Nagaki
Medusa
11-10-2024, 01:20 PM
Cuando terminé de hacer los últimos retoques a la reparación del barco empecé a escuchar unos sonidos extraños viniendo en nuestra dirección. Recogí la caja de herramientas y las tablas que me sobraron y fui a observar el origen del estruendo. Allí delante de mí, 3 inmensos megalodones tiraban de un barco enorme, que si no fuera porque estaba en la Marina, posiblemente fuera el barco más impresionante que había visto nunca, era como si fuera un castillo andante de la impresión que daba.
Miré de nuevo a los megalodones con una mezcla entre asco y rabia. - ¿Porqué tenían que ser siempre tiburones los cómplices de los malvados? -pensé para mí misma, puesto que mi familia, y ella misma, habían tenido problemas desde... ¿siempre? con los tiburones. Después de todo, era uno de los predadores principales de las medusas, bueno, eso sin incluir otras medusas obviamente. Pero por suerte esto sólo se aplicaba a las "primas" medusas, las medusas no gyojin me refiero, aunque algo interno se revolvía cada vez que veía a un tiburón. No es que les tuviera miedo ni nada por el estilo, de hecho juraría escuchar que hay un gyojin tiburón entre las filas de la Marina por Loguetown, pero el instinto seguía ahí latiendo en mi interior y valía la pena escucharlo.
Los enemigos pronto en una especie de altavoz anunciaron sus términos e instantáneamente la orden de Galhard me sacó de mis pensamientos. Tenía que moverme. Como tenía las manos ocupadas, me limité a asentir con la cabeza y decir -Señor, sí, señor- antes de continuar y bajar por las escaleras.
Llegué en un momento a donde estaban Anko y Masao y les trasmití las órdenes. - Suboficial Anko, Soldado Raso Masao, traigo órdenes del Suboficial Galhard. Les ordena que permanezcan alerta y mantengan la carga bajo estricta vigilancia- Me acerqué un poco a ellos para que no lo escucharan el resto de los guardias y en un susurro les dije - Galhard cree que custodiamos una Akuma no mi y que ese es el objetivo de los asaltantes.
Me despedí de ellos y seguí por el barco para dejar las herramientas y los tablones donde los había cogido, y me puse las nudilleras de nuevo, preparada para cualquier cosa. Si tenían que venir tenía que estar preparada.
Subí a la cubierta y fui corriendo a la popa del barco, un lugar donde asegurándome que no podrían verme las barcas llegando a nuestros lados, y salté al agua. Ahora que se habían ido los megalodones podía estar tranquila debajo del barco, allí podría controlar la situación y actuar sin que me vieran.
Miré de nuevo a los megalodones con una mezcla entre asco y rabia. - ¿Porqué tenían que ser siempre tiburones los cómplices de los malvados? -pensé para mí misma, puesto que mi familia, y ella misma, habían tenido problemas desde... ¿siempre? con los tiburones. Después de todo, era uno de los predadores principales de las medusas, bueno, eso sin incluir otras medusas obviamente. Pero por suerte esto sólo se aplicaba a las "primas" medusas, las medusas no gyojin me refiero, aunque algo interno se revolvía cada vez que veía a un tiburón. No es que les tuviera miedo ni nada por el estilo, de hecho juraría escuchar que hay un gyojin tiburón entre las filas de la Marina por Loguetown, pero el instinto seguía ahí latiendo en mi interior y valía la pena escucharlo.
Los enemigos pronto en una especie de altavoz anunciaron sus términos e instantáneamente la orden de Galhard me sacó de mis pensamientos. Tenía que moverme. Como tenía las manos ocupadas, me limité a asentir con la cabeza y decir -Señor, sí, señor- antes de continuar y bajar por las escaleras.
Llegué en un momento a donde estaban Anko y Masao y les trasmití las órdenes. - Suboficial Anko, Soldado Raso Masao, traigo órdenes del Suboficial Galhard. Les ordena que permanezcan alerta y mantengan la carga bajo estricta vigilancia- Me acerqué un poco a ellos para que no lo escucharan el resto de los guardias y en un susurro les dije - Galhard cree que custodiamos una Akuma no mi y que ese es el objetivo de los asaltantes.
Me despedí de ellos y seguí por el barco para dejar las herramientas y los tablones donde los había cogido, y me puse las nudilleras de nuevo, preparada para cualquier cosa. Si tenían que venir tenía que estar preparada.
Subí a la cubierta y fui corriendo a la popa del barco, un lugar donde asegurándome que no podrían verme las barcas llegando a nuestros lados, y salté al agua. Ahora que se habían ido los megalodones podía estar tranquila debajo del barco, allí podría controlar la situación y actuar sin que me vieran.