Airgid Vanaidiam
Metalhead
12-10-2024, 04:38 PM
Uno contra uno. Sin distracciones, en completa intimidad, sin armas y sin corazas. Solo un cuerpo enfrentándose al otro, comunicándose en un lenguaje que solo ellos dos entenderían, y es que a veces no hacían falta palabras para expresarse. Airgid seguía con aquel picor molesto en su cerebro, esa pensamiento que le decía que había algo en Ragnheidr que le faltaba por conocer, algo que sabía pero que necesitaba recordar. Y pudo notar en los ojos del semigigante cómo él también tenía sus propias inquietudes e incógnitas por resolver, cómo la miraba con una pizca de curiosidad. Esos ojos, azules e intensos... los había visto antes, hacía mucho tiempo, ¿verdad?
Su mente se perdía entre los pasillos laberínticos de su memoria, tratando de encontrar alguna chispa que le hiciera recordar mientras su cuerpo se mantenía a pie de guerra, actuando casi de manera automática. Estaba acostumbrada al combate, era una mujer entrenada y confiaba en sus habilidades referentes al cuerpo a cuerpo. Proyectó su puño con todo el poder ofensivo que pudo, pero al estar pensando en otras cosas, distraída, había olvidado un dato muy importante. Ragnheidr era un usuario de logia, su cuerpo se hacía y se deshacía en aire sin esfuerzo aparente, así que acababa de golpearle a la nada. Aprovechándose de la cercanía, Ragn atrapó el brazo que no había usado, el izquierdo, mientras notaba cómo su diestra se había quedado también inmovilizada, atrapada en el interior de Ragnheidr. Mierda, sin darse apenas cuenta había quedado completamente indefensa y a merced del semigigante. Aunque, por lo que fuera, no es que le importase demasiado.
Ahora le tocaba a ella recibir, trató de zafarse pero no pudo, y hasta Ragnheidr la avisó, así que no le quedaba otra más que resistir la hostia. Y vaya hostia. Instantáneamente se notó toda la cara caliente, pero sobre todo la zona de la nariz, donde una fina gota de sangre había comenzado a deslizarse por su piel hacia abajo. Se sentía un poco aturdida y desde luego, no muy fina, pero a la vez estaba emocionada. No sintió dolor. O mejor dicho, el dolor se había transformado en placer muy rápidamente. Incluso se podría decir que se había excitado un poco, así, con las manos inmovilizadas y a disposición de un hombre como él... no, no podía ponerse a pensar en eso, tenía que responder. Y sabía cómo hacerlo. — Yo tampoco... y he aprendido algo nuevo. — Le anticipó, justo unos instantes antes de recubrir su puño derecho en haki, el puño que se encontraba en el interior gaseoso de Ragnheidr. Su brazo se tornó oscuro y brillante, como si fuera metálico, y trató de librarse de él con un nuevo puñetazo desde el interior de su cuerpo. Pero eso no fue todo, pues también volvió su otro brazo en haki, intentando que aunque solo fuera por contacto, el cuerpo logia de Ragn se viera forzado a soltarla. Era la primera vez que se enfrentaba a alguien con las habilidades de Ragn, no sabía cómo funcionaría, si resultaría como ella había pensado. Tenía ganas de comprobarlo.