Como de costumbre paseaba en su andar canchero y relajado, justo antes de llegar al puerto, a poco más de unas cuadras, un extraño sujeto lo sorprendió por la espalda, no estaba acostumbrado a que le hablen. !!!! Voltio súbitamente y se señalo así mismo - ¿Yo? Ahora que hice... - se lamentó, temía estar en problemas al ver como ese pequeño humano se acercaba a grandes velocidades. -¡Maldición! ¡otra de sus bromas...!- Pensó, como era su cotidiano por aquellos lados, los niños y adultos tenían la mala costumbre de fastidiar al Daimaku. - Estoy bien chico, ¡como naranjas todos los días!- Respondió intentando calmarse así mismo. - ¡Toma una!- dijo mientras lanzaba una de sus naranjas por los aires. Al acercarse notó que el joven era algo distinto al resto, - ¿¿Y este quien es?? - se preguntó, - ¿Goku? no había escuchado ese nombre, yo me llamo Picollo, un gusto, ¿No eres de por aquí verdad?- Respondió al joven sonriente. Algo en aquel sujeto le generaba simpatía, le hacia recordar su triste y desahuciada infancia.
No pudo ocultar su gesto de sorpresa al ver que Goku no era un humano, más probablemente resultado de una mezcla, al igual que él, - ¿AH? ¿ESO ES UNA COLA?- preguntó, - Ven, ven conmigo, este lugar esta lleno de racistas, ¿ Tienes hambre no?- señalo con su mano la distancia, allí el puerto y sobre el lado derecho una pequeña choza que funciona como su lugar de trabajo. - pobre muchacho, lo alimentare - pensó, mientras seguía caminando en dirección al puerto.
-Me alegra encontrarte, lamentablemente este lugar esta lleno de rufianes...- - ¡oh! no me mires así, puedes estar tranquilo conmigo- le devolvió una sonrisa casi forzada, no estaba acostumbrado a sonreír pero se sintió bien con ello. Al llegar a su destino se encontrarían con una pequeña y humilde casita construida en madera la cual servía como su lugar de trabajo. - Este es mi refugio y lugar de trabajo, aquí nadie nos molestará - Tomó asiento e invito a Goku a que lo acompañara, luego agarro una bolsa con pan y queso y se la dio al chico.
La choza evidenciaba el oficio de Picollo, en primera instancia por el aserrín que cubría el suelo y en segundo lugar porque estaba lleno de maderas, pequeñas piezas de barco, pendientes por construir. - Ya vez, me dedico a la carpintería...- Dijo mientras observaba una de sus piezas con orgullo. También notó como su compañero seguía engullendo una extraña fruta, - Oye... ¿estas seguro que eso es comestible? - Al ver con detalle lo que Goku tenía en sus manos no pudo contener su asombro, sus ojos se abrieron exageradamente y sus labios se contuvieron en asombro, sorpresa y tristeza, él había pasado por una experiencia similar. -e-sso que tiene-s...no...no es una fruta cualquiera- Dijo preocupado viendo como este continuaba devorándola sin problema alguno.
No pudo ocultar su gesto de sorpresa al ver que Goku no era un humano, más probablemente resultado de una mezcla, al igual que él, - ¿AH? ¿ESO ES UNA COLA?- preguntó, - Ven, ven conmigo, este lugar esta lleno de racistas, ¿ Tienes hambre no?- señalo con su mano la distancia, allí el puerto y sobre el lado derecho una pequeña choza que funciona como su lugar de trabajo. - pobre muchacho, lo alimentare - pensó, mientras seguía caminando en dirección al puerto.
-Me alegra encontrarte, lamentablemente este lugar esta lleno de rufianes...- - ¡oh! no me mires así, puedes estar tranquilo conmigo- le devolvió una sonrisa casi forzada, no estaba acostumbrado a sonreír pero se sintió bien con ello. Al llegar a su destino se encontrarían con una pequeña y humilde casita construida en madera la cual servía como su lugar de trabajo. - Este es mi refugio y lugar de trabajo, aquí nadie nos molestará - Tomó asiento e invito a Goku a que lo acompañara, luego agarro una bolsa con pan y queso y se la dio al chico.
La choza evidenciaba el oficio de Picollo, en primera instancia por el aserrín que cubría el suelo y en segundo lugar porque estaba lleno de maderas, pequeñas piezas de barco, pendientes por construir. - Ya vez, me dedico a la carpintería...- Dijo mientras observaba una de sus piezas con orgullo. También notó como su compañero seguía engullendo una extraña fruta, - Oye... ¿estas seguro que eso es comestible? - Al ver con detalle lo que Goku tenía en sus manos no pudo contener su asombro, sus ojos se abrieron exageradamente y sus labios se contuvieron en asombro, sorpresa y tristeza, él había pasado por una experiencia similar. -e-sso que tiene-s...no...no es una fruta cualquiera- Dijo preocupado viendo como este continuaba devorándola sin problema alguno.