Alguien dijo una vez...
Monkey D. Luffy
Digamos que hay un pedazo de carne. Los piratas tendrían un banquete y se lo comerían, pero los héroes lo compartirían con otras personas. ¡Yo quiero toda la carne!
[MT] El Traslado de Meethook [Parte 2]
Octojin
El terror blanco
Octojin no podía quitarse esa sensación de preocupación debido a la gran tormenta que zarandeando el barco. Su atención se dividía entre la nutria inconsciente, que parecía estable pero aún no despertaba, y los erráticos movimientos del navegante que no hacían sino incrementar su preocupación . Observaba al capitán Tom, que trataba de mantener el rumbo pero no podía ocultar los signos evidentes de su embriaguez. Los gestos torpes y las órdenes contradictorias lo delataban, a pesar de que estaba claro que estaba haciendo un esfuerzo casi titánico por mantener la compostura y disimular su estadood un . El tiburón apretó los dientes, asombrado de que alguien con esa responsabilidad hubiera subido a bordo en ese estado.

La tormenta le sacó de su ensimismamiento más de una vez. El estruendo de los truenos y el rugido de las olas sacudían la embarcación sin piedad, dejándoles completamente a su merced. No habían sido dos ni tres veces las que el escualo había ideado un plan si aquello salía mal. Takahiro y él eran los dos mejores nadadores de la brigada —ya que eran los únicos que podían nadar, o al menos moverse con cierta agilidad, ya que la Oni era aún más lenta dentro del agua que fuera, lo cual era complicado de entender—. Las velas se hinchaban y las cuerdas crujían bajo la fuerza del viento. Octojin trataba de mantenerse centrado, sabiendo que no había mucho que pudieran hacer hasta que la tormenta pasara.

Aprovechando un breve respiro en la tormenta, Octojin llamó a uno de los reclutas más jóvenes, al cual había visto escribiendo en una especie de diario. Quizá contando las aventuras que había vivido, o el miedo que estaba pasando en aquella circustancia, quién sabe.

—Necesito que prepares un informe —dijo con voz firme pero tranquila—. Yo te dictaré.

El recluta, algo nervioso por la presencia imponente del gyojin, sacó una nueva libreta algo más grande y un lápiz. Octojin se aclaró la garganta, mirando de reojo a la nutria inconsciente. Sabía que debía ser claro en lo que quería transmitir.

Anota esto: “Informe de la misión en la isla de Kilombo. Durante nuestra misión en la isla, nos vimos envueltos en un conflicto con los piratas veganos, liderados por Broco Lee. Durante el combate, nos vimos obligados a crear dos bandos, uno marítimo y otro terrestre, dado que nos atacaron en dos flancos. Al marítimo acudimos Takahiro y un servidor, y al terrestre, asentado en las inmediaciones del faro, acudieron Ray, Atlas y Camille. El bando marítimo fijó su objetivo en el barco enemigo, estudiando sus debilidades y atacándolas, siendo hundido por completo. Recibimos una llamada por parte de Ray solicitando ayuda, así que Takahiro se marchó allí y quedé yo solo en el mar. Y allí, con el barco hundiéndose, me encontré a una nutria mink encerrada en una jaula. Parecía haber sido retenida contra su voluntad. Se encontraba en un estado incontrolado, fruto de la luna llena. Tras reducirla, la saqué del agua y traté de estabilizarla, pero hasta ahora ha permanecido inconsciente.”

El recluta escribía rápidamente, tratando de seguir el ritmo de las palabras de Octojin, que hacía pequeñas pausas intentando no agobiar su ritmo.

Continúa: “Solicito formalmente que, si ella lo desea una vez despierte, se le permita unirse a nuestra brigada. Su habilidad en combate parece ser considerable, aunque fue utilizada en su contra bajo coacción. Considero que puede ser una valiosa aliada para la Marina si se le da la oportunidad, y que amparará los valores de inclusividad que estamos intentando promover. Finalmente, como nota, me gustaría dejar constancia del estado de embriaguez de Tom, que ha decidido ejercer la navegación en un estado que dista mucho del que debería considerarse aceptable.” —Octojin hizo una pausa, recordando la lucha con la nutria y cómo había intentado salvarla de sí misma.

La tormenta seguía sacudiendo el barco, pero Octojin no dejaba de supervisar tanto a la nutria como a los marineros a su alrededor. La responsabilidad pesaba sobre sus hombros, pero estaba acostumbrado a cargar con el peso de decisiones importantes. El recluta le pasó el informe e hizo un par de gestos, como si lo estuviese leyendo, para después darle las gracias y decirle que se podía retirar. Ya tenía el informe que debía presentar a sus superiores.

Cuando finalmente llegaron a la isla de Ginebra Blues, Octojin sintió un alivio momentáneo al pisar tierra firme. No le dio demasiada importancia a haber llegado a un destino que no era al que debían ir, que era Loguetown. Bastante debían agradecer a la diosa de la fortuna de seguir vivos. La nutria seguía inconsciente, pero seguía estable. Fue entonces cuando vio a Murray sentado en una terraza junto a una mujer rubia de ojos azules. No pudo evitar sentir cierta diversión y orgullo al verlo allí, relajado y despreocupado. Dedicó un par de codazos amistosos a los presentes, señalando con la cabeza a Murray como si dijera: Miren quién está aquí, siempre saliendo bien parado.

La escena le recordó lo curiosa que podía ser la naturaleza humana. ¿Cómo alguien como Murray, un hombre que parecía tan normal y relajado, podía estar rodeado de mujeres impresionantes? Octojin no pudo evitar sonreír para sus adentros mientras observaba cómo el hombre trataba de escabullirse en vano de sus amigos.

Finalmente, cuando Stan S. Stanman apareció con su extravagante coche de choque acuático, Octojin se subió al vehículo junto con el resto del equipo en mitad de la conversación que parecía mantener con la nada. El entusiasmo eléctrico de Stan y su conversación interminable le sacaron una sonrisa, a pesar de lo agotado que se sentía después de la tormenta y la misión.

Mientras Stan conducía a toda velocidad hacia Loguetown, Octojin se permitió un momento de reflexión. Sabía que, al final, todo lo que habían hecho había valido la pena. Habían cumplido su misión, la nutria estaba a salvo y los piratas veganos habían sido capturados. Ahora solo quedaba formalizar todo y esperar a que la nutria decidiera su futuro.

Cuando finalmente llegaron a Loguetown, Octojin se bajó del taxi acuático, agradecido de haber llegado sin más incidentes. Permanecería un día entero en la cama, de eso estaba seguro.

Informe


resumen

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Mensajes en este tema
El Traslado de Meethook [Parte 2] - por Tofun - 08-10-2024, 02:52 AM
RE: El Traslado de Meethook [Parte 2] - por Octojin - 08-10-2024, 12:27 PM
RE: El Traslado de Meethook [Parte 2] - por Takahiro - 08-10-2024, 12:45 PM
RE: El Traslado de Meethook [Parte 2] - por Ray - 08-10-2024, 05:34 PM
RE: El Traslado de Meethook [Parte 2] - por Atlas - 09-10-2024, 12:39 PM
RE: El Traslado de Meethook [Parte 2] - por Tofun - 09-10-2024, 01:35 PM

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