Son Goku D. Namek
Dr. Goku
12-10-2024, 02:21 AM
Goku se encontraba en el ascensor, justo frente a la entrada del penthouse. Al abrirse las puertas, lo primero que notó fue la enorme habitación que se desplegaba ante él, decorada de manera exquisita. Todo en ese lugar resultaba llamativo, la decoración, los guardias a su alrededor, y sobre todo, la figura imponente de su nuevo patrón. A pesar de la elegancia del entorno, algo comenzó a cambiar dentro de Goku.
En el centro de la estancia, sentado tranquilamente en un sillón y fumando un puro, estaba un hombre, quizás el más importante de la sala, sino el más importante de toda la ciudad. Su imponente presencia contrastaba con el ventanal que tenía a sus espaldas, un ventanal que, Goku recordaba, no era indestructible.
En un instante, algo hizo clic en la mente de Goku. Todo lo que había planeado o pensado desapareció. Lo único que importaba en ese momento era la proximidad de ese hombre. Sin detenerse a considerar las consecuencias, sin pensar en los guardias que lo rodeaban, Goku se lanzó hacia su objetivo con una velocidad tan descomunal que incluso los dioses habrían quedado boquiabiertos.
Arremetió sin dudarlo, olvidando incluso el nombre de aquel hombre. Todo lo que importaba era el movimiento, el impulso, la fuerza. En un abrir y cerrar de ojos, Goku alcanzó a su objetivo, lo abrazó con fuerza y lo lanzó a través del ventanal. La explosión de cristales fue ensordecedora. Cayendo al vacío desde el piso 25, Goku golpeó la cara del hombre con su rodilla mientras ambos descendían hacia una muerte segura.
Para cualquiera que hubiera presenciado el evento, aquello habría sido un suicidio doble. Sin embargo, para Goku, la situación era diferente. Ya no recordaba lo que había hecho, ni quién era el hombre con el que había caído. Al llegar al suelo, se sacudió los cristales de su ropa y se marchó del lugar como si nada hubiese ocurrido, desvaneciéndose entre las sombras.
El impacto de sus acciones pronto se desdibujó. Aquellos que lo vieron apenas lo recordarían, su rostro era fácilmente olvidable. Y para aquellos que trataban de identificarlo, los agentes del Cipher Pol hicieron su trabajo: alteraron su descripción, cambiaron su nombre en los informes y lo transformaron en un espectro. Goku, como siempre, se había convertido en un fantasma, dejando tras de sí el cadáver de un hombre que nunca volvería a cruzarse por su mente.
Así terminó la vida de aquel hombre al que Goku jamás recordaría.
En el centro de la estancia, sentado tranquilamente en un sillón y fumando un puro, estaba un hombre, quizás el más importante de la sala, sino el más importante de toda la ciudad. Su imponente presencia contrastaba con el ventanal que tenía a sus espaldas, un ventanal que, Goku recordaba, no era indestructible.
En un instante, algo hizo clic en la mente de Goku. Todo lo que había planeado o pensado desapareció. Lo único que importaba en ese momento era la proximidad de ese hombre. Sin detenerse a considerar las consecuencias, sin pensar en los guardias que lo rodeaban, Goku se lanzó hacia su objetivo con una velocidad tan descomunal que incluso los dioses habrían quedado boquiabiertos.
Arremetió sin dudarlo, olvidando incluso el nombre de aquel hombre. Todo lo que importaba era el movimiento, el impulso, la fuerza. En un abrir y cerrar de ojos, Goku alcanzó a su objetivo, lo abrazó con fuerza y lo lanzó a través del ventanal. La explosión de cristales fue ensordecedora. Cayendo al vacío desde el piso 25, Goku golpeó la cara del hombre con su rodilla mientras ambos descendían hacia una muerte segura.
Para cualquiera que hubiera presenciado el evento, aquello habría sido un suicidio doble. Sin embargo, para Goku, la situación era diferente. Ya no recordaba lo que había hecho, ni quién era el hombre con el que había caído. Al llegar al suelo, se sacudió los cristales de su ropa y se marchó del lugar como si nada hubiese ocurrido, desvaneciéndose entre las sombras.
El impacto de sus acciones pronto se desdibujó. Aquellos que lo vieron apenas lo recordarían, su rostro era fácilmente olvidable. Y para aquellos que trataban de identificarlo, los agentes del Cipher Pol hicieron su trabajo: alteraron su descripción, cambiaron su nombre en los informes y lo transformaron en un espectro. Goku, como siempre, se había convertido en un fantasma, dejando tras de sí el cadáver de un hombre que nunca volvería a cruzarse por su mente.
Así terminó la vida de aquel hombre al que Goku jamás recordaría.