Juuken
Juuken
06-10-2024, 03:47 AM
Todo lo siguiente comenzó a ocurrir de forma muy rápida. Pude ver que el acompañante del músico parecía ponerse nervioso, pero no le di mucha importancia. Realmente le observaba de reojo y de forma indirecta, pues mi atención estaba en el músico, quien su cara me dejaba entrever que le pasaba algo, pero no terminaba de comprenderlo.
Nagaki, la gyojin, se mostró muy receptiva al propio artista. Trató de hacerle subir de nuevo al escenario para que volviera a animarse. Era buena idea, antes encima del escenario se le había visto muy suelto y despreocupado de todo. El nuevo cantante estaba motivado, se adueñó del escenario y estaba completamente emocionado, moviéndose de un lado a otro, cantando con una voz que resultaba francamente maravillosa y hasta parecía única. Era probablemente la mejor canción que había escuchado hasta ahora. Pero no duró mucho cuando Shiro gritó desde el fondo de la sala.
-¡Socorro! ¡Qué alguien nos ayude!
Rápidamente me di cuenta de que se trataba de él, mi compañero peliblanco. A su lado estaba Terence, allí sentado sin hacer nada. ¿Qué le pasaba? Normalmente no solía actuar de esa forma tan despreocupada, aunque sí solía hacer como que nada le importaba. No terminaba de comprender qué le pasaba por la cabeza cada vez. Rápidamente desenfundé mi arma y me quedé expectante a ver qué decía mi compañero.
-¡Ese tipo quiere secuestrar al cantante! -Me giré hacia el cantante. No tenía sentido, si él parecía ser su amigo.- ¡Va armado y ha dicho que lo matará si no va con él!
En ese momento me quedé mirando a su acompañante. El músico que estaba actuando hasta se quedó perplejo, deteniendo su espectáculo para mostrarse incrédulo ante los acontecimientos que estaban sucediendo. Probablemente se pensara que el aviso era por él, que alguien iría a por el cantante de rizados cabellos, pero no se trataba del que estaba actuando en ese momento.
-¡A la mierda, atrás todo el mundo!
Ese tipo parecía que había terminado de perder la paciencia, le pegó un tirón fuerte al músico y lanzó una rápida cuchillada a Nagaki. Se notaba que era rápido, mucho más rápido de lo que podía ser yo mismo, y eso me resultaba un grave problema. Podría hacer algo, pero si era tan veloz debía buscar alguna forma de que se estuviera quieto, o de inmovilizarlo para poder llegar a acertarle. Tal vez pudiera tenderle alguna trampa, tal vez dejar que se acercase lo suficiente a mí, tratar de reaccionar a tiempo, endurecerme y después propinarle un buen golpe.
Tras el ataque a la gyojin se dirigió rápidamente hacia mí. Ni aún pensándolo fui capaz de reaccionar a tiempo, tan solo pude intentar hacer una medio pose defensiva para minimizar el daño. Ni siquiera me daba tiempo a recubrir mi piel con mi habilidad. Por fortuna, Nagaki resultó bastante más veloz de lo que me esperaba, ví como le sujetó de una forma bastante inmovilizante, era justamente lo que necesitaba para poder realizarle mi ataque. Ni siquiera llegó a golpearme a mí.
Sonreí ligeramente, ella me lo había dejado bien preparado para noquearlo. Pero más que eso, se trataba de un criminal que estaba intentando secuestrar a alguien, probablemente una persona que no tenía culpa de absolutamente nada. Le estaba amenazando con un cuchillo por la espalda. Quién sabe qué le habría podido hacer. No pude evitar sentir rabia, a la vez que alivio por haber podido descubrir cómo podíamos salvar a este hombre. Me preparé con mi arma, la cogí con las dos manos para darle algo más de énfasis y le propiné un fuerte tajo descendente con intención de recorrer todo su cuerpo y acabar rápido con su sufrimiento. Tampoco creo que debiera padecer dolor. Había que acabar pronto con la gente así.
Nagaki, la gyojin, se mostró muy receptiva al propio artista. Trató de hacerle subir de nuevo al escenario para que volviera a animarse. Era buena idea, antes encima del escenario se le había visto muy suelto y despreocupado de todo. El nuevo cantante estaba motivado, se adueñó del escenario y estaba completamente emocionado, moviéndose de un lado a otro, cantando con una voz que resultaba francamente maravillosa y hasta parecía única. Era probablemente la mejor canción que había escuchado hasta ahora. Pero no duró mucho cuando Shiro gritó desde el fondo de la sala.
-¡Socorro! ¡Qué alguien nos ayude!
Rápidamente me di cuenta de que se trataba de él, mi compañero peliblanco. A su lado estaba Terence, allí sentado sin hacer nada. ¿Qué le pasaba? Normalmente no solía actuar de esa forma tan despreocupada, aunque sí solía hacer como que nada le importaba. No terminaba de comprender qué le pasaba por la cabeza cada vez. Rápidamente desenfundé mi arma y me quedé expectante a ver qué decía mi compañero.
-¡Ese tipo quiere secuestrar al cantante! -Me giré hacia el cantante. No tenía sentido, si él parecía ser su amigo.- ¡Va armado y ha dicho que lo matará si no va con él!
En ese momento me quedé mirando a su acompañante. El músico que estaba actuando hasta se quedó perplejo, deteniendo su espectáculo para mostrarse incrédulo ante los acontecimientos que estaban sucediendo. Probablemente se pensara que el aviso era por él, que alguien iría a por el cantante de rizados cabellos, pero no se trataba del que estaba actuando en ese momento.
-¡A la mierda, atrás todo el mundo!
Ese tipo parecía que había terminado de perder la paciencia, le pegó un tirón fuerte al músico y lanzó una rápida cuchillada a Nagaki. Se notaba que era rápido, mucho más rápido de lo que podía ser yo mismo, y eso me resultaba un grave problema. Podría hacer algo, pero si era tan veloz debía buscar alguna forma de que se estuviera quieto, o de inmovilizarlo para poder llegar a acertarle. Tal vez pudiera tenderle alguna trampa, tal vez dejar que se acercase lo suficiente a mí, tratar de reaccionar a tiempo, endurecerme y después propinarle un buen golpe.
Tras el ataque a la gyojin se dirigió rápidamente hacia mí. Ni aún pensándolo fui capaz de reaccionar a tiempo, tan solo pude intentar hacer una medio pose defensiva para minimizar el daño. Ni siquiera me daba tiempo a recubrir mi piel con mi habilidad. Por fortuna, Nagaki resultó bastante más veloz de lo que me esperaba, ví como le sujetó de una forma bastante inmovilizante, era justamente lo que necesitaba para poder realizarle mi ataque. Ni siquiera llegó a golpearme a mí.
Sonreí ligeramente, ella me lo había dejado bien preparado para noquearlo. Pero más que eso, se trataba de un criminal que estaba intentando secuestrar a alguien, probablemente una persona que no tenía culpa de absolutamente nada. Le estaba amenazando con un cuchillo por la espalda. Quién sabe qué le habría podido hacer. No pude evitar sentir rabia, a la vez que alivio por haber podido descubrir cómo podíamos salvar a este hombre. Me preparé con mi arma, la cogí con las dos manos para darle algo más de énfasis y le propiné un fuerte tajo descendente con intención de recorrer todo su cuerpo y acabar rápido con su sufrimiento. Tampoco creo que debiera padecer dolor. Había que acabar pronto con la gente así.