Gavyn Peregrino
Rose/Ícaro
05-10-2024, 05:50 PM
(Última modificación: 05-10-2024, 06:28 PM por Gavyn Peregrino.
Razón: Edité porque estaba mal calculado el daño de Gavyn y también el gasto de energía
)
El calor sofocante casi no me dejaba respirar o pensar claramente, pero no significaba que no supiera que estaba sucediendo, al menos en lo que a mí respectaba y lo cierto es que todo lo que sucedió despertó un ansia repentina… Que realmente necesitaba moderar. Ser levantado del suelo fue una experiencia que no quería volver a repetir, definitivamente, tenía una idea de quien me estaba levantando, porque reconocía la altura fácilmente, elevarme para hablar con los demás era algo realmente frecuente, estar frente a frente me agradaba a veces, incluso si sabía que no era necesario en absoluto. Apreté las alas con fuerza, porque la temperatura aumentó de forma repentina, definitivamente no solo era la cercanía al muro de magma y roca, sino que el mismo individuo que me estaba sosteniendo en su hombro se estaba sobrecalentando.
Mi torso se impregnó de sudor de forma repentina, al igual que mi espalda, la diferencia era que en este último caso la transpiración me pertenecía solo a mí. Hay mucha diferencia entre el magma y el fuego, el primero es roca fundida extremadamente caliente; el fuego es una reacción química que se produce por medio de varios componentes… Pero esas diferencias no importan una mierda cuando una parte increíblemente grande e importante de tu cuerpo es altamente inflamable y el tipo que te carga casi llega hasta el techo. En medio de toda esa confusión mental aun pensaba en las siguientes palabras mordaces que diría, incluso si el tiempo no lo permitía.
Incluso medio sofocado soy desagradable.
Me sobresalté cuando recibí una nalgada, reconocí la voz con una facilidad esclarecedora, tenía que admitir que Bonez era muchas cosas, pero evidentemente es temerario, no le tiene miedo a la muerte. Me aferré a la camiseta de Drake, aunque estaba ligeramente resbaladiza y mis dedos algo débiles, cuando el calor comenzó a ceder. Recuperé de a paulatinamente la compostura, apretando con fuerza los párpados cuando me bajaron, la sala a la cual entramos me permitió respirar sin que la sensación de sofoco me invada, podía inhalar aire fresco, que llenaba mis pulmones lentamente, sabía que hacerlo rápido solo provocaría que me agite más. No tuve suficiente tiempo para decir algo cuando el azabache me animó a seguir, fruncí el ceño, sin deseos de quedarme en deuda con él, por lo que agité mis alas, arrojando aire en su dirección para enfriarlo progresivamente, sin causarle un shock térmico. Una vez terminé, moví mis alas para asegurarme de que estaban allí después de esa experiencia y las acicalé.
No me quedé demasiado tiempo quieto, no me caracteriza detenerme, especialmente no con las interacciones entre los miembros de la tripulación. Evitaba muchos de mis dramas, no buscaba estar en primera fila para presenciar los ajenos. Plegué las alas y me di vuelta, mis piernas ya no eran como dos masas pesadas y débiles, seguí al resto de la tripulación por las escaleras, solo había unas en el centro de la cámara circular, por lo que los otros grupos, inevitablemente, vinieron tras nosotros. Afortunadamente, o desafortunadamente, las escalinatas se dividían en varios pasadizos, cinco, para ser exactos, pero eso no fue impedimento, continuamos tras Nikkei, corriendo rápidamente para alcanzar la siguiente ubicación. Y vaya que lo que encontramos dejaría boquiabierto a cualquier zángano que se haga llamar pirata.
La cámara era enorme, estaba bastante seguro de que medía, al menos, unos cien metros de largo y ancho, un cuadrado casi perfecto, no podía asegurar lo mismo de su altura, probablemente rebasaba los cien metros, la tenue y escasa luz de la luna se colaba por una claraboya bien ubicada, haciendo que la iluminación dependiera de las antorchas y fogones estratégicamente distribuidos alrededor de la sala, incluso entonces la capacidad de mi visión me permitía observar bien que había cerca de nosotros. Naturalmente, lo primero que llamó mi atención fue el oro, sin embargo, pronto desvié mis ojos dorados al centro de la cámara, allí, apostada cual gobernante inamovible, había una pirámide antigua y en su pináculo reposaba lo que suponía era una gema resplandeciente de un rojo ominoso.
Obviamente había una trampa.
No había que ser muy avispado para notarlo, la mayoría de los tesoros, lógicamente, estaban fuertemente defendidos por los vivos y, los que no, estaban custodiados por las estratagemas de los muertos. Si, no tenía la intención de tocar esa cosa, no después de lo que sucedió en la primera sala. Esto me llevó a concentrarme en el resto de la sala, en aquello más notable y visible, allí habían dos estatuas de oro y roca, ah, entonces eso era, al pie de la pirámide había un cofre que gritaba a los 4 vientos: “Tesoro”. A nuestra derecha se alzaba una estructura de piedra tallada que parecía tener una palanca en el centro, cerca de la salida en la que nos encontrábamos había dos tumbas enormes, tenían el ancho de mis alas, por lo que me preguntaba qué habría dentro de ellas…
Una vez terminé de maravillarme, porque todo era demasiado para ser real, mis iris como piedras preciosas se encontraron con parte del horror que nos esperaba en la cámara: Huesos. Evidentemente muchos eran de personas o animales, pero principalmente de los primeros, no era complicado deducir que sucedió, pero ¿Habían llegado todos hasta aquí? ¿Cuándo? ¿Quién desplegaba las trampas? Si en la primera cámara, en la cual comenzamos nuestra aventura, había un círculo de sangre, significaba que alguien había recorrido el lugar en alguna época anterior a la nuestra y fallecieron de una forma diferente.
O los diseñadores del laberinto tenían un macabro sentido de la decoración.
Volví la mirada hacia Nikkei, quien sonreía como un niño en una dulcería y que, luego, nos dio un pulgar hacia arriba, confirmando que todo estaba bien. Pero ver el estado de quienes intentaron obtener este tesoro no ayudaba con el caso, me sentía más cauteloso, especialmente siendo consciente de que Nikkei no tenía sentido de la autoconservación, o tenía un desprecio activo por la vida. Cuando se giró para continuar encontró al integrante faltante de la tripulación, Draven. Lo analicé de arriba a abajo, parecía estar entero… Bueno, sin contar las partes ya faltantes de su persona.
El grito de Nikkei hizo eco por toda la cámara bruñida, llegando hasta la cúspide de la pirámide, allí donde Draven aparentemente había capturado la piedra y continuaría por su cuenta, por las señas que había realizado. Para nuestra mala suerte no éramos los únicos que estaban allí, obviamente, pronto la sala se vio invadida por más miembros de otras tripulaciones, algunos de ellos festejando a pesar de haber llegado después del resto de los equipos, aparentemente no tenían mucha intención de compartir el tesoro. Que bueno que tampoco teníamos la intención de dejarlos salir con nada entre manos. Hm, aunque suena mejor no dejarlos salir con vida, pero supuse que no estábamos aquí para cortar cabezas. El aviso del capitán hacia uno de los miembros de la otra tripulación al que había visto “Lance” me dejó claras cuales eran sus intenciones. A mi y a toda la audiencia que había en la cámara.
Dicen que la voz del capitán puede escucharse en cualquier lugar y momento. Desde la tormenta más implacable hasta los cincuenta metros de una sala.
Sin embargo, algo que atrajo aún más mi atención fueron las palabras de Drake: Uno de ellos vale más que el tesoro mismo… Bueno, quizás sí vinimos a cortar cabezas a fin de cuentas, pero en un sentido más figurado. Había que cortar la cabeza de la serpiente. Alcé vuelo, desplegando mis alas para seguir a los demás, manteniéndome unos metros detrás del capitán y de Drake, quienes iban directamente hacia otro de los mink más llamativos del lugar: Un conejo con jeans anchos, chaleco inflable rojo y guantes del mismo color. No sabía si sería necesario intervenir o apoyar a ambos, pero no tenía duda de que se encargarían del mink sin ningún problema. Algo que no admitiría más temprano que tarde.
Me desvié de su ubicación rápidamente, volando con rapidez hacia Draven, había visto por el rabillo del ojo que necesitaría ayuda, la trampa de barro que vi que había plantado debía ser útil para sujetar a sus objetivos, así que, tan pronto como llegué, empuñé mis dagas y lanzando una estocada hacia la espalda del Panda, con la intención de realizar un corto profundo antes de continuar, girando por su derecha para subir hacia donde se encontraba Draven.
. – Quizás una mano te venga bien ¿No? Te lo debo. –Le dije, alzando una ceja mientras me mantenía unos centímetros por encima del suelo.
Mi torso se impregnó de sudor de forma repentina, al igual que mi espalda, la diferencia era que en este último caso la transpiración me pertenecía solo a mí. Hay mucha diferencia entre el magma y el fuego, el primero es roca fundida extremadamente caliente; el fuego es una reacción química que se produce por medio de varios componentes… Pero esas diferencias no importan una mierda cuando una parte increíblemente grande e importante de tu cuerpo es altamente inflamable y el tipo que te carga casi llega hasta el techo. En medio de toda esa confusión mental aun pensaba en las siguientes palabras mordaces que diría, incluso si el tiempo no lo permitía.
Incluso medio sofocado soy desagradable.
Me sobresalté cuando recibí una nalgada, reconocí la voz con una facilidad esclarecedora, tenía que admitir que Bonez era muchas cosas, pero evidentemente es temerario, no le tiene miedo a la muerte. Me aferré a la camiseta de Drake, aunque estaba ligeramente resbaladiza y mis dedos algo débiles, cuando el calor comenzó a ceder. Recuperé de a paulatinamente la compostura, apretando con fuerza los párpados cuando me bajaron, la sala a la cual entramos me permitió respirar sin que la sensación de sofoco me invada, podía inhalar aire fresco, que llenaba mis pulmones lentamente, sabía que hacerlo rápido solo provocaría que me agite más. No tuve suficiente tiempo para decir algo cuando el azabache me animó a seguir, fruncí el ceño, sin deseos de quedarme en deuda con él, por lo que agité mis alas, arrojando aire en su dirección para enfriarlo progresivamente, sin causarle un shock térmico. Una vez terminé, moví mis alas para asegurarme de que estaban allí después de esa experiencia y las acicalé.
No me quedé demasiado tiempo quieto, no me caracteriza detenerme, especialmente no con las interacciones entre los miembros de la tripulación. Evitaba muchos de mis dramas, no buscaba estar en primera fila para presenciar los ajenos. Plegué las alas y me di vuelta, mis piernas ya no eran como dos masas pesadas y débiles, seguí al resto de la tripulación por las escaleras, solo había unas en el centro de la cámara circular, por lo que los otros grupos, inevitablemente, vinieron tras nosotros. Afortunadamente, o desafortunadamente, las escalinatas se dividían en varios pasadizos, cinco, para ser exactos, pero eso no fue impedimento, continuamos tras Nikkei, corriendo rápidamente para alcanzar la siguiente ubicación. Y vaya que lo que encontramos dejaría boquiabierto a cualquier zángano que se haga llamar pirata.
La cámara era enorme, estaba bastante seguro de que medía, al menos, unos cien metros de largo y ancho, un cuadrado casi perfecto, no podía asegurar lo mismo de su altura, probablemente rebasaba los cien metros, la tenue y escasa luz de la luna se colaba por una claraboya bien ubicada, haciendo que la iluminación dependiera de las antorchas y fogones estratégicamente distribuidos alrededor de la sala, incluso entonces la capacidad de mi visión me permitía observar bien que había cerca de nosotros. Naturalmente, lo primero que llamó mi atención fue el oro, sin embargo, pronto desvié mis ojos dorados al centro de la cámara, allí, apostada cual gobernante inamovible, había una pirámide antigua y en su pináculo reposaba lo que suponía era una gema resplandeciente de un rojo ominoso.
Obviamente había una trampa.
No había que ser muy avispado para notarlo, la mayoría de los tesoros, lógicamente, estaban fuertemente defendidos por los vivos y, los que no, estaban custodiados por las estratagemas de los muertos. Si, no tenía la intención de tocar esa cosa, no después de lo que sucedió en la primera sala. Esto me llevó a concentrarme en el resto de la sala, en aquello más notable y visible, allí habían dos estatuas de oro y roca, ah, entonces eso era, al pie de la pirámide había un cofre que gritaba a los 4 vientos: “Tesoro”. A nuestra derecha se alzaba una estructura de piedra tallada que parecía tener una palanca en el centro, cerca de la salida en la que nos encontrábamos había dos tumbas enormes, tenían el ancho de mis alas, por lo que me preguntaba qué habría dentro de ellas…
Una vez terminé de maravillarme, porque todo era demasiado para ser real, mis iris como piedras preciosas se encontraron con parte del horror que nos esperaba en la cámara: Huesos. Evidentemente muchos eran de personas o animales, pero principalmente de los primeros, no era complicado deducir que sucedió, pero ¿Habían llegado todos hasta aquí? ¿Cuándo? ¿Quién desplegaba las trampas? Si en la primera cámara, en la cual comenzamos nuestra aventura, había un círculo de sangre, significaba que alguien había recorrido el lugar en alguna época anterior a la nuestra y fallecieron de una forma diferente.
O los diseñadores del laberinto tenían un macabro sentido de la decoración.
Volví la mirada hacia Nikkei, quien sonreía como un niño en una dulcería y que, luego, nos dio un pulgar hacia arriba, confirmando que todo estaba bien. Pero ver el estado de quienes intentaron obtener este tesoro no ayudaba con el caso, me sentía más cauteloso, especialmente siendo consciente de que Nikkei no tenía sentido de la autoconservación, o tenía un desprecio activo por la vida. Cuando se giró para continuar encontró al integrante faltante de la tripulación, Draven. Lo analicé de arriba a abajo, parecía estar entero… Bueno, sin contar las partes ya faltantes de su persona.
El grito de Nikkei hizo eco por toda la cámara bruñida, llegando hasta la cúspide de la pirámide, allí donde Draven aparentemente había capturado la piedra y continuaría por su cuenta, por las señas que había realizado. Para nuestra mala suerte no éramos los únicos que estaban allí, obviamente, pronto la sala se vio invadida por más miembros de otras tripulaciones, algunos de ellos festejando a pesar de haber llegado después del resto de los equipos, aparentemente no tenían mucha intención de compartir el tesoro. Que bueno que tampoco teníamos la intención de dejarlos salir con nada entre manos. Hm, aunque suena mejor no dejarlos salir con vida, pero supuse que no estábamos aquí para cortar cabezas. El aviso del capitán hacia uno de los miembros de la otra tripulación al que había visto “Lance” me dejó claras cuales eran sus intenciones. A mi y a toda la audiencia que había en la cámara.
Dicen que la voz del capitán puede escucharse en cualquier lugar y momento. Desde la tormenta más implacable hasta los cincuenta metros de una sala.
Sin embargo, algo que atrajo aún más mi atención fueron las palabras de Drake: Uno de ellos vale más que el tesoro mismo… Bueno, quizás sí vinimos a cortar cabezas a fin de cuentas, pero en un sentido más figurado. Había que cortar la cabeza de la serpiente. Alcé vuelo, desplegando mis alas para seguir a los demás, manteniéndome unos metros detrás del capitán y de Drake, quienes iban directamente hacia otro de los mink más llamativos del lugar: Un conejo con jeans anchos, chaleco inflable rojo y guantes del mismo color. No sabía si sería necesario intervenir o apoyar a ambos, pero no tenía duda de que se encargarían del mink sin ningún problema. Algo que no admitiría más temprano que tarde.
Me desvié de su ubicación rápidamente, volando con rapidez hacia Draven, había visto por el rabillo del ojo que necesitaría ayuda, la trampa de barro que vi que había plantado debía ser útil para sujetar a sus objetivos, así que, tan pronto como llegué, empuñé mis dagas y lanzando una estocada hacia la espalda del Panda, con la intención de realizar un corto profundo antes de continuar, girando por su derecha para subir hacia donde se encontraba Draven.
. – Quizás una mano te venga bien ¿No? Te lo debo. –Le dije, alzando una ceja mientras me mantenía unos centímetros por encima del suelo.
ESP101
ESPADACHíN
Ofensiva Activa
Tier 1
No Aprendida
22
1
Se trata de un simple pero rápido tajo con el arma buscando encajar un corte con la mayor profundidad posible, causando +10 de daño de [Colisión].
Golpe Basico + [FUEx2] de [Daño cortante]