Atlas
Nowhere | Fénix
12-10-2024, 01:01 PM
Sí, los teníamos... o eso pensaba yo. La euforia me había invadido inicialmente, pero el transcurso de los acontecimientos no tardó en empezar a contradecir lo que había pensado inicialmente. Después de la sorpresa inicial, el chapoteo de los gyojins en torno al barco se hizo menos intenso. ¿Algo iba mal? Desde mi posición en las alturas, planeando por el momento en torno al navío, no podía distinguirlo. Del mismo modo, los cañones posicionados a ambos laterales del barco se inclinaban hacia la superficie del mar en un ángulo teóricamente imposible. Abrían fuego sin cesar en contra de los moradores de las profundidades. ¿Habrían herido a alguno? Era posible, pero estaba en mi mano que no hubiese más víctimas o afectados por los que lamentarse.
Ascendí a gran velocidad unos diez metros para, acto seguido, plegar las alas, girar sobre mí mismo y precipitarme en picado hacia el enemigo. Cunado me encontré a la altura indicada giré de nuevo, colocándome con las alas completamente abiertas y perpendicular a la superficie del mar de manera que el celeste de mis plumas se deslizó sobre la embarcación. Un profundo tajo nació allí donde mis alas tocaban la madera.
A bordo, el caos se intensificó y los gritos crecieron en número e intensidad. No fueron pocos los cañones que cayeron al mar desde ese lado al perder sus sujeciones y quedar dañada la estructura. Varios piratas se precipitaron por la borda fruto del forzado bamboleo de la nao. Si había problemas desde el fondo del mar, al menos podría intentar compensar yo desde las alturas.
Una vez más, eso pensaba, pero esos condenados iban preparados para lo peor. Saliendo de la puerta que en teoría debía conducir a las bodegas, cuatro tipos emergieron cargando en sus brazos una suerte de cañones en miniatura. Todos ellos fueron orientados hacia mí, abriendo fuego casi al unísono en un intento de anticipar mi trayectoria. El primer impacto me pilló completamente por sorpresa, lanzándome varios metros hacia atrás que, por otro lado, me proporcionaron la distancia necesaria para reaccionar a los otros dos proyectiles. Conseguí fintar en el aire, eludiéndolos mientras el fuego que componía mi cuerpo lamía las heridas hasta hacerlas desaparecer.
—Eso sí que no —me dije en voz baja, ganando algo de distancia antes de encarar de nuevo a los enemigos y, con un feroz movimientos de mis alas, lanzar una onda cortante que comenzó a devorar la distancia que me separaba de mi objetivo. Procuré hacerlo de forma que la longitud de la onda quedase alineada con el eje mayor de la embarcación, puesto que lo último que quería era que ésta se perdiera en el agua e hiriese por error a quienes intentábamos proteger. No tenía duda de que Octojin no tendría problema a la hora de enfrentarse a ella, pero no sucedería lo mismo con sus congéneres.
Ascendí a gran velocidad unos diez metros para, acto seguido, plegar las alas, girar sobre mí mismo y precipitarme en picado hacia el enemigo. Cunado me encontré a la altura indicada giré de nuevo, colocándome con las alas completamente abiertas y perpendicular a la superficie del mar de manera que el celeste de mis plumas se deslizó sobre la embarcación. Un profundo tajo nació allí donde mis alas tocaban la madera.
A bordo, el caos se intensificó y los gritos crecieron en número e intensidad. No fueron pocos los cañones que cayeron al mar desde ese lado al perder sus sujeciones y quedar dañada la estructura. Varios piratas se precipitaron por la borda fruto del forzado bamboleo de la nao. Si había problemas desde el fondo del mar, al menos podría intentar compensar yo desde las alturas.
Una vez más, eso pensaba, pero esos condenados iban preparados para lo peor. Saliendo de la puerta que en teoría debía conducir a las bodegas, cuatro tipos emergieron cargando en sus brazos una suerte de cañones en miniatura. Todos ellos fueron orientados hacia mí, abriendo fuego casi al unísono en un intento de anticipar mi trayectoria. El primer impacto me pilló completamente por sorpresa, lanzándome varios metros hacia atrás que, por otro lado, me proporcionaron la distancia necesaria para reaccionar a los otros dos proyectiles. Conseguí fintar en el aire, eludiéndolos mientras el fuego que componía mi cuerpo lamía las heridas hasta hacerlas desaparecer.
—Eso sí que no —me dije en voz baja, ganando algo de distancia antes de encarar de nuevo a los enemigos y, con un feroz movimientos de mis alas, lanzar una onda cortante que comenzó a devorar la distancia que me separaba de mi objetivo. Procuré hacerlo de forma que la longitud de la onda quedase alineada con el eje mayor de la embarcación, puesto que lo último que quería era que ésta se perdiera en el agua e hiriese por error a quienes intentábamos proteger. No tenía duda de que Octojin no tendría problema a la hora de enfrentarse a ella, pero no sucedería lo mismo con sus congéneres.
SAM401
SAMURAI
Ofensiva Activa
Tier 4
No Aprendida
48
2
El usuario ejecuta un poderoso movimiento con su arma lo más rápido que puede y ejerciendo todas sus fuerzas para formar un tajo con la misma presión del aire que se libera con el movimiento, emitiendo de esta forma un tajo volador que se desprende del arma hasta alcanzar los 20 metros, viajando con un +5 de [Tasa de Acierto].
Golpe Basico + [FUEx2,6] de [Daño cortante]