Juuken
Juuken
05-10-2024, 06:57 PM
El capitán no dudó ni un instante en ayudarme cargando a Goku. Le agradecí con un claro gesto asintiendo con la cabeza. El cansancio comenzaba a notarse, tal vez por todo lo que estábamos pasando por esos caminos, todavía sentía ese calor, cada vez yendo a menos, consecuencia de haber atravesado aquella pared en llamas. Sentía un gran calor atravesando cada parte de mi cuerpo, inclusive en las piernas, donde aquellas plantas me habían afectado considerablemente.
Bajé mi mirada hacia esas heridas provocadas por las plantas. Ya no veía que sangrasen. El muro ardiente me había provocado graves daños, no obstante también me había hecho que la herida de las piernas se cerrasen. No sabía cómo podía ser, pero sí que había visto en alguno de mis viajes que los médicos quemaban, con acero al rojo vivo, algunas heridas para que dejasen de sangrar. Tal vez ese fuego del muro me había hecho el mismo efecto, lo cual en parte me alegraba. No obstante no dejaba de sentir esos pinchazos en las piernas, tan leves que no me dificultaban ni me impedían continuar avanzando, pero lo suficiente fuertes como para notarlos. ¿Qué diablos me habían hecho esas plantas? Sea lo que fuera, esperaba que no me acabase pasando factura.
Avanzamos ascendiendo por esas dichosas escaleras. Resultaba agotador y exasperante, todo aquello se me hacía como un despropósito completo. No obstante esa frustración comenzaba a desaparecer. Estábamos ascendiendo, lo que podía indicar que nos aproximábamos a la salida. Ese era el suficiente aliciente para motivarme a continuar hacia adelante. Pero no perdía de vista a mis compañeros, no quería volver a perdernos, y más tras todo lo que habíamos pasado.
Llegó el momento que nos detuvimos en un llano donde había varias escaleras distintas que continuaban ascendiendo. Ahora había cinco caminos, probablemente llevando a cinco salidas distintas, o tal vez la probabilidad de que tan solo una fuera la salida y el resto condujesen a más trampas. Ese mero pensamiento volvió a molestarme. ¿Dónde nos habíamos metido y por qué no podíamos conseguir salir de ese lugar? Por un momento sentí retroceder de nuevo unos años, volver a estar encerrado entre aquellas cuatro paredes empedradas. Sentía ganas de salir como fuera, sin importarme nada más que no fuera abandonar los muros que nos rodeaban y salir al exterior. Necesitaba volver a ver la luz del día, sentir el calor del sol y la brisa en mi rostro y mi cabello. Solamente así sentía que podría volver a relajarme de una vez por todas.
Escogimos una de aquellas distintas escaleras y continuamos avanzando, siempre observando a mis compañeros para asegurarme de que íbamos todos juntos. Goku era ayudado por Lance y Suzuka y yo íbamos a sus respectivos lados. Avanzábamos en silencio, sin nada que decir o que objetar. Probablemente estábamos los cuatro en la misma situación, deseando de una vez por todas salir de allí de una vez por todas.
Finalmente alcanzamos a atisbar un pequeño indicio de luz. Unos tenues rayos iluminaban cada vez con más fuerza, marcando el final de la gran escalinata ascendente que nos llevaba hacia la aparente salida. No pude evitar mostrar una sonrisa. Un atisbo de esperanza al poder ver la luz, poder llegar a sentir de nuevo la brisa. Un atisbo que pronto se desvaneció por completo cuando pude ver cómo nos hallábamos en otra sala. La luz provenía de unos enormes fuegos distribuidos a lo largo de toda la sala.
El suelo estaba completamente cubierto de oro y otras piedras que parecían brillar con luz propia, comencé a mirar, resultaba todo tan llamativo que me hizo agacharme. Me encontré una pequeña piedra que me llamó bastante la atención. Era de un material cristalino, transparente pero con brillos en su interior. La piedra formaba una especie de cono. Se parecía mucho a aquello que utilizaba para cubrir mi cuerpo. Me quedé con esa piedra en la mano cuando vi algo que me llamó más la atención todavía. Había un cráneo medio destrozado al lado de donde había encontrado esa piedra.
-¿Será que ya hemos encontrado el One Piece? -Dijo lance
-¿One Piece? -Dije sin saber exactamente a qué se refería. Con cara de intriga hacia él murmuré.- ¿Qué es One Piece?
Miré hacia la sala buscando algún referente que me pudiese decir. Tal vez se tratase de ese tesoro que íbamos buscando. Entonces me di cuenta de que allí había más gente. Pude reconocer algún rostro de lejos, parecía la misma gente que estaba en la primera sala, allí donde las escaleras se derrumbaron y nos hicieron caer y esparcirnos a lo largo de una gran sala. Pero tampoco conocía a nadie. También me di cuenta que había restos de huesos por todas partes, así como más piedras brillantes. Había algunas estatuas y baúles repartidos por todas partes.
Me disponía a girarme a Lance para preguntarle qué debíamos hacer y si algo de esas cosas que estaban aquí eran ese tesoro que estábamos buscando, tal vez eso que había nombrado hacía tan sólo unos segundos. El One Piece. Pero de pronto algo me hizo sobresaltar, una voz que reconocía bastante. Era inconfundible la voz que nuestra gigante jabalí.
-Que mial lo he pasado ah -Gretta apareció por la misma escalera tras nosotros. Sonreí agradeciendo volver a reunirnos, aunque fuera solamente ella, me resultó reconfortante volver a ver un rostro aliado. Quise decirle algo, pero se adelantó cogiéndonos a los cuatro con un solo gesto de sus brazos-. Promietedme que no más viaje infierno de estos eh. Un miomento ¿Shiro y Qazan?
Nos dió un apretón tan fuerte que sentía que nos iba a destrozar los huesos, aunque sentí la cabeza bastante acolchada, no estaba tocándome directamente contra el cuerpo de Gretta. Me retorcí para intentar ver dónde estaba chocando, tuve que alzar la cabeza para ver algo que no fuera carne y lo que ví fue el rostro de Suzuka desde una perspectiva inferior. Estaba riendose, no sabía por qué pero parecía divertida por algo. Moví mi cabeza para respirar, me estaba ahogando en el pecho de Suzuka, y me resultó una situación un poco vergonzosa a decir verdad
Cuando se dio cuenta de que tanto el joven peliblanco como el gyojin no estaban todavía, Gretta nos soltó y comenzó a buscar. Probablemente se pensaría que estábamos todos juntos. Y habría agradecido que realmente así fuera, pero era complicado. Todavía no sabíamos dónde podrían estar ellos. Me sentía extraño por lo sucedido con Suzuka, indirectamente trataba de no mirarle directamente a la cara, aunque no tenía del todo claro por qué, pero evitaba su rostro.
-No tengo ni idea, pero llevaban muy buen ritmo. Estarán bien, aunque tendremos que averiguarlo pronto -dijo el capitán relajado.
Tenía razón, no pueden estar muy lejos. Aunque tal vez ellos si encontrasen otra zona donde si hayan podido salir al exterior. Eso estaría bien. No obstante era como si todas las anteriores escaleras fuesen a parar a esta sala de nuevo. Había muchos caminos, pero todos finalmente convergían en el mismo lugar, así había sido durante toda la travesía subterránea. ¿Quién y por qué había hecho esta cueva de esa forma? Nada tenía sentido. ¿Por qué tanto ahínco en esconder esta sala de esa forma?
-Tened la guardia alta, podríamos estar en una trampa.
Esas palabras de Lance debían estar acertadas. Por donde habíamos subido se escuchaba cada vez más fuerte el sonido del agua golpeando contra rocas. Sea lo que sea que fuéramos a hacer, debíamos darnos prisa y hacerlo cuanto antes. Asentí y me dispuse a buscar una salida de allí. Aunque posiblemente todos querrían el botín, pero alguien debía de encontrar la forma de marcharse de allí, por lo que estuve atento a todo lo que pudiera parecer una vía de escape de ese lugar.
De pronto una voz comenzó a sobresalir a lo lejos. Se dirigía hacia el capitán, hacia Lance. Este alzó la voz para responderle. Otro tipo le pedía algún tipo de colaboración al capitán, no terminaba de comprender por qué, ni quién era ese tipo, probablemente algún conocido suyo, aunque no me sonaba para nada. Sea quien fuera yo no lo conocía. Le llamó Byron, ese debía ser el nombre del que hablaba a gritos con mi capitán, quien accedió a lo que le decía este otro. Hablaban de reunir el tesoro y repartirlo, pero Lance se quedó a mitad de palabra, alzó el brazo para indicarnos que nos detuviesemos.
Parecía que el tal Byron comenzaba a entrar en un conflicto con una criatura bastante grande, parecía un animal, como un enorme conejo. ¿Sería otro de la raza de Gretta? Pero este parecía muchísimo más pequeño, debían de ser cosas completamente diferentes, no había ningún tipo de parecido, o por lo menos no era capaz de distinguir ninguno, no como pasaba con Qazan y la gyojin medusa, que ambos eran criaturas marinas. En esta ocasión no era capaz de ver nada que me dijese que podían ser lo mismo.
Byron dijo que se encargaría de la gente sin honor. Un termino que no me decía nada, la verdad, no sabía qué era ese honor del que hablaba, aunque juraría que era una palabra que ya había escuchado anteriormente, pero no sabría decir exactamente cuándo ni dónde. Lance nos dijo que era un conocido suyo, rivales declarados pero amigos. Eso significaba que era algo parecido a un aliado. ¿Deberíamos ayudarle en su conflicto? Me preparé con la mano derecha en la empuñadura de mi arma, preparándome para lanzarme en su ayuda, pero entonces las palabras del peliblanco me dejaron clara que nos daba libertad, pero la prioridad era reunir los tesoros que allí había y reunirnos en el centro. También nos avisó quienes eran sus camaradas, era bueno saberlo, y al parecer ese conejo tenía otros camaradas, aquello sería un enfrentamiento directo entre dos bandas. Algo tal vez digno de ver.
Con el plan ya establecido vi que nos comenzábamos a separar. Quité la mano de la empuñadura de mi arma y comencé a avanzar. Nos estábamos separando, no era buena idea, no obstante estábamos lo suficientemente cerca y nos veíamos muy claramente, podíamos apoyarnos si veíamos que ocurría algo. Y si era cierto que la banda del tal Byron eran amigos de Lance, no debíamos tener problemas contra ellos directamente. Junto a Lance avanzamos hacia arriba, pero a mitad de camino nos separamos. Él se fue a la esquina superior izquierda y yo me fui hacia lo que parecía ser una caja bastante grande. No había nadie alrededor, de hecho parecía que la situación se estaba dando problemática entre el grupo de Byron y ese conejo extraño. ¿Cómo podía existir un animal tan grande? Sacudí la cabeza cambiando de idea. Existía Gretta y la veía todos los días, a su lado esa otra criatura tan solo era un cachorro, no era tan grande si lo comparábamos con ella.
Me quedé contemplando aquella gran caja, parecía que pudiera haber algo allí, sin embargo parecía que estaban selladas, estaban completamente cerradas y parecía imposible abrirlas. Saqué una de mis armas y traté de hacer palanca donde parecía que había una apertura para intentar abrir aquella gran caja, también me puse a golpearla con fuerza mientras cubría ligeramente mis puños con mi habilidad, no había nadie cerca, aunque tampoco me importaba demasiado. Quería intentar abrir aquello como fuera. Y si lo conseguía, vería si había algo interesante para lograr coger y aproximarme al centro.
Bajé mi mirada hacia esas heridas provocadas por las plantas. Ya no veía que sangrasen. El muro ardiente me había provocado graves daños, no obstante también me había hecho que la herida de las piernas se cerrasen. No sabía cómo podía ser, pero sí que había visto en alguno de mis viajes que los médicos quemaban, con acero al rojo vivo, algunas heridas para que dejasen de sangrar. Tal vez ese fuego del muro me había hecho el mismo efecto, lo cual en parte me alegraba. No obstante no dejaba de sentir esos pinchazos en las piernas, tan leves que no me dificultaban ni me impedían continuar avanzando, pero lo suficiente fuertes como para notarlos. ¿Qué diablos me habían hecho esas plantas? Sea lo que fuera, esperaba que no me acabase pasando factura.
Avanzamos ascendiendo por esas dichosas escaleras. Resultaba agotador y exasperante, todo aquello se me hacía como un despropósito completo. No obstante esa frustración comenzaba a desaparecer. Estábamos ascendiendo, lo que podía indicar que nos aproximábamos a la salida. Ese era el suficiente aliciente para motivarme a continuar hacia adelante. Pero no perdía de vista a mis compañeros, no quería volver a perdernos, y más tras todo lo que habíamos pasado.
Llegó el momento que nos detuvimos en un llano donde había varias escaleras distintas que continuaban ascendiendo. Ahora había cinco caminos, probablemente llevando a cinco salidas distintas, o tal vez la probabilidad de que tan solo una fuera la salida y el resto condujesen a más trampas. Ese mero pensamiento volvió a molestarme. ¿Dónde nos habíamos metido y por qué no podíamos conseguir salir de ese lugar? Por un momento sentí retroceder de nuevo unos años, volver a estar encerrado entre aquellas cuatro paredes empedradas. Sentía ganas de salir como fuera, sin importarme nada más que no fuera abandonar los muros que nos rodeaban y salir al exterior. Necesitaba volver a ver la luz del día, sentir el calor del sol y la brisa en mi rostro y mi cabello. Solamente así sentía que podría volver a relajarme de una vez por todas.
Escogimos una de aquellas distintas escaleras y continuamos avanzando, siempre observando a mis compañeros para asegurarme de que íbamos todos juntos. Goku era ayudado por Lance y Suzuka y yo íbamos a sus respectivos lados. Avanzábamos en silencio, sin nada que decir o que objetar. Probablemente estábamos los cuatro en la misma situación, deseando de una vez por todas salir de allí de una vez por todas.
Finalmente alcanzamos a atisbar un pequeño indicio de luz. Unos tenues rayos iluminaban cada vez con más fuerza, marcando el final de la gran escalinata ascendente que nos llevaba hacia la aparente salida. No pude evitar mostrar una sonrisa. Un atisbo de esperanza al poder ver la luz, poder llegar a sentir de nuevo la brisa. Un atisbo que pronto se desvaneció por completo cuando pude ver cómo nos hallábamos en otra sala. La luz provenía de unos enormes fuegos distribuidos a lo largo de toda la sala.
El suelo estaba completamente cubierto de oro y otras piedras que parecían brillar con luz propia, comencé a mirar, resultaba todo tan llamativo que me hizo agacharme. Me encontré una pequeña piedra que me llamó bastante la atención. Era de un material cristalino, transparente pero con brillos en su interior. La piedra formaba una especie de cono. Se parecía mucho a aquello que utilizaba para cubrir mi cuerpo. Me quedé con esa piedra en la mano cuando vi algo que me llamó más la atención todavía. Había un cráneo medio destrozado al lado de donde había encontrado esa piedra.
-¿Será que ya hemos encontrado el One Piece? -Dijo lance
-¿One Piece? -Dije sin saber exactamente a qué se refería. Con cara de intriga hacia él murmuré.- ¿Qué es One Piece?
Miré hacia la sala buscando algún referente que me pudiese decir. Tal vez se tratase de ese tesoro que íbamos buscando. Entonces me di cuenta de que allí había más gente. Pude reconocer algún rostro de lejos, parecía la misma gente que estaba en la primera sala, allí donde las escaleras se derrumbaron y nos hicieron caer y esparcirnos a lo largo de una gran sala. Pero tampoco conocía a nadie. También me di cuenta que había restos de huesos por todas partes, así como más piedras brillantes. Había algunas estatuas y baúles repartidos por todas partes.
Me disponía a girarme a Lance para preguntarle qué debíamos hacer y si algo de esas cosas que estaban aquí eran ese tesoro que estábamos buscando, tal vez eso que había nombrado hacía tan sólo unos segundos. El One Piece. Pero de pronto algo me hizo sobresaltar, una voz que reconocía bastante. Era inconfundible la voz que nuestra gigante jabalí.
-Que mial lo he pasado ah -Gretta apareció por la misma escalera tras nosotros. Sonreí agradeciendo volver a reunirnos, aunque fuera solamente ella, me resultó reconfortante volver a ver un rostro aliado. Quise decirle algo, pero se adelantó cogiéndonos a los cuatro con un solo gesto de sus brazos-. Promietedme que no más viaje infierno de estos eh. Un miomento ¿Shiro y Qazan?
Nos dió un apretón tan fuerte que sentía que nos iba a destrozar los huesos, aunque sentí la cabeza bastante acolchada, no estaba tocándome directamente contra el cuerpo de Gretta. Me retorcí para intentar ver dónde estaba chocando, tuve que alzar la cabeza para ver algo que no fuera carne y lo que ví fue el rostro de Suzuka desde una perspectiva inferior. Estaba riendose, no sabía por qué pero parecía divertida por algo. Moví mi cabeza para respirar, me estaba ahogando en el pecho de Suzuka, y me resultó una situación un poco vergonzosa a decir verdad
Cuando se dio cuenta de que tanto el joven peliblanco como el gyojin no estaban todavía, Gretta nos soltó y comenzó a buscar. Probablemente se pensaría que estábamos todos juntos. Y habría agradecido que realmente así fuera, pero era complicado. Todavía no sabíamos dónde podrían estar ellos. Me sentía extraño por lo sucedido con Suzuka, indirectamente trataba de no mirarle directamente a la cara, aunque no tenía del todo claro por qué, pero evitaba su rostro.
-No tengo ni idea, pero llevaban muy buen ritmo. Estarán bien, aunque tendremos que averiguarlo pronto -dijo el capitán relajado.
Tenía razón, no pueden estar muy lejos. Aunque tal vez ellos si encontrasen otra zona donde si hayan podido salir al exterior. Eso estaría bien. No obstante era como si todas las anteriores escaleras fuesen a parar a esta sala de nuevo. Había muchos caminos, pero todos finalmente convergían en el mismo lugar, así había sido durante toda la travesía subterránea. ¿Quién y por qué había hecho esta cueva de esa forma? Nada tenía sentido. ¿Por qué tanto ahínco en esconder esta sala de esa forma?
-Tened la guardia alta, podríamos estar en una trampa.
Esas palabras de Lance debían estar acertadas. Por donde habíamos subido se escuchaba cada vez más fuerte el sonido del agua golpeando contra rocas. Sea lo que sea que fuéramos a hacer, debíamos darnos prisa y hacerlo cuanto antes. Asentí y me dispuse a buscar una salida de allí. Aunque posiblemente todos querrían el botín, pero alguien debía de encontrar la forma de marcharse de allí, por lo que estuve atento a todo lo que pudiera parecer una vía de escape de ese lugar.
De pronto una voz comenzó a sobresalir a lo lejos. Se dirigía hacia el capitán, hacia Lance. Este alzó la voz para responderle. Otro tipo le pedía algún tipo de colaboración al capitán, no terminaba de comprender por qué, ni quién era ese tipo, probablemente algún conocido suyo, aunque no me sonaba para nada. Sea quien fuera yo no lo conocía. Le llamó Byron, ese debía ser el nombre del que hablaba a gritos con mi capitán, quien accedió a lo que le decía este otro. Hablaban de reunir el tesoro y repartirlo, pero Lance se quedó a mitad de palabra, alzó el brazo para indicarnos que nos detuviesemos.
Parecía que el tal Byron comenzaba a entrar en un conflicto con una criatura bastante grande, parecía un animal, como un enorme conejo. ¿Sería otro de la raza de Gretta? Pero este parecía muchísimo más pequeño, debían de ser cosas completamente diferentes, no había ningún tipo de parecido, o por lo menos no era capaz de distinguir ninguno, no como pasaba con Qazan y la gyojin medusa, que ambos eran criaturas marinas. En esta ocasión no era capaz de ver nada que me dijese que podían ser lo mismo.
Byron dijo que se encargaría de la gente sin honor. Un termino que no me decía nada, la verdad, no sabía qué era ese honor del que hablaba, aunque juraría que era una palabra que ya había escuchado anteriormente, pero no sabría decir exactamente cuándo ni dónde. Lance nos dijo que era un conocido suyo, rivales declarados pero amigos. Eso significaba que era algo parecido a un aliado. ¿Deberíamos ayudarle en su conflicto? Me preparé con la mano derecha en la empuñadura de mi arma, preparándome para lanzarme en su ayuda, pero entonces las palabras del peliblanco me dejaron clara que nos daba libertad, pero la prioridad era reunir los tesoros que allí había y reunirnos en el centro. También nos avisó quienes eran sus camaradas, era bueno saberlo, y al parecer ese conejo tenía otros camaradas, aquello sería un enfrentamiento directo entre dos bandas. Algo tal vez digno de ver.
Con el plan ya establecido vi que nos comenzábamos a separar. Quité la mano de la empuñadura de mi arma y comencé a avanzar. Nos estábamos separando, no era buena idea, no obstante estábamos lo suficientemente cerca y nos veíamos muy claramente, podíamos apoyarnos si veíamos que ocurría algo. Y si era cierto que la banda del tal Byron eran amigos de Lance, no debíamos tener problemas contra ellos directamente. Junto a Lance avanzamos hacia arriba, pero a mitad de camino nos separamos. Él se fue a la esquina superior izquierda y yo me fui hacia lo que parecía ser una caja bastante grande. No había nadie alrededor, de hecho parecía que la situación se estaba dando problemática entre el grupo de Byron y ese conejo extraño. ¿Cómo podía existir un animal tan grande? Sacudí la cabeza cambiando de idea. Existía Gretta y la veía todos los días, a su lado esa otra criatura tan solo era un cachorro, no era tan grande si lo comparábamos con ella.
Me quedé contemplando aquella gran caja, parecía que pudiera haber algo allí, sin embargo parecía que estaban selladas, estaban completamente cerradas y parecía imposible abrirlas. Saqué una de mis armas y traté de hacer palanca donde parecía que había una apertura para intentar abrir aquella gran caja, también me puse a golpearla con fuerza mientras cubría ligeramente mis puños con mi habilidad, no había nadie cerca, aunque tampoco me importaba demasiado. Quería intentar abrir aquello como fuera. Y si lo conseguía, vería si había algo interesante para lograr coger y aproximarme al centro.