Shiro
Ninguno
10-10-2024, 02:15 AM
El peliblanco soltó un fuerte suspiro en cuanto se posó encima del marine y notó que este caía bajo su control tras soltar una queja que no tardó en morir en su boca. Shiro no solo había ganado la pelea con este último movimiento, sino que también había conseguido una baza extra por si aún quedaba algún marine custodiando lo que venían a robar.
- ¿Estás bien? - preguntó a Qazan mientras se fijaba en sus brazos. El gyojin había parado a mano descubierta la ofensiva del marine y temía que su nakama se hubiera lesionado. - El cabronazo pega duro - prosiguió mientras le daba unas palmaditas en el pecho al marine. El hombre estaba completamente subyugado por los poderes del espadachín y podían hacer con él lo que quisieran durante un tiempo limitado.
- Vamos con Gretta, no vaya a estar cenando antes de tiempo - apremió al gyojin mientras ordenaba al marine a moverse hacia donde se encontraba la daimink.
Cuando la pareja llegó, aún quedaba un marine en pie, no obstante, tras ver a su capitán sumido en aquel extraño trance se distrajo, momento que Gretta aprovechó hábilmente para golpear. El joven peliblanco no pudo evitar preguntarse qué se sentiría al ser golpeado por una mole como aquella.
- Seguro que me destroza - pensó el muchacho definitivamente tras sopesarlo un momento.
Gretta les había apremiado a que fuesen a por el tesoro, pero como el barco estaba volcado por sus nakamas, Shiro poco podía hacer en la búsqueda. El haberse comido aquella fruta del diablo le había otorgado al joven un poder tan asombroso como el que estaba demostrando, pero el precio a pagar era más que conocido a lo largo de todos los mares. No podía nadar.
- Qazan, tú que puedes nadar, adéntrate en el navío a buscar el tesoro - apremió al gyojin mientras señalaba el barco dado la vuelta. - No sé durante cuanto tiempo podré mantener al marine bajo control, así que cuanto antes lo encontremos… antes nos vamos - continuó tras bajar la voz para que solo él pudiese escucharlo.
Mientras Shiro esperaba a que Qazan realizara su tarea, devolvió su atención hacia el combate. Dudaba de que el marine tuviese ganas de seguir luchando con la daimink dada la situación, pero como al peliblanco no le gustaba arriesgar se acercó a la acción sobre la grupa del capitán.
- Eh, tú - llamaría la atención del tipo, si es que seguía consciente. - Si no quieres ver cómo le rebano la cabeza a tu superior… ya puedes parar y contarme con pelos y señales que es lo que llevabais a bordo - amenazó Shiro mientras posaba el filo de la espada que aún empuñaba sobre el cuello del marine con cara de mono. - No quiero titubeos, solo información.
- ¿Estás bien? - preguntó a Qazan mientras se fijaba en sus brazos. El gyojin había parado a mano descubierta la ofensiva del marine y temía que su nakama se hubiera lesionado. - El cabronazo pega duro - prosiguió mientras le daba unas palmaditas en el pecho al marine. El hombre estaba completamente subyugado por los poderes del espadachín y podían hacer con él lo que quisieran durante un tiempo limitado.
- Vamos con Gretta, no vaya a estar cenando antes de tiempo - apremió al gyojin mientras ordenaba al marine a moverse hacia donde se encontraba la daimink.
Cuando la pareja llegó, aún quedaba un marine en pie, no obstante, tras ver a su capitán sumido en aquel extraño trance se distrajo, momento que Gretta aprovechó hábilmente para golpear. El joven peliblanco no pudo evitar preguntarse qué se sentiría al ser golpeado por una mole como aquella.
- Seguro que me destroza - pensó el muchacho definitivamente tras sopesarlo un momento.
Gretta les había apremiado a que fuesen a por el tesoro, pero como el barco estaba volcado por sus nakamas, Shiro poco podía hacer en la búsqueda. El haberse comido aquella fruta del diablo le había otorgado al joven un poder tan asombroso como el que estaba demostrando, pero el precio a pagar era más que conocido a lo largo de todos los mares. No podía nadar.
- Qazan, tú que puedes nadar, adéntrate en el navío a buscar el tesoro - apremió al gyojin mientras señalaba el barco dado la vuelta. - No sé durante cuanto tiempo podré mantener al marine bajo control, así que cuanto antes lo encontremos… antes nos vamos - continuó tras bajar la voz para que solo él pudiese escucharlo.
Mientras Shiro esperaba a que Qazan realizara su tarea, devolvió su atención hacia el combate. Dudaba de que el marine tuviese ganas de seguir luchando con la daimink dada la situación, pero como al peliblanco no le gustaba arriesgar se acercó a la acción sobre la grupa del capitán.
- Eh, tú - llamaría la atención del tipo, si es que seguía consciente. - Si no quieres ver cómo le rebano la cabeza a tu superior… ya puedes parar y contarme con pelos y señales que es lo que llevabais a bordo - amenazó Shiro mientras posaba el filo de la espada que aún empuñaba sobre el cuello del marine con cara de mono. - No quiero titubeos, solo información.