Alguien dijo una vez...
Crocodile
Los sueños son algo que solo las personas con poder pueden hacer realidad.
Tema cerrado 
[C- Presente] Over the Boardwalk, Beyond the Sunset | Priv. Asradi
Alistair
Mochuelo
¡Una coincidencia! Escuchar que la sirena reconocía Demontooth era una inesperada sorpresa que le brindó un deje de alegría, pues las conversaciones siempre se daban mejor cuando ambos lados podían hablar con libertad del tema; la fluidez podía llegar después, siempre que la interacción pudiese resultar amena en vez de ser unilateral. La cereza en el pastel sería el entusiasmo de la sirena ante el hecho, una emoción que para él era increíblemente infecciosa incluso en sus presencias mas bajas, y que procuraba infectar de vuelta a quienes le rodeaban siempre que la situación no fuera en contra.

¡Entonces tienes que visitarla nuevamente algún día! Las mejores partes de Demontooth se descubren cuando te adentras más, pasando la villa cercana al puerto. De hecho, hay un pequeño claro precioso cuando sales por el lado norte de Shimotsuki, con una pequeña cascada natural y todo. ¡Por poco probable que pueda sonar! — Nunca se resistía al impulso de parlotear cuando se emocionaba, algo de lo cual Asradi seguramente sería víctima en más de una ocasión cuando repitieran las interacciones como las que tenían en ese momento. — ¡De hecho! Si en algún momento coincidimos en ese sitio, podría mostrarte ese precioso lugar. Es un lugar sumamente relajante, y estar tan rodeado de naturaleza le da un toque espiritual. — Contaba con que ella entendería a lo que se refería.

¿Un mestizo de Gyojin? — Inclinó la cabeza hacia un costado, en duda. Si fuera una caricatura, un signo de interrogación se manifestaría sobre su cabeza. No había en su vida visto a uno, quizá escuchado, y su cerebro empezó a dibujar toda clase de extravagantes y ridículas posibilidades ante el desconocimiento total de ese mestizaje. Con decir que en una de ellas imaginó la cabeza de un pez con brazos y piernas humanas... El chico contaba con una abundante creatividad, y sus años de esclavo lo habían desprovisto de muchos conocimientos que para otros seguramente solo eran diario vivir. Quizá de allí afloraba su constante deseo por explorar cada rincón del mundo -búsqueda filial aparte- mas no era la razón central de tal sentimiento; desde pequeño había querido visitar lugares exóticos que nadie más habría conocido en su vida. — ¿Cómo era él? — Preguntó finalmente, aceptando la realidad de que su imaginación estaba tomando demasiado fuerte las riendas de su sentido lógico. 

La reacción de la chica con el Santoryu fue justo la que esperaba, y no nos vamos a mentir, también era la misma que tuvo el joven alado cuando escuchó por primera vez del Santoryu. Una locura dibujada n papel: Manejar una katana con la boca sonaba como una idea caótica propiciada por la mente de un pequeño que encontró tres varas en el bosque y se puso a jugar con ellas. Pero era real. Bastante más real de lo que muchos darían crédito. — Increíblemente incómodo al inicio, si. Pone mucho a prueba la fuerza en tu mandíbula, y chocar el arma que va en la boca contra algo duro puede ser... una de las peores sensaciones que experimentes en tu vida. — Rememoró, sintiendo un escalofrío subirle por el cuerpo, estremeciéndose visiblemente. La de minutos que su cabeza estuvo retumbando y meciéndose por ese golpe... Agradecía que la temporalidad de la anécdota fuera un pasado, y uno muy lejano. — Pero cuando tu cuerpo se adapta y acumulas práctica, aprender a manipular una tercera arma es una de las ventajas mas prácticas que encontrarás entre muchos estilos. Es un estilo bastante poderoso, y peligroso. — Desconocía si la sirena empuñaría alguna vez un arma -o múltiples- de filo, pero si lo hacía, era una advertencia tan sutil como importante. 

El brillo en la mirada de la sirena fue evidente a primera vista, una respuesta natural que alegró mucho al Lunarian. Conocer a otra persona con tales aspiraciones, a pesar de la situación que el mundo vivía y el Gobierno Mundial perpetuaba, era algo que provocaba una agradable calidez en el pecho. Le recordaba que, indiferente a lo que sucediera, siempre habría personas dispuestas a soñar con un mundo mejor que dejara atrás las putrefactas malas costumbres del anterior. Soltó una carcajada animada, claramente alegre ante la idea. — ¡Y eso está bien! Conocer a otros y sus costumbres siempre llevará a entenderlos mejor y tratarlos como se merecen: Como seres vivos con tantas aspiraciones como uno mismo. Y un día pensamientos como el tuyo ayudarán a que todos puedan caminar de la mano sin importar la raza, estoy completamente seguro de eso. — Lo juraba, aunque para sus adentros. 

Vería el mundo como un lugar renovado, y seguiría luchando por esa causa.

La mano femenina sobre la propia atrajo su mirada, sintiendo cómo el lenguaje corporal de la sirena le apoyaba, alivianaba la idea de compartir lo que cruzaba por su mente y alentaba a que hiciera lo que el Lunarian quisiera, independiente de si ese algo fuera compartir con ella sus experiencias, o guardárselas huyendo del sentimiento que le mantenía encadenado en su psique. 

El cruce de miradas, y su suave sonrisa, fue el último metafórico empujón que necesitaba para liberarse de esa cadena, al menos por ese día. Y cuando llegara el día en que necesitara encararlo de nuevo, tomaría este momento y lo usaría para combatir en contra de sus demonios del pasado. El suave empujoncito no tan metafórico de su cola, por otro lado, dibujó nuevamente la radiante sonrisa en su rostro por la que tanto se caracterizaba. Como una llama, todo lo que necesitó era combustible y un pequeño incentivo para rugir nuevamente, estallar con fuerza y desprender calor en cada dirección. 

Gracias. De verdad. — Eran palabras sinceras, que si bien aún tenían una pizca de melancolía, ya no había rastro de duda en ellas. Tomó aire, en preparación, y empezó a hablar. — Soy un esclavo fugitivo de los Dragones Celestiales. — Cortante, inició con una revelación grande como una casa. — No se cuán familiarizada estés con ellos, pero en caso de que seas tan afortunada como para no estarlo... Son personas despreciables. "La cúspide de la nobleza" se hacen llamar, en realidad siendo solo megalómanos con bolsillos cargados, y una encarnación en vida del peor lado de la humanidad. Son crueles como ninguna persona que haya conocido, y... Simplemente no logro entender porqué. — Pausó unos segundos, y luego continuó. Genuinamente no entendía el sadismo que esos nobles cargaban con ellos, desde un punto muy literal. Era incapaz de procesarlo.

Aunque la sonrisa en su rostro se rehusaba a ceder siquiera un centímetro, el tono que usaba era claramente mas serio de lo que dirían sus facciones porque el tema siendo tratado lo ameritaba. — Conseguí escapar del que me quitó casi una década de vida, y ahora voy por el mundo en busca de dos personas muy importantes. Quisiera pensar que su falta de comunicación es solo porque aún no saben que conseguí escapar, o porque donde estén no tienen forma fácil de hacer pasar el mensaje. Pero tratándose de dos Lunarians... Requiere esfuerzo no pensar en lo peor de vez en cuando. — Siguiendo las pistas, ella podría intuir la relación de Alistair con esas personas. — Sé que están bien, puedo sentirlo. Dudo que sean tan débiles como para caer de rodillas ante el mundo. Pero también debo evitar caer demasiado en idealismos y asumir que toda posibilidad existe. — Así, si tenía tan trágica suerte como para vivir en una realidad en la que sus padres hubieran perdido la vida hace tiempo, al menos lo habría procesado lo suficiente como para no quebrarse como un vaso de vidrio chocando contra el suelo.
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RE: [C- Presente] Over the Boardwalk, Beyond the Sunset | Priv. Asradi - por Alistair - 12-10-2024, 02:28 AM

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