Gavyn Peregrino
Rose/Ícaro
09-10-2024, 06:03 AM
La cámara del tesoro era un escenario digno de ganarse el título de “Caos”, se desató rápido, pero seguro, la tripulación estaba lo suficientemente coordinada y teníamos el conocimiento el uno del otro como para conocer las ventajas y desventajas, al menos algunas, de las que gozaban los demás, a nivel bélico, por supuesto, e incluso entonces estaba bastante seguro de que todos tenían sus propias cartas bajo la manga. A pesar del tiempo que había pasado con cada uno de los tripulantes en el barco; que no fue mucho, debido a mi intención de mantenerme al margen y a distancia, ya que esto había comenzado como un trabajo para mí; aún era cauteloso en mis pasos hacia algunos de ellos. Pero esa no era la prioridad ahora. El Panda había caído, muy dramáticamente, por cierto, la sangre se filtraba por su espalda y goteaba desde mis dagas, las sacudí, regando la piedra de la pirámide con esta y volví mi atención a la sala en general.
La sala y la inundación que se estaba gestando después del temblor.
Necesitaba enfocarme, y eso hice, despejé mi mente de esos segundos de ensimismamiento, concentrando mi atención en la pelea. Peiné el campo de batalla que era la cámara del tesoro, mis iris dorados se deslizaron con escrutinio por cada miembro del equipo, juzgando las batallas empezadas o por empezar: Draven había recibido daño por parte del Panda, pero no era algo de lo que no se pudiera recuperar, si acaso tenía un botiquín con el cual apañar su situación, hasta cierto punto; Longspan, Nikkei y Gunslinger se estaban encargando del mink conejo, conociéndolos, haríamos pantuflas de felpa muy pronto; era consciente de que el Pato estaba detrás de nosotros; Muken había decidido, en un acto de valentía, o temeridad, depende del ángulo, enfrentarse al hombre de cabello blanco y ojos vendados (Muzen); los únicos que parecían tener problemas eran Chrome y Bonez.
A estos últimos dos, el Mink lobo les estaba causando problemas, entrecerré los ojos, agudizando la vista, no estaba del todo seguro, pero Bonez estaba lo suficientemente expuesto, y cualquier apertura es una oportunidad. Quedarme en la parte superior de la pirámide no tenía ningún sentido, Draven podía cuidarse por sí solo y tenía como respaldo al resto de la tripulación que estaba atrincherada y armada hasta los dientes, así que decidí lo más sensato y agitando las alas con fuerza, descendí desde cúspide hasta la base de la pirámide. En el camino noté un movimiento por el rabillo del ojo y eché un vistazo veloz, ahí mismo, junto al Gyojin orca (Qazan), una de las estatuas había comenzado a moverse, y no de forma robótica, en absoluto, el movimiento era tan fluido como el de cualquier humano. Como todo en este laberinto: No podía ser bueno. Y no lo era, ya que la Mink Jabalí estaba siendo atacada por una de ellas.
Fijé mi mirada en mi objetivo, plegando ligeramente mis alas por un momento, para descender más rápido aún, poco a poco las fui desplegando al llegar casi al pie de la pirámide, pero antes de llegar a él, Longspan ya estaba allí, deteniendo al mink lobo antes de que su puñetazo impacte contra el pecho del hombre cenizo. Detenerme no fue difícil, lo hice cerca de Bonez, y puse una mano en su hombro.
. – Eso fue arriesgado, Bonez ¿Estás bien?
Apreté los dientes, porque la situación era arriesgada en sí, pero la sala se estaba llenando de agua y cualquier usuario de fruta en su sano juicio evitaría el agua… Lástima que nadie en la tripulación parecía estar en su sano juicio. Apreté los dientes, pensando en que podía hacer para mantener al mink lobo alerta y distraído, pero no tenía ideas en mente que pudieran sacarnos de esta situación, así que retrocedí, recogiendo en un rápido movimiento monedas de ojo y joyas al azar para llevarlas a mis bolsillos, y me mantuve en el aire detrás del el gigante de piedra, esperando el momento adecuado… Agité las alas y me pasé los dedos entre estas, asegurándome que estuvieran allí.
La sala y la inundación que se estaba gestando después del temblor.
Necesitaba enfocarme, y eso hice, despejé mi mente de esos segundos de ensimismamiento, concentrando mi atención en la pelea. Peiné el campo de batalla que era la cámara del tesoro, mis iris dorados se deslizaron con escrutinio por cada miembro del equipo, juzgando las batallas empezadas o por empezar: Draven había recibido daño por parte del Panda, pero no era algo de lo que no se pudiera recuperar, si acaso tenía un botiquín con el cual apañar su situación, hasta cierto punto; Longspan, Nikkei y Gunslinger se estaban encargando del mink conejo, conociéndolos, haríamos pantuflas de felpa muy pronto; era consciente de que el Pato estaba detrás de nosotros; Muken había decidido, en un acto de valentía, o temeridad, depende del ángulo, enfrentarse al hombre de cabello blanco y ojos vendados (Muzen); los únicos que parecían tener problemas eran Chrome y Bonez.
A estos últimos dos, el Mink lobo les estaba causando problemas, entrecerré los ojos, agudizando la vista, no estaba del todo seguro, pero Bonez estaba lo suficientemente expuesto, y cualquier apertura es una oportunidad. Quedarme en la parte superior de la pirámide no tenía ningún sentido, Draven podía cuidarse por sí solo y tenía como respaldo al resto de la tripulación que estaba atrincherada y armada hasta los dientes, así que decidí lo más sensato y agitando las alas con fuerza, descendí desde cúspide hasta la base de la pirámide. En el camino noté un movimiento por el rabillo del ojo y eché un vistazo veloz, ahí mismo, junto al Gyojin orca (Qazan), una de las estatuas había comenzado a moverse, y no de forma robótica, en absoluto, el movimiento era tan fluido como el de cualquier humano. Como todo en este laberinto: No podía ser bueno. Y no lo era, ya que la Mink Jabalí estaba siendo atacada por una de ellas.
Fijé mi mirada en mi objetivo, plegando ligeramente mis alas por un momento, para descender más rápido aún, poco a poco las fui desplegando al llegar casi al pie de la pirámide, pero antes de llegar a él, Longspan ya estaba allí, deteniendo al mink lobo antes de que su puñetazo impacte contra el pecho del hombre cenizo. Detenerme no fue difícil, lo hice cerca de Bonez, y puse una mano en su hombro.
. – Eso fue arriesgado, Bonez ¿Estás bien?
Apreté los dientes, porque la situación era arriesgada en sí, pero la sala se estaba llenando de agua y cualquier usuario de fruta en su sano juicio evitaría el agua… Lástima que nadie en la tripulación parecía estar en su sano juicio. Apreté los dientes, pensando en que podía hacer para mantener al mink lobo alerta y distraído, pero no tenía ideas en mente que pudieran sacarnos de esta situación, así que retrocedí, recogiendo en un rápido movimiento monedas de ojo y joyas al azar para llevarlas a mis bolsillos, y me mantuve en el aire detrás del el gigante de piedra, esperando el momento adecuado… Agité las alas y me pasé los dedos entre estas, asegurándome que estuvieran allí.