Lemon Stone
MVP
06-10-2024, 06:07 PM
La Causa exigía más caos y Lemon, como una especie de lunático poseído por una fuerza superior e incompresible, iba a cumplir toda exigencia.
Su mente rápida y ágil se percató de su entorno sin que él fuera consciente de lo que sucedía dentro de su cabeza. La taberna en llamas estaba al oriente, evocando una columna de humo que se dispersaba en lo alto del cielo, y hacia el oeste había unos cuantos edificios que ofrecían cobertura frente a los enemigos, frente a los villanos que disparaban sin miedo a que pudieran arruinar el ya arruinado outfit de Lemon. Idiotas. Notó un pasillo a su izquierda y, al aguzar la mirada, descubrió un escuadrón de cuatro guardias que se acercaban hacia ellos con, seguramente, malas intenciones.
Puede que la música que tocaba su compañero enajenara a Lemon, puede que fuera la adrenalina que corría en su cuerpo como lava por ríos volcánicos, pero sentía unas imperiosas ganas de romper los cráneos de los oficiales que ofrecían una interesante resistencia. Y el hecho de que su compañero Castor tuviese en posesión un arsenal de fuegos artificiales hacía aún más interesante el caótico escenario del Reino de Oykot.
-¡Entendido, compañero! -atendió a su solicitud, lanzando al divertido castor a lo alto de uno de los edificios cercanos, de los que no estaba en llamas.
Todo estaba sucediendo demasiado rápido, tanto que el corazón de Lemon latía con la fuerza de un poderoso martillo percutor.
Con una sonrisa divertida en el rostro y entre carcajadas, Lemon generó un montón de mantequilla que dispersó tanto por el pasillo de la izquierda como por la retaguardia, pareciendo un aluvión sabroso y útil para cualquier cocinero. El aceite serviría para retrasar el avance de los soldados enemigos, aunque el gran revolucionario había pensado en algo más, algo más… interesante. Sin miedo a quemarse, Lemon arrancó un trozo de madera humeante y ardiente de la taberna, y entonces la lanzó al río de mantequilla de la retaguardia con la intención de generar una columna de fuego. Hizo exactamente lo mismo con el pasillo de la izquierda. El humo generado por la combustión le entregaría cierta cobertura que le protegería de los disparos enemigos, y el fuego obligaría a sus perseguidores a buscar rutas alternativas.
Voy a por ti, estúpida Reina. Tú y yo tendremos al heredero número uno de la Causa, pensó perversa y revolucionariamente.