El aliento que quedaba en los pulmones del enorme guerrero tras la carga abandonó abruptamente su cuerpo con el parón de los lanzazos, atravesando los cuerpos de los dos caídos, perforaron también su propia carne. Los regueros de sangre recorrían su espalda, empapando las pieles de su cinturón y enfriando rápidamente los músculos de su cuerpo. No había previsto una reacción tan rápida por parte de los soldados, y aunque sabía que aún podía luchar y llevarse a muchos de ellos por delante, su desaventajada situación no le auguraba un buen final.
“Victoria o muerte… victoria o muerte… siempre fue así.”
Pero, todo aquello, ¿por qué? Silver ya debió de haber liberado a los esclavos, y estos deberían de haberse unido a la refriega para conseguir su libertad. ¿Acaso era que su capitán había sido superado, o que no había logrado liberar a los esclavos? El oni conocía bien a aquel hombre: tendrían que cortarle la cabeza y cada extremidad del cuerpo para refrenarle de alcanzar su objetivo. No, algo más había pasado… ¿y si no querían huir? ¿Y si no eran más que una panda de cobardes indignos de tomar las riendas de su propia vida?
Aún se estaba debatiendo entre las posibilidades, cuando las órdenes de aquel guardia, que parecía destacar por encima de los demás, le hicieron hervir la sangre de nuevo.
- ¿¿Puedes detener las olas del mar?? ¿¿Puedes detener el sol de salir y de ocultarse?? ¿¿La lluvia y los rayos de las nubes?? ¡¡No soy bestia ni perro, soy Balagus, y la única información relevante que te daré es que EL ÚNICO PERRO AQUÍ ES EL QUE SIRVE A LOS COBARDES QUE ACABAN DE ABANDONAROS!! –
Sentía que sus músculos volvían a tensionarse, listos para volver a golpear con toda su furia. Estaba listo para morir allí, en aquel momento, pero la voz de Silver resonó en el teatro. Girando un poco la cabeza, vio a su capitán abriéndose paso entre las lanzas que le rodeaban con un niño en brazos. Un niño… un único esclavo liberado…
No. Debía resistir allí. Debía luchar, matar a todos aquellos bastardos, gritar y pelear hasta que la última gota de sangre de su cuerpo le abandonara. Lok’tar ogar: victoria o muerte. Debía…
- Debes entender que la victoria no está siempre clara. – Continuó explicándole su padre, mientras le sanaba la brecha en la cabeza. – La lucha y la muerte no son honorables cuando no hay posibilidad de victoria. –
- ¡Pero siempre hay una posibilidad, padre! Todo enemigo tiene un punto débil, o se fatiga por la pelea. Retirarse del campo de batalla es… -
- Es la única opción a veces, hijo mío. – Le cortó secamente, mirándole a los ojos. – Un buen jefe sabe cuándo es momento de retirarse, de reagruparse, y de replantear los futuros combates. Es lo que nos separa de las bestias, Balagus. No hay ningún honor en dar la vida en vano. No lo hagas, hijo. –
Las palabras de su padre, aquella tarde después de que una bestia le hubiera vapuleado y dejado una brecha de recuerdo, regresaron de golpe a su memoria en un segundo, humedeciendo momentáneamente sus ojos y erradicando las imágenes de su aldea arrasada y de la cabeza del mismo que le había dado aquella lección cortada en el suelo. Aquel día tenía apenas siete años.
El oni resopló, dejando salir sus inquietudes con aquel aliento, y miró al frente, más decidido que nunca. Necesitarían una última distracción, mientras Silver le habría una vía de escape por su retaguardia.
Con un leve empujón, se deshizo de los cadáveres que aún le protegían, desestabilizando levemente a los soldados frente a él. Aquellos segundos fueron todo lo que necesitó para hacer retroceder sus dos brazos, y liberar con ellos toda la energía y rabia que había vuelto a acumular en una forma muy similar a la que usó para iniciar el combate, esta vez contra la falange de guardias frente a él.
- ¡Nos vamos! – Bramó, haciéndole saber a su capitán que estaba de acuerdo. Girando rápidamente sobre sus talones, propinó un potente golpe sobre uno de los pocos enemigos que quedaban a su espalda y que Silver no había abatido, liberándose el camino para salir de allí con él y con el niño.
“Victoria o muerte… victoria o muerte… siempre fue así.”
Pero, todo aquello, ¿por qué? Silver ya debió de haber liberado a los esclavos, y estos deberían de haberse unido a la refriega para conseguir su libertad. ¿Acaso era que su capitán había sido superado, o que no había logrado liberar a los esclavos? El oni conocía bien a aquel hombre: tendrían que cortarle la cabeza y cada extremidad del cuerpo para refrenarle de alcanzar su objetivo. No, algo más había pasado… ¿y si no querían huir? ¿Y si no eran más que una panda de cobardes indignos de tomar las riendas de su propia vida?
Aún se estaba debatiendo entre las posibilidades, cuando las órdenes de aquel guardia, que parecía destacar por encima de los demás, le hicieron hervir la sangre de nuevo.
- ¿¿Puedes detener las olas del mar?? ¿¿Puedes detener el sol de salir y de ocultarse?? ¿¿La lluvia y los rayos de las nubes?? ¡¡No soy bestia ni perro, soy Balagus, y la única información relevante que te daré es que EL ÚNICO PERRO AQUÍ ES EL QUE SIRVE A LOS COBARDES QUE ACABAN DE ABANDONAROS!! –
Sentía que sus músculos volvían a tensionarse, listos para volver a golpear con toda su furia. Estaba listo para morir allí, en aquel momento, pero la voz de Silver resonó en el teatro. Girando un poco la cabeza, vio a su capitán abriéndose paso entre las lanzas que le rodeaban con un niño en brazos. Un niño… un único esclavo liberado…
No. Debía resistir allí. Debía luchar, matar a todos aquellos bastardos, gritar y pelear hasta que la última gota de sangre de su cuerpo le abandonara. Lok’tar ogar: victoria o muerte. Debía…
- Debes entender que la victoria no está siempre clara. – Continuó explicándole su padre, mientras le sanaba la brecha en la cabeza. – La lucha y la muerte no son honorables cuando no hay posibilidad de victoria. –
- ¡Pero siempre hay una posibilidad, padre! Todo enemigo tiene un punto débil, o se fatiga por la pelea. Retirarse del campo de batalla es… -
- Es la única opción a veces, hijo mío. – Le cortó secamente, mirándole a los ojos. – Un buen jefe sabe cuándo es momento de retirarse, de reagruparse, y de replantear los futuros combates. Es lo que nos separa de las bestias, Balagus. No hay ningún honor en dar la vida en vano. No lo hagas, hijo. –
Las palabras de su padre, aquella tarde después de que una bestia le hubiera vapuleado y dejado una brecha de recuerdo, regresaron de golpe a su memoria en un segundo, humedeciendo momentáneamente sus ojos y erradicando las imágenes de su aldea arrasada y de la cabeza del mismo que le había dado aquella lección cortada en el suelo. Aquel día tenía apenas siete años.
El oni resopló, dejando salir sus inquietudes con aquel aliento, y miró al frente, más decidido que nunca. Necesitarían una última distracción, mientras Silver le habría una vía de escape por su retaguardia.
Con un leve empujón, se deshizo de los cadáveres que aún le protegían, desestabilizando levemente a los soldados frente a él. Aquellos segundos fueron todo lo que necesitó para hacer retroceder sus dos brazos, y liberar con ellos toda la energía y rabia que había vuelto a acumular en una forma muy similar a la que usó para iniciar el combate, esta vez contra la falange de guardias frente a él.
VAN302
VANGUARDIA
Ofensiva Activa
Tier 3
No Aprendida
36
2
El usuario irá contrayendo su pierna o brazo concentrando toda la fuerza que pueda en ellos, con el fin de liberar un directo y poderoso impacto desde su arma contra su objetivo, llegando provocar un [Empuje] por los aires hasta 15 metros. Cada Turno que canalice la distancia de empuje aumentará otros 10 metros y su daño aumenta en 30 por cada Turno. Esta técnica se podrá [Canalizar] un máximo de 3 Turnos.
Golpe Basico + [RESx2,5] de [Daño contundente]
- ¡Nos vamos! – Bramó, haciéndole saber a su capitán que estaba de acuerdo. Girando rápidamente sobre sus talones, propinó un potente golpe sobre uno de los pocos enemigos que quedaban a su espalda y que Silver no había abatido, liberándose el camino para salir de allí con él y con el niño.
COM101
COMBATIENTE
Ofensiva Activa
Tier 1
No Aprendida
17
1
El usuario encarará de frente a su adversario propinándole un poderoso impacto directo con alguna de sus extremidades, aplicando un [Empuje] de 4 metros.
Golpe Basico + [FUEx2] de [Daño contundente]