Dharkel
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10-10-2024, 10:34 PM
“Blablabla” fueron todas las órdenes que llegó a escuchar mientras permanecía de pie, recomponiéndose y tratando de pensar en otra cosa que no fuese aquella columna negra y las probabilidades que tenían de sufrir la misma suerte, desencadenando en una agónica muerte. Exhaló fuertemente, liberando otra gran nube de humo y tiró el cigarrillo a cubierta, apagándolo en un acto reflejo de un pisotón.
La velocidad del navío fue menguando. Silver confirmó el número de presencias y Dharkel suspiró levemente, aliviado y confiando nuevamente en sus posibilidades de salir victoriosos. Tras asegurar los ganchos de abordaje, se reunieron esperando el plan del capitán. Una vez más, se trataba de una temeridad. Intentó abrir la boca para protestar y sugerir usar los cañones para hundir el navío y posteriormente bucear para obtener sus tesoros. O incluso reflotarlo con seguridad, pero desistió rápidamente. Sabía que no le escucharían.
Silver y Balagus abordaron el barco. El solarian respiró profundamente, tragó saliva y cargándose de una falsa valentía impulsada por su propio orgullo les siguió, dando un salto y cayendo con las rodillas flexionadas. Aguantando esa postura desató la cuerda de seguridad y, poniéndose de pie desenvainó su arma. Manteniéndose alerta inspeccionó los alrededores del navío, sin moverse de su lugar de aterrizaje, buscando indicios de la trampa que habían comentado sus compañeros o alguna pista de qué había podido ocurrir allí. Pronto lo descubrirían.
El contramaestre finalizó el reconocimiento y llamó al nuevo integrante para ejecutar un combo que fuese capaz de destruir el punto indicado, donde la madera más débil se encontraba. Un oni y un kobito. Un dúo inesperado que Dharkel jamás habría podido imaginar, como tampoco podría haberse imaginado la buena aceptación que Marvolath tuvo por parte del gigantón.
Volvió a dirigir su atención a las salidas a cubierta del navío afianzando su arma con ambas manos en una postura defensiva, tratando de proteger a sus dos compañeros en caso de que fuese necesario. Si el ruido del abordaje no había alertado a sus enemigos de sus presencias, los gritos de Balagus probablemente lo hubiesen hecho.
La velocidad del navío fue menguando. Silver confirmó el número de presencias y Dharkel suspiró levemente, aliviado y confiando nuevamente en sus posibilidades de salir victoriosos. Tras asegurar los ganchos de abordaje, se reunieron esperando el plan del capitán. Una vez más, se trataba de una temeridad. Intentó abrir la boca para protestar y sugerir usar los cañones para hundir el navío y posteriormente bucear para obtener sus tesoros. O incluso reflotarlo con seguridad, pero desistió rápidamente. Sabía que no le escucharían.
Silver y Balagus abordaron el barco. El solarian respiró profundamente, tragó saliva y cargándose de una falsa valentía impulsada por su propio orgullo les siguió, dando un salto y cayendo con las rodillas flexionadas. Aguantando esa postura desató la cuerda de seguridad y, poniéndose de pie desenvainó su arma. Manteniéndose alerta inspeccionó los alrededores del navío, sin moverse de su lugar de aterrizaje, buscando indicios de la trampa que habían comentado sus compañeros o alguna pista de qué había podido ocurrir allí. Pronto lo descubrirían.
El contramaestre finalizó el reconocimiento y llamó al nuevo integrante para ejecutar un combo que fuese capaz de destruir el punto indicado, donde la madera más débil se encontraba. Un oni y un kobito. Un dúo inesperado que Dharkel jamás habría podido imaginar, como tampoco podría haberse imaginado la buena aceptación que Marvolath tuvo por parte del gigantón.
Volvió a dirigir su atención a las salidas a cubierta del navío afianzando su arma con ambas manos en una postura defensiva, tratando de proteger a sus dos compañeros en caso de que fuese necesario. Si el ruido del abordaje no había alertado a sus enemigos de sus presencias, los gritos de Balagus probablemente lo hubiesen hecho.