Gautama D. Lovecraft
El Ascendido
06-10-2024, 03:37 PM
Revisada la mercancía y confirmando que evidentemente estaba en el sitio que le correspondía, volví a cubierta para reunirme con el grupo. En ella, pude contemplar el panorama y reflexioné sobre nuestra situación. Había que tener en cuenta de que estábamos en alta mar, teníamos un margen de maniobra algo más limitado a comparación de tener una misma misión que fuera por tierra, por lo que la forma de actuar debería de ser distinta a como sería en tierra firme, lo que generaba un planteamiento diferente a la hora de tomar determinadas decisiones.
El barco, gracias a Galhard, seguía su avance inexorable hacia su destino, confiaba plenamente en sus capacidades como navegante y en su determinación como encargado del grupo. Ya allí arriba, con la brisa marina de cara, pude ver como el segundo al mando del barco capturado era subido al nuestro por parte de Anko, y viendo que parecía al menos ser aparentemente el único con escrúpulos de su grupo, me acerqué hasta él recordando lo que me dijo cuando antes los atrapé.
Por el camino, pude ver como el joven Masao dejó a disposición del grupo las pertenencias que encontró dentro del barco, encontrándose entre ellas un Den Den Mushi que captaría mi atención y crearía un plan que tendría al segundo como mediador. Agradecí con un afable gesto al joven marine su aportación, y agarré el comunicador. Lo que iba a pretender, si es que estaba en lo cierto, es que aquel Den Den Mushi era el aparato con el que esta banda de maleantes se comunicaban con el supuesto superior que les pagó. Daba por hecho que mantenían contacto con este, ya que dijo que le avisarían si vieran un barco de transporte, y, por lo tanto, mi perspicacia me decía que pronto deberían de reportar su situación respecto al barco que vieron, el nuestro.
Con el Den Den Mushi en mi mano, me planté frente al Segundo al mando el cual estaba atado, y colocándole frente a la boca el comunicado, le di antes de esto unas instrucciones directas y simples para que las siguiera al pie de la letra, de lo contrario, su integridad podría pasar por la misma suerte que su capitán.
- Miéntele, llevamos telas. -
Le dije con un gesto profundamente [Intimidante] para que acatara la orden, para que mintiera y le dijera al otro de al lado que nuestro barco era un simple mercante de telas sin otra pertenencia de valor. Tenía la intención de evitar a toda costa todo posible altercado o nuevo conflicto, y quizá el ingenio puede que, en esta ocasión, nos ahorrase de tener que combatir de nuevo. Aunque en un principio le avisara a esa especie de pagador, veía factible que contrastase ese encuentro con nosotros descartando lo que fuera que estuviera buscando el otro, o lo que fuera por lo que les pagó. Solo quería llegar cuanto antes a Goat, y cumplir con nuestro cometido de la forma más eficiente.
El barco, gracias a Galhard, seguía su avance inexorable hacia su destino, confiaba plenamente en sus capacidades como navegante y en su determinación como encargado del grupo. Ya allí arriba, con la brisa marina de cara, pude ver como el segundo al mando del barco capturado era subido al nuestro por parte de Anko, y viendo que parecía al menos ser aparentemente el único con escrúpulos de su grupo, me acerqué hasta él recordando lo que me dijo cuando antes los atrapé.
Por el camino, pude ver como el joven Masao dejó a disposición del grupo las pertenencias que encontró dentro del barco, encontrándose entre ellas un Den Den Mushi que captaría mi atención y crearía un plan que tendría al segundo como mediador. Agradecí con un afable gesto al joven marine su aportación, y agarré el comunicador. Lo que iba a pretender, si es que estaba en lo cierto, es que aquel Den Den Mushi era el aparato con el que esta banda de maleantes se comunicaban con el supuesto superior que les pagó. Daba por hecho que mantenían contacto con este, ya que dijo que le avisarían si vieran un barco de transporte, y, por lo tanto, mi perspicacia me decía que pronto deberían de reportar su situación respecto al barco que vieron, el nuestro.
Con el Den Den Mushi en mi mano, me planté frente al Segundo al mando el cual estaba atado, y colocándole frente a la boca el comunicado, le di antes de esto unas instrucciones directas y simples para que las siguiera al pie de la letra, de lo contrario, su integridad podría pasar por la misma suerte que su capitán.
- Miéntele, llevamos telas. -
Le dije con un gesto profundamente [Intimidante] para que acatara la orden, para que mintiera y le dijera al otro de al lado que nuestro barco era un simple mercante de telas sin otra pertenencia de valor. Tenía la intención de evitar a toda costa todo posible altercado o nuevo conflicto, y quizá el ingenio puede que, en esta ocasión, nos ahorrase de tener que combatir de nuevo. Aunque en un principio le avisara a esa especie de pagador, veía factible que contrastase ese encuentro con nosotros descartando lo que fuera que estuviera buscando el otro, o lo que fuera por lo que les pagó. Solo quería llegar cuanto antes a Goat, y cumplir con nuestro cometido de la forma más eficiente.