Lance Turner
Shirogami
06-10-2024, 05:19 PM
Pude contemplar cómo el chico había tomado una decisión bastante sabia, escogiendo la respuesta correcta. Aquel humo estaba pensado para dispersarse al poco tiempo, y lejos de llevarse por los nervios, actuando sin pensar las cosas, había tomado la decisión de aguardar a que se disipase. Un punto para nuestro querido Galhard.
Habiendo ya más claridad, se centró en revisar bien cada una de las opciones que se le presentaban. El primer camino parecía llevarle donde le esperarían una jauría de lobos, eran huellas hechas a partir de mis queridos perros, pero indicaban un peligro inminente si se seguía ese camino. Este camino estaba elaborado así para dilucidar si el joven Galhard prefería enfrentarse a esta jauría en lugar de las otras dos opciones, las cuales implicaban que necesitaban de su ayuda. El segundo, con botellas rotas y rastros de violencia hacían sentir que alguien requería de ayuda para salvar su vida. Era supuestamente la vida de una civil, víctima de lo que se daba a entender, un hombre al menos, en estado de embriaguez y con claros signos de violencia. Este camino estaba preparado para ver si Galhard elegía salvar la vida de la civil, enfrentándose a borrachos, antes que salvar a sus camaradas en peligro, o huir para enfrentarse a lobos. Por último, el tercer camino, daba señales de un montón de marines en peligros por ataques piratas. Si eligiese este camino, significaba que priorizaba salvar a camaradas de profesión, antes de salvar a la civil, o huir por el bosque enfrentándose a lobos.
No era una decisión sencilla, pues no había una opción más buena que la otra, salvo la tercera opción, la de huir por el camino de los lobos. De elegirla, cosa que dudaba mucho, se estaría declarando un cobarde. Mientras que por la otra opción, tenía que decidir entre salvar a una civil o a un grupo de compañeros. Si elegía la primera, estaría renunciando la vida de varios compañeros, pero si elegía la segunda, claramente estaba eligiendo a sus compañeros por encima de la vida de una civil. Cualquiera de esos dos caminos, implicaría un mal de todas formas.
El chico, finalmente dio un paso al frente, pisando con seguridad el camino que le llevaría camino para salvar al civil. En cierto modo, me alegró que escogiese ese camino, pero implicaba también haber renunciado salvar a los compañeros. Al pisar la primera loseta, un sonido comenzó a emitirse desde debajo de esta. Entre ruidos de espadas chocando y tiros, también se podía escuchar sonidos de gritos, algunos de ira y otros de dolor. Se podían escuchar risas que precedían a aquellos gritos de dolor, y como unas voces roncas exclamaban que las ratas del gobierno necesitaban ser eliminadas. Por encima de esos ruidos, una voz sonaba más alta entre llantos.
- ¡Nos están masacrando! ¡Necesitamos refuerzos! - Gritó entre lágrimas lo que a todas vistas parecía ser un marine. - ¿¡De verdad nadie vendrá a salvarnos!? ¡AYUDA, SON MUC-
El sonido de un disparo silenció toda su petición, seguida después de varias risas maléficas. Pero muy pronto, alguien retomaría la palabra.
- HAHAHAHA, no hace falta que vengáis ya, ¡Perros del gobierno! ¡Aquí ya no tenéis nada que hacer, llegáis muy tarde! HAHAHAHAHA ¡¡Cuando vengáis, ya estaremos muy lejos de vuestro alcance!! - Otras risas se escucharon de fondo y con un tono de voz mucho más serio, aquella voz retomó la palabra. - Ha sido un placer acabar la vida de estos pequeños reclutas llenos de inocencia y estúpidos sueños... que quede claro, la piratería es la que manda en el East Blue! HAHAHAHAHA.
El silencio tomó lugar tras dicha retrasmisión. Un silencio cargante y pesado. Daba tiempo a que la imaginación fuese la que tuviese el control de la mente, reviviendo esos momentos como si los hubiese vivido uno mismo, dejando de lado que estábamos realmente dentro de un laberinto, y no en dicha situación. Pasados cinco segundos más, carraspee y comencé a hablar.
- Esa unidad a la que has decidido no salvar, acaba de sufrir el peor destino posible. Han muerto a manos de sucios piratas que han aprovechado para divertirse mientras los mataban. - Dejé un segundo de silencio y llevé mi mano a mi rostro, afectado todavía por aquella grabación. - Esta ha sido una grabación real, Galhard. Pasó hace 14 años, y era una unidad de soldados, liderados por un sargento. Todos murieron en servicio ese día. Aunque algunos de estos soldados sucumbieron al pánico, como has podido escuchar, todos, absolutamente todos, murieron tras realizar un espléndido servicio. Aquel día perdieron sus vidas, a costa de salvar a todo un poblado de 500 habitantes. Todos murieron siendo conscientes de que este era el camino que habían elegido en sus vidas. Y todos dieron pelea hasta el último segundo de sus vidas, ocasionando que los refuerzos sí llegasen a tiempo para acabar y encarcelar a esos piratas.
Una lágrima recorrió mi rostro, recordando a mis compañeros, los de esta base, que habían corrido una suerte igual a la de aquel audio que se acababa de reproducir. Sentado nuevamente pasé la mano por mi rostro con intención de retomar mi aspecto habitual y volví a hablar.
- Ahora, da un paso al frente, muchacho. - Dije a modo de orden, pero sabiendo que aquello sería una pequeña cura al alma.
En la siguiente loseta, nada más pisarla, volvió a escucharse un clic, y tras este, sollozos. No obstante, eran sollozos de alegría en esta ocasión, que precedían la voz de una mujer.
- ¡GRACIAS! ¡No quepo en mi de felicidad! ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! y ¡Gracias! - La voz de una niña pequeña al fondo repitió también ese mensaje de gratitud, imitando a la voz que estaba dirigiéndose al receptos de ese mensaje. - Habéis salvado la vida de toda mi familia, ¡Jamás os lo agradeceré lo suficiente! Todos estamos bien, mi marido ya está recuperándose, y mi pequeño bebé no tiene ningún rasguño...
- ¡Yo tampoco, mami! - Exclamó la misma voz infantil de antes.
- No, mi amor, tú tampoco mi vida, ¡Y no sabes lo feliz que estoy! - Le contestó, dirigiéndose ahora a la niña según podía interpretarse en la trasmisión por la bajada de claridad en su tono de voz. A continuación, volvió a dirigirse a la retrasmisión. - Mi niña, la luz de mis ojos, también está a salvo - Dijo entre risas de felicidad y sollozos. - De no ser por vosotros, lo habría perdido todo... Gracias, de corazón.
Otro silencio se hizo después de la nueva retrasmisión. Al contrario que el anterior, este evocaba felicidad y paz, el sentimiento de haber estado implicados en salvar las vidas de una familia era uno de los más grandes que podían sentirse dentro del cuerpo.
- La familia a la que has decidido salvar, está inmensamente agradecida contigo. Ahora, todas sus vidas tendrán un futuro que no hubiesen tenido de no ser por ti, todos viven, y el legado de sus familias continuará varias generaciones, eternamente agradecidas a la marina, y más concretamente a ti. - Volví a dejar otro silencio, pero esta vez mucho más corto del que había dejado antes. - También esta ha sido una grabación real, Galhard. Pasó hace 20 años, y era un par de borrachos que invadieron la casa de una joven de la que querían abusar. Las cosas se pusieron complicadas tras un intento de salvarla de su marido, el cuál cayó inconsciente. De no haber sido por la entrada de un joven recluta bien entrenado, todo hubiese terminado mucho peor. Gracias a su intervención valiente, esa familia logró salvarse al completo. Hoy día, el bebé es un joven agricultor de la isla, el cuál suele dar de comer a pobres mendigos que no tienen de qué vivir. La niña, creció escuchando la historia de como un marine había salvado la vida de toda su familia, y terminó alistándose en la marina. Actualmente es Comandante, y gracias a ella, muchas otras vidas han sido salvadas, así como se han condenado a cientos de piratas. Definitivamente, la decisión que tomó ese recluta, tuvo unas consecuencias maravillosas.
Volvía ponerme en pie tras estas palabras y me dirigí directamente al joven marine, observándole con una pequeña sonrisa.
- Esta vida está llena de momentos claves donde tu decisión condenan a unos y salvan a otros. No había una decisión correcta o equivocada... salvo la de huir por el prado entre los bosques. De haber tomado esa decisión... te hubieses llevado unas heridas muy serias, y te prometo que no salías de esta isla hasta que te hubiese reformado por completo - Dije entre risas. - Si tienes alguna pregunta o petición, es el momento, joven.
Dejé un tiempo de margen por si quería preguntar algo, o quizá decir algo, antes de indicarle que continuase. Probablemente este hubiese sido un momento de bastante impacto emocional, más aún por la primera retrasmisión. Vivir algo así en tus propias carnes era algo que podía marcarte de por vida, y aunque no hubiese sido así en el caso de Galhard, revivirlo de esa forma debía haber sido impactante también.
Habiendo ya más claridad, se centró en revisar bien cada una de las opciones que se le presentaban. El primer camino parecía llevarle donde le esperarían una jauría de lobos, eran huellas hechas a partir de mis queridos perros, pero indicaban un peligro inminente si se seguía ese camino. Este camino estaba elaborado así para dilucidar si el joven Galhard prefería enfrentarse a esta jauría en lugar de las otras dos opciones, las cuales implicaban que necesitaban de su ayuda. El segundo, con botellas rotas y rastros de violencia hacían sentir que alguien requería de ayuda para salvar su vida. Era supuestamente la vida de una civil, víctima de lo que se daba a entender, un hombre al menos, en estado de embriaguez y con claros signos de violencia. Este camino estaba preparado para ver si Galhard elegía salvar la vida de la civil, enfrentándose a borrachos, antes que salvar a sus camaradas en peligro, o huir para enfrentarse a lobos. Por último, el tercer camino, daba señales de un montón de marines en peligros por ataques piratas. Si eligiese este camino, significaba que priorizaba salvar a camaradas de profesión, antes de salvar a la civil, o huir por el bosque enfrentándose a lobos.
No era una decisión sencilla, pues no había una opción más buena que la otra, salvo la tercera opción, la de huir por el camino de los lobos. De elegirla, cosa que dudaba mucho, se estaría declarando un cobarde. Mientras que por la otra opción, tenía que decidir entre salvar a una civil o a un grupo de compañeros. Si elegía la primera, estaría renunciando la vida de varios compañeros, pero si elegía la segunda, claramente estaba eligiendo a sus compañeros por encima de la vida de una civil. Cualquiera de esos dos caminos, implicaría un mal de todas formas.
El chico, finalmente dio un paso al frente, pisando con seguridad el camino que le llevaría camino para salvar al civil. En cierto modo, me alegró que escogiese ese camino, pero implicaba también haber renunciado salvar a los compañeros. Al pisar la primera loseta, un sonido comenzó a emitirse desde debajo de esta. Entre ruidos de espadas chocando y tiros, también se podía escuchar sonidos de gritos, algunos de ira y otros de dolor. Se podían escuchar risas que precedían a aquellos gritos de dolor, y como unas voces roncas exclamaban que las ratas del gobierno necesitaban ser eliminadas. Por encima de esos ruidos, una voz sonaba más alta entre llantos.
- ¡Nos están masacrando! ¡Necesitamos refuerzos! - Gritó entre lágrimas lo que a todas vistas parecía ser un marine. - ¿¡De verdad nadie vendrá a salvarnos!? ¡AYUDA, SON MUC-
El sonido de un disparo silenció toda su petición, seguida después de varias risas maléficas. Pero muy pronto, alguien retomaría la palabra.
- HAHAHAHA, no hace falta que vengáis ya, ¡Perros del gobierno! ¡Aquí ya no tenéis nada que hacer, llegáis muy tarde! HAHAHAHAHA ¡¡Cuando vengáis, ya estaremos muy lejos de vuestro alcance!! - Otras risas se escucharon de fondo y con un tono de voz mucho más serio, aquella voz retomó la palabra. - Ha sido un placer acabar la vida de estos pequeños reclutas llenos de inocencia y estúpidos sueños... que quede claro, la piratería es la que manda en el East Blue! HAHAHAHAHA.
El silencio tomó lugar tras dicha retrasmisión. Un silencio cargante y pesado. Daba tiempo a que la imaginación fuese la que tuviese el control de la mente, reviviendo esos momentos como si los hubiese vivido uno mismo, dejando de lado que estábamos realmente dentro de un laberinto, y no en dicha situación. Pasados cinco segundos más, carraspee y comencé a hablar.
- Esa unidad a la que has decidido no salvar, acaba de sufrir el peor destino posible. Han muerto a manos de sucios piratas que han aprovechado para divertirse mientras los mataban. - Dejé un segundo de silencio y llevé mi mano a mi rostro, afectado todavía por aquella grabación. - Esta ha sido una grabación real, Galhard. Pasó hace 14 años, y era una unidad de soldados, liderados por un sargento. Todos murieron en servicio ese día. Aunque algunos de estos soldados sucumbieron al pánico, como has podido escuchar, todos, absolutamente todos, murieron tras realizar un espléndido servicio. Aquel día perdieron sus vidas, a costa de salvar a todo un poblado de 500 habitantes. Todos murieron siendo conscientes de que este era el camino que habían elegido en sus vidas. Y todos dieron pelea hasta el último segundo de sus vidas, ocasionando que los refuerzos sí llegasen a tiempo para acabar y encarcelar a esos piratas.
Una lágrima recorrió mi rostro, recordando a mis compañeros, los de esta base, que habían corrido una suerte igual a la de aquel audio que se acababa de reproducir. Sentado nuevamente pasé la mano por mi rostro con intención de retomar mi aspecto habitual y volví a hablar.
- Ahora, da un paso al frente, muchacho. - Dije a modo de orden, pero sabiendo que aquello sería una pequeña cura al alma.
En la siguiente loseta, nada más pisarla, volvió a escucharse un clic, y tras este, sollozos. No obstante, eran sollozos de alegría en esta ocasión, que precedían la voz de una mujer.
- ¡GRACIAS! ¡No quepo en mi de felicidad! ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! y ¡Gracias! - La voz de una niña pequeña al fondo repitió también ese mensaje de gratitud, imitando a la voz que estaba dirigiéndose al receptos de ese mensaje. - Habéis salvado la vida de toda mi familia, ¡Jamás os lo agradeceré lo suficiente! Todos estamos bien, mi marido ya está recuperándose, y mi pequeño bebé no tiene ningún rasguño...
- ¡Yo tampoco, mami! - Exclamó la misma voz infantil de antes.
- No, mi amor, tú tampoco mi vida, ¡Y no sabes lo feliz que estoy! - Le contestó, dirigiéndose ahora a la niña según podía interpretarse en la trasmisión por la bajada de claridad en su tono de voz. A continuación, volvió a dirigirse a la retrasmisión. - Mi niña, la luz de mis ojos, también está a salvo - Dijo entre risas de felicidad y sollozos. - De no ser por vosotros, lo habría perdido todo... Gracias, de corazón.
Otro silencio se hizo después de la nueva retrasmisión. Al contrario que el anterior, este evocaba felicidad y paz, el sentimiento de haber estado implicados en salvar las vidas de una familia era uno de los más grandes que podían sentirse dentro del cuerpo.
- La familia a la que has decidido salvar, está inmensamente agradecida contigo. Ahora, todas sus vidas tendrán un futuro que no hubiesen tenido de no ser por ti, todos viven, y el legado de sus familias continuará varias generaciones, eternamente agradecidas a la marina, y más concretamente a ti. - Volví a dejar otro silencio, pero esta vez mucho más corto del que había dejado antes. - También esta ha sido una grabación real, Galhard. Pasó hace 20 años, y era un par de borrachos que invadieron la casa de una joven de la que querían abusar. Las cosas se pusieron complicadas tras un intento de salvarla de su marido, el cuál cayó inconsciente. De no haber sido por la entrada de un joven recluta bien entrenado, todo hubiese terminado mucho peor. Gracias a su intervención valiente, esa familia logró salvarse al completo. Hoy día, el bebé es un joven agricultor de la isla, el cuál suele dar de comer a pobres mendigos que no tienen de qué vivir. La niña, creció escuchando la historia de como un marine había salvado la vida de toda su familia, y terminó alistándose en la marina. Actualmente es Comandante, y gracias a ella, muchas otras vidas han sido salvadas, así como se han condenado a cientos de piratas. Definitivamente, la decisión que tomó ese recluta, tuvo unas consecuencias maravillosas.
Volvía ponerme en pie tras estas palabras y me dirigí directamente al joven marine, observándole con una pequeña sonrisa.
- Esta vida está llena de momentos claves donde tu decisión condenan a unos y salvan a otros. No había una decisión correcta o equivocada... salvo la de huir por el prado entre los bosques. De haber tomado esa decisión... te hubieses llevado unas heridas muy serias, y te prometo que no salías de esta isla hasta que te hubiese reformado por completo - Dije entre risas. - Si tienes alguna pregunta o petición, es el momento, joven.
Dejé un tiempo de margen por si quería preguntar algo, o quizá decir algo, antes de indicarle que continuase. Probablemente este hubiese sido un momento de bastante impacto emocional, más aún por la primera retrasmisión. Vivir algo así en tus propias carnes era algo que podía marcarte de por vida, y aunque no hubiese sido así en el caso de Galhard, revivirlo de esa forma debía haber sido impactante también.