander, no deberían ser muy fuertes, incluso blandiendo espadas. - ¿Él? Está bastante bien. Sólo se ha caído. – Respondió justo antes de salir disparado hacia ellos a la mayor velocidad que le permitían sus piernas para, en el momento en que estuvo frente a ellos, sujetar las muñecas de las manos que sostenían sendas espadas con una técnica especial de agarre que le permitía una mayor fuerza en el mismo. Entonces sus manos comenzaron a volverse cada vez más y más calientes, ascendiendo la temperatura de la misma forma en que lo hacía una placa de vitrocerámica, pero más lento, para que les diera tiempo a sus pequeños cerebros a pensar en lo que estaba sucediendo. – Mucho mejor de lo que vais a estar vosotros. Si jugáis con fuego. Os acabaréis quemando. – La temperatura de sus manos ya rondaba los 80 grados, más que suficiente para que cualquier persona normal chillara y tratara de apartarse de la fuente de calor. Pero en este caso, dicha fuente era la que los retenía en el sitio. - ¿Quieres rematarlos, Tenka? Alexander sé que no quiere matar.