Tenka
Anticuario
31-07-2024, 02:13 AM
El salitre había destrozado mis labios y lengua para cuando llegamos a Ginebra Blues. Encontramos un amarre bajo uno de los colosales pilares del puente que unía las islas, un amarre humilde, alejado de los puertos principales, acorde con nuestro barco humilde y nuestra tripulación humilde. Una estrecha escalera trepaba por el exterior del pilar entre jirones de niebla mañanera. Los estibadores descargaban en la base del pilar mientras yo subía con cuidado de no dar un paso al aire y maldiciendo cada segundo.
Enrolarme en aquella tripulación había sido un error. La promesa de una isla, que resultó ser un peñón, con un tesoro, que resultó ser un esqueleto, habían mermado mi ánimo. Los dos días de regreso no mejoraron la aventura. El ingeniero de primera que calculó los suministros no tuvo en cuenta que un Mink de casi tres metros no ingiere la misma cantidad de agua que un hombre normal, así que pasamos dos días sin probar una gota de agua. Y lo mismo sucedió con la comida, aunque ese era un problema menor en comparación.
Allí me encontraba. Cada escalón que subía, rodeado por esa neblina confusa, me recordaba a esos días de borrachera en los que parecía que nunca llegaría a casa y cada minuto se hacía eterno bajo la promesa de una cama. Comenzaba a plantearme beber la condensación de humedad en la pared cuando por fin llegué arriba. El bullicio y la vista impresionante del puente entre islas hizo que olvidara la sed. Era mi primera vez en Tequila Wolf. Ni siquiera me encontraba en el área comercial y el trasiego de mercaderes ambulantes, porteadores, populacho y nobles era más de lo que ya había visto en mi vida.
—Desearía el señor un…—El vendedor calló en seco al ver el aspecto de Tenka, cambiando su adulador tono por una mirada de desprecio demasiado profesional
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Enrolarme en aquella tripulación había sido un error. La promesa de una isla, que resultó ser un peñón, con un tesoro, que resultó ser un esqueleto, habían mermado mi ánimo. Los dos días de regreso no mejoraron la aventura. El ingeniero de primera que calculó los suministros no tuvo en cuenta que un Mink de casi tres metros no ingiere la misma cantidad de agua que un hombre normal, así que pasamos dos días sin probar una gota de agua. Y lo mismo sucedió con la comida, aunque ese era un problema menor en comparación.
Allí me encontraba. Cada escalón que subía, rodeado por esa neblina confusa, me recordaba a esos días de borrachera en los que parecía que nunca llegaría a casa y cada minuto se hacía eterno bajo la promesa de una cama. Comenzaba a plantearme beber la condensación de humedad en la pared cuando por fin llegué arriba. El bullicio y la vista impresionante del puente entre islas hizo que olvidara la sed. Era mi primera vez en Tequila Wolf. Ni siquiera me encontraba en el área comercial y el trasiego de mercaderes ambulantes, porteadores, populacho y nobles era más de lo que ya había visto en mi vida.
—Desearía el señor un…—El vendedor calló en seco al ver el aspecto de Tenka, cambiando su adulador tono por una mirada de desprecio demasiado profesional
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