Alguien dijo una vez...
Monkey D. Luffy
Digamos que hay un pedazo de carne. Los piratas tendrían un banquete y se lo comerían, pero los héroes lo compartirían con otras personas. ¡Yo quiero toda la carne!
[Misión de Temporada] El Gato y el Ratón - Grupo B
Asradi
Völva
Personaje


Asradi se había metido en el agua en el momento en el que había llegado al puerto. Nadar hacia la desembocadura no era el problema. La cuestión no era solo llegar a tiempo, sino tener la suficiente fuerza como para que aquello funcionase. Era consciente de que, de alguna manera, iba a necesitar ayuda. En la superficie no la escucharían, pero en las profundidades marinas sí lo habían hecho. La sirena había sonreído cuando cientos de ojos habían aparecido, minutos después, iluminándose en la penumbra del lecho marino. Con unas cuantas indicaciones, procedió a nadar con soltura y rapidez ya a través de la desembocadura del río, en dirección a la zona del desvío donde Ragnheiddr y Airgid deberían estar preparándolo todo. Poco a poco, y según avanzaba, podía notar los cambios. Las corrientes eran un poco más rápidas a como las había percibido antes, señal de que ya todo estaba comenzando. Emitió un silbido que solo se escuchó bajo el agua y aceleró mientras era seguida, a pocos metros, por cientos y cientos de sombras. De hecho, cualquiera que estuviese pescando o caminando cerca del río, podría percatarse de esto. Como algo bajo el agua, a montones, se movía a contracorriente río arriba, provocando que el agua también se agitase en consecuencia. Como si, de repente, el río estuviese saturado de algo. De hecho, el chapoteo comenzaba a ser intenso a medida que se acercaban al punto de encuentro.

La expresión de Asradi era de seriedad. Necesitaba apoyar debidamente a sus compañeros para que todo saliese según el plan. Confiaban en ella y, en esa parte, también dependían de sus habilidades. No podía evitar sentirse nerviosa, con todo ese peso sobre los hombros. Miró unos momentos hacia atrás donde, efectivamente, estaba siendo seguida muy de cerca. Algunos lugareños hasta se habían asomado cuando habian escuchado los chapoteos y el agua burbujeando debido al movimiento. ¿Qué era lo que estaba pasando bajo la superficie del río? Asradi aceleró un poco más en una de las curvas serpenteantes del río.

”¡Ahí están!”

Los troncos a modo de presa y las largas placas metálicas. Solo le hizo falta haber visto eso para saber que había llegado al sitio adecuado. Allí donde Airgid y Ragnheidr le esperaban ya listos para que ella les echase una mano con el desvío del agua. Ya llegados a ese punto, Asradi podía imaginar que la presa se había roto o estaba a punto de ello. La cantidad de agua allí ya era mayor y la fuerza con la que corría. La sirena miró hacia atrás unos segundos y asintió. De repente fue rodeada por cientos de sombras que, poco a poco, aunque a buena velocidad, comenzaron a amontonarse allí donde la rubia y el de Elbaf habían iniciado aquella presa, aquel desvío improvisado. Asradi sacó un momento la cabeza del agua, solo para mirar a su alrededor.

¡¡Ragn, sigue echando troncos!! — Clamó al grandullón. Aunque ahora fuese su turno, toda ayuda era poca. Y ella era solo una sirena contra toda una corriente de agua. Tenía ciertas habilidades, solo esperaba que fuesen suficientes. — ¡Airgid, necesito más planchas de metal detrás de los salmones!

Porque sí, efectivamente, lo que allí se estaba amontonando entre las maderas y las planchas de metal, era todo un cardumen de salmones. Cientos y cientos que habían nadado río arriba y contracorriente. Generalmente ese sería un hecho habitual y natural, sobre todo en la época de desove, cuando dichos animales abandonan las vastas corrientes oceánicas para adentrarse en los ríos donde nacieron, nadando contracorriente y desafiando todo solo para llegar al lugar del que procedían. Pero ahora había mucho más de lo que sería común. Asradi los había llamado también a conciencia de que eran uno de los pocos peces que podían soportar el cambio de agua salada a agua dulce. Y, sobre todo, en suficiente cantidad como para poder apelotonarse y ayudar con el improvisado desvío. Se notaba la fuerza en aquellos animales, coleteando sin parar, levantando incluso algo de espuma en el agua debido a que estaban prácticamente amontonados. Incluso algunos asomaban parcialmente por encima de la superficie del agua.

Ahora era ella quien tenía que actuar con rapidez. No sabía cuánto aguantaría aquel desvío improvisado entre los tres. La sirena nadó con rapidez para posicionarse en frente de todo aquello tras haberse vuelto a hundir bajo el agua. Apretó la mandíbula y tragó saliva unos momentos. Ahora todo dependía de ella. A medida que su cola se movía con movimientos fluidos para mantenerla en el lugar y que las corrientes no la moviesen de un lado a otro comenzó a concentrarse. O, más bien que el agua a su alrededor comenzase a arremolinarse entre sus manos, girando de manera circular cada vez más y más rápido. Asradi estuvo así unos segundos, como si entre las palmas de sus manos estuviese comenzando a gestarse algo. Y eso era exactamente lo que estaba sucediendo. Allí, entre los dedos de la sirena, había comenzado a formarse un pequeño torbellino que había empezado a girar sobre sí mismo. Un movimiento continuo que poco a poco atraía más y más agua de los alrededores, comenzando a aumentar el tamaño del mismo. A medida que esto sucedía, Asradi iba abriendo las manos y los brazos hacia los laterales, con afán de dejarle espacio a aquel torbellino que se estaba acrecentando según la sirena concentraba el agua en aquel fenómeno. Todo a su alrededor y lo que estaba al frente de ella comenzó a removerse. Las corrientes comenzaron, también por igual, a unirse a la fuerza centrífuga de aquella espiral de agua que, tras varios minutos, incluso sobrepasó la superficie del agua.

Todo aquel que estuviese en tierra forme podría verlo claramente. Como un enorme torbellino de cerca de treinta metros giraba sobre sí mismo, controlado por la sirena revolucionaria.

¡ . . . ! — La expresión de Asradi era tensa y concentrada. Era una técnica que requería de manejo de las corrientes de agua y, también, de sus propias habilidades. Nunca antes la había utilizado a un punto como aquel, por lo que podía sentir también la tensión en sus propios músculos.

Tras de ella, los pobres salmones continuaban coleteando para mantener el desvío lo suficientemente estable.

¡Bakkupuru! — Cuando tales palabras salieron de entre sus labios, con énfasis salvaje, Asradi dejó ir el torbellino hacia el frente. No dejándolo totalmente a su libertad, o se terminaría descontrolando y no era eso lo que necesitaban.

Ella continuaría detrás, moldeando las corrientes detrás de ese mismo ciclón de agua que avanzaba, inexorablemente, hacia el oeste. Y, con ello, arrastrando la corriente del río hacia esa misma dirección. El ruido, por otro lado, era ensordecedor, mientras aquella masa de agua continuaba su camino. Y, lo más importante, buscando desviar las corrientes del cauce del río para que, ahora, se virasen hacia el lugar que a ellos les interesaba.

El oeste.

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#26


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RE: [Misión de Temporada] El Gato y el Ratón - Grupo B - por Asradi - 08-10-2024, 06:22 PM

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