Tofun
El Largo
07-10-2024, 01:18 PM
La calamidad rió y su boca se convirtió en una atracción, una fuerte corriente de aire me agitó como si se tratase de una bandera atada a sus dientes, subí hacia arriba y hacia abajo mientras mi rostro se arrugaba con una ligera mueca de asco por el aliento de aquel ser del abismo. Tardó en continuar hablando lo cual me hizo tragar saliva, parecía calmado y eso facilitaba mi agarre pero que significaba aquello. ¿Estaba valorando si comerme ahora o dejarme para la cena? ¿Qué tipo de pensamientos tenía una bestia marina? Fueron sus palabras quienes me sacaron de dudas aunque primero me agitaron de nuevo con una carcajada atronadora. - Umibozulurk... - Susurré.¿ Qué clase de nombre era ese? Bueno, dada mi experiencia en los bautismos de bestias abisales gigantes creo que no estaba en posición de juzgar, dejémoslo en que simplemente me parecía raro. ¡Una petición alcohólica! Ahora nos empezábamos a entender, eso era una gran señal, sonreí con gusto para después responder. - La duda ofende compañero.
Salté hacia su lengua y comencé a restregar mis manos mientras me concentraba en mi creacción, era fácil, tenía mucha experiencia. Comencé a segregar un coctel de licor de algas y ron dulce, aquello empezaba a tener mejor sabor. - Es una lugar historia. Ya que estoy a tu merced, no escatimaré en detalles, para que veas lo abierto que soy contigo. He consumido una fruta del demonio, de esas que te hacen alérgico al mar y te dan algún poder. Algunos se transforman en animales, otros en elementos, otros pueden crear fuego, en mi caso... ¡Me han convertido en un barman de categoría! Puedo segregar mis ¡Hip! propios brebajes. Shahahahaha. - Esperé la respuesta de la bestia y cuando fui capaz de iniciar un nuevo tema de conversación comencé.
¿Sabes que estaba pensando? Recientemente, al salir de la cárcel, me enteré de la existencia de un grupo. No sé si te sonará pero se llama el ejército revolucionario. Son gente justa, trabajan para cambiar las injusticias sociales. Ya sabes, hay marines justos, hay marines cabrones pero normalmente quienes están por encima de ellos, los de arriba tienen mucho poder y mucho interés en mantenerlo. Eso les hace utilizarlos como... objetos. Yo, con mis compañeros los piezas llevo años peleando contra esas situaciones pero a día de hoy me he enterado de que son muchos mas organizados. Tu, con tu grandioso dominio abisal podrías ser un gran participe de la causa.
Era una propuesta leve, una idea, un pensamiento, el estar en una posición de exposición absoluta hizo que no me andase con rodeos, que contase las cosas tal y como las veo, dejando de lado esas tretas sociales que tantas veces había tenido que usar.
Salté hacia su lengua y comencé a restregar mis manos mientras me concentraba en mi creacción, era fácil, tenía mucha experiencia. Comencé a segregar un coctel de licor de algas y ron dulce, aquello empezaba a tener mejor sabor. - Es una lugar historia. Ya que estoy a tu merced, no escatimaré en detalles, para que veas lo abierto que soy contigo. He consumido una fruta del demonio, de esas que te hacen alérgico al mar y te dan algún poder. Algunos se transforman en animales, otros en elementos, otros pueden crear fuego, en mi caso... ¡Me han convertido en un barman de categoría! Puedo segregar mis ¡Hip! propios brebajes. Shahahahaha. - Esperé la respuesta de la bestia y cuando fui capaz de iniciar un nuevo tema de conversación comencé.
¿Sabes que estaba pensando? Recientemente, al salir de la cárcel, me enteré de la existencia de un grupo. No sé si te sonará pero se llama el ejército revolucionario. Son gente justa, trabajan para cambiar las injusticias sociales. Ya sabes, hay marines justos, hay marines cabrones pero normalmente quienes están por encima de ellos, los de arriba tienen mucho poder y mucho interés en mantenerlo. Eso les hace utilizarlos como... objetos. Yo, con mis compañeros los piezas llevo años peleando contra esas situaciones pero a día de hoy me he enterado de que son muchos mas organizados. Tu, con tu grandioso dominio abisal podrías ser un gran participe de la causa.
Era una propuesta leve, una idea, un pensamiento, el estar en una posición de exposición absoluta hizo que no me andase con rodeos, que contase las cosas tal y como las veo, dejando de lado esas tretas sociales que tantas veces había tenido que usar.