Alguien dijo una vez...
Bon Clay
Incluso en las profundidades del infierno.. la semilla de la amistad florece.. dejando volar pétalos sobre las olas del mar como si fueran recuerdos.. Y algún día volverá a florecer.. ¡Okama Way!
[Común] Un último trago en Oykot
Silver
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El capitán permanecía en su lugar, reclinado en la silla, mientras el bullicio de la taberna llenaba el aire con una mezcla de risas roncas, conversaciones arrastradas por el alcohol y el ocasional choque de jarras. Desde su rincón, observaba el lugar con la mirada tranquila de quien ya ha visto todo lo que hay por ver. Sin embargo, algo diferente captó su atención cuando, entre las sombras de la entrada, una figura enérgica irrumpió en el local. La puerta se abrió de par en par, y el movimiento de una mujer rubia, musculosa y visiblemente enérgica, rompió momentáneamente el ambiente pesado de la taberna. Había algo en ella que irradiaba vitalidad, como si su agotamiento no pudiera con su energía desbordante, lo que generó un contraste marcado con la atmósfera opresiva de la taberna.

Desde su sitio, Syxel observó con una mezcla de curiosidad y diversión. No era común ver a alguien entrar con tanta confianza en un lugar como ese, y menos aún a una mujer que, lejos de intimidarse por las miradas de los pescadores y maleantes, parecía decidida a ganarse el espacio. El tabernero, un tipo hosco que intimidaba a la mayoría de los clientes con su presencia taciturna y su semblante marcado por cicatrices, reaccionó de manera inusual. En lugar de espantarla con su habitual tono rudo, se mostró sorprendido, casi impresionado por la seguridad con la que la recién llegada pidió absenta.

Silver dejó que una leve sonrisa cínica asomara en su rostro. "Vaya forma de presentarse", pensó, mientras la mujer, con una facilidad desconcertante, lograba convencer al tabernero de servirle la bebida. No cualquiera podía soportar la absenta de ese lugar, y mucho menos de un solo trago. El capitán sabía bien que esa bebida solía tumbar a los más experimentados, pero ella lo había hecho con tal naturalidad que hasta el gruñón del tabernero parecía intrigado.

Mientras tanto, Spack, que hasta ese momento había estado entretenido robando un trozo de fruta de una mesa cercana, se detuvo en seco. Sus ojos pequeños y brillantes se clavaron en la rubia, que ahora alzaba su copa con entusiasmo, proclamando una ronda para todos los presentes. El mono, movido por la curiosidad, no pudo resistirlo y, en un salto ágil, se posó sobre la barra, a escasos centímetros de la mujer. Spack, con su descaro habitual, comenzó a imitar los gestos de la recién llegada, levantando una botella vacía en una cómica réplica de su brindis.

Tsk, te has ganado al mono en un segundo —murmuró Syxel, más divertido que molesto, mientras observaba la escena desde su mesa. El pequeño mono seguía haciendo de las suyas, desatando algunas risas entre los presentes, aunque el capitán sabía que no tardaría en atraer más miradas de las que quería.

La rubia, por su parte, aún parecía ajena a su presencia. Estaba concentrada en ganarse a la multitud, algo que no era precisamente sencillo en una taberna como esa. Sin embargo, lo estaba logrando con sorprendente facilidad. Los pescadores y maleantes, tipos duros y desconfiados por naturaleza, ahora reían y brindaban con ella, como si fuera una conocida de toda la vida. Silver observaba con interés. No era solo la absenta gratis la que había relajado el ambiente. Esa mujer tenía una energía especial, una chispa que lograba desarmar incluso a los más recelosos. Algo en su forma de moverse y de hablar transmitía una naturalidad que no se veía todos los días.

El pirata tomó su jarra y, con calma, terminó lo que quedaba de su bebida. No tenía intenciones de interferir, pero la actitud de la recién llegada despertaba su curiosidad. Las personas no solían llegar a la zona Este de Oykot sin un propósito. Sabía que esa parte de la isla no era un destino para quienes simplemente buscaban diversión, y esa mujer, por mucho que pareciera estar disfrutando, no estaba allí solo para brindar.

Con una sonrisa torcida dibujándose en sus labios, Syxel decidió levantarse de su asiento. Spack, como si lo presintiera, volvió rápidamente a su hombro, dejándose caer con un movimiento ágil. El capitán cruzó la sala con paso firme, moviéndose entre las mesas abarrotadas con la misma calma que solía emplear al caminar sobre la cubierta de su barco. Al llegar a la barra, se apoyó en ella con un gesto relajado, justo cuando el tabernero servía otra ronda de absenta para los clientes.

No pareces de por aquí —comentó en tono tranquilo, levantando ligeramente la botella que el tabernero había dejado sobre la barra—. ¿Celebrando algo o sólo probando suerte con la absenta?

Su voz, aunque serena, estaba cargada de ese tono perspicaz que surgía cada vez que algo fuera de lo común se cruzaba en su camino. La mayoría de los presentes seguían ocupados en sus propias celebraciones, sin percatarse del intercambio. Sin embargo, el pirata intuía que esa conversación tendría más interés de lo que la situación inicial dejaba entrever. Spack, mientras tanto, seguía jugando en su hombro, observando a la mujer con la misma curiosidad que brillaba en los ojos de su dueño.
#3


Mensajes en este tema
Un último trago en Oykot - por Silver - 03-10-2024, 12:54 AM
RE: Un último trago en Oykot - por Airgid Vanaidiam - 11-10-2024, 03:14 PM
RE: Un último trago en Oykot - por Silver - 11-10-2024, 07:44 PM

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