[Misión de temporada - Cacería] Pelillos a la mar.

Su filo había logrado impactar lo suficientemente fuerte como para que este caiga al suelo, no necesariamente por sus heridas, sino más bien por el desgaste del encuentro, que el mismo Illya empezaba a sentir. - Vaya - ese ultimo golpe si que lo sorprendió, pero no hizo más que contener el daño mismo de la espada. Observó como Rocket caía al piso en un instante luego del choque. Estaba tan concentrado que perdió de vista a la muchedumbre por un momento. Luego de reconocerse así mismo el vencedor del encuentro se dispuso a continuar con la entrega, pero había un pequeño problema, y no me refiero al Gyojing, sino al desenfreno de las muchedumbres. Su rostro cambio en un segundo a un semblante de ira pocas veces visto en el viejo Lunarian, para acto seguido y con su espada aún en mano, enfrentar a los ciudadanos con su mirada fría y calculadora - No se atrevan malditos entrometidos - no estaba orgulloso del que espectáculo que habían dado ni mucho menos, tampoco permitiría que la gente del pueblo haga su " justicia ", ese era su trabajo y le correspondía únicamente a él hacerse cargo. Con su mirada cuasi demoniaca enfrento a los aldeanos con la única intención de intimidarlos.

 No tuvo mucho resultado, los allí presentes estaban desquiciados con el ya inconsciente Paprika, sin demasiadas opciones decidió retirarse alzando vuelo y llevándose en brazos al Gyojing. - Esto se salió de control - dijo mientras tomaba a Paprika en brazos y daba un salto hasta alcanzar los aires. Desde la altura podría evitar las muchedumbres e ir directamente hacía su destino, o mejor dicho, el punto de entrega.

 Con prodigiosa habilidad identificó en la distancia su objetivo y corto distancia hasta alcanzar el cuartel de la marine. Una vez allí se presentaría como el Cuervo Cazador y haría entrega del sujeto.- Disculpen la hora, vengo a hacer entrega del pedido de captura - dijo mientras enseñaba el cartel de wanted a los guardias de la entrada principal - No se preocupen, no se despertara en un buen rato - dijo, mientras le entregaba al sujeto para su custodia y encarcelamiento. Sin duda había sido una noche agotadora, a partir de entonces quedaría esperar su paga y buscar alguna habitación para descansar.