Dharkel
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12-10-2024, 07:07 PM
- Mantente al frente e intenta que no se dispersen – dijo el capitán en voz baja. Dharkel asintió en silencio y comenzó a liderar al grupo.
- ¿Escuchas eso? – Se llevó un dedo al oído y dejó un par de segundos antes de continuar, señalando lo obvio. – Son cientos de metros de caída. El cruce parece estable, pero no con esta lluvia. Podríamos perderlos a todos. Recomiendo esperar a que amaine el temporal, que descansen todo lo que puedan de momento. Cuando la situación esté más tranquila uno de nosotros podrá cruzar primero, asegurando una cuerda a ambos lados del río para ayudar al lastre a pasar de forma segura. - Tapó un cigarro con la mano para evitar que se mojase y lo encendió, esperando las instrucciones de su compañero.
- ¡Vamos, vamos! ¡No seáis holgazanes! ¡Por aquí antes de que un tigre o algo peor os saque las tripas!
Se puso en cabeza de la expedición, y observó con dificultad el cielo, dándoles algo de tiempo para volver a empaquetar los utensilios con los que había estado jugando los últimos minutos. A juzgar por la pinta de las nubes no parecía que fuesen de tormenta, por lo que se internó nuevamente en la jungla. Permanecer en las orillas del río era un peligro innecesario, especialmente si el cauce de éste se veía incrementado por la lluvia. Internarse en la jungla con peligros acechando cada pocos metros también lo era. Hay quienes le hubiesen acusado de insensato, pero no había un peligro inminente de que un rayo cayese sobre un árbol y la frondosidad de los árboles mitigaban enormemente el aguacero. No obstante, los riachuelos que se formaban en la tierra convertida en barro dificultaban a su vez el avance.
Siguiendo de memoria el mapa gracias a sus fantásticas dotes orientativas y ayudado por el lejano estruendo de la caída del agua, tras recorrer varios kilómetros sin descanso, llegaron al estrecho. Les hizo una seña a los investigadores para que parasen y permaneciesen alerta mientras él salía a explorar.
Salió de la linde de la jungla y con extremo cuidado se fue acercando poco a poco al borde. Una espléndida y aterradora catarata caía cientos de metros hacia el vacío, con toda la violencia que la naturaleza le había otorgado. Reculó un par de pasos y observó el estrecho. Varias piedras se disponían adecuadamente para poder cruzar saltando de una a otra, aunque los riesgos eran demasiado elevados. Volvió junto al grupo para informar a Silver.