Sowon
Luna Sangrienta
12-10-2024, 10:36 PM
La mujer mostró cierto desagrado ante la mención de brutos, no era un insulto pero sí mostraba bastante ingenuidad al creer que por empuñar un arma los guerreros eran meros desperdicios sin ninguna estrategia, incluso los más débiles podían resultar un fastidio si tenían un buen cerebro y por ese motivo ella jamás subestimaba a un oponente. La arrogancia del hombre de plumas no llegaba a irritarle, simplemente le veía como un polluelo recién salido de un cascarón, uno que lo pasaría realmente mal si seguía subestimando sus alrededores. Aunque si algo le irritó e hizo cambiar su semblante fue la mención del engaño, incluso el gato en su cabeza erizó su pelaje como mero reflejo ante lo que había sucedido. La mujer se había detenido, su rostro de apacible se convirtió en una sonrisa desencajada a la que incluso algunas venas decoraban en la frente y su mirada pasó de ser un hermoso oasis a un infierno que incluso tomaba algo de fuego para manifestarse. Imponente, intimidante, como si hubieran hecho cosquillas a un dragón dormido y ahora simplemente bastase un soplido para terminar como carne de cañón. Sowon no había dicho ninguna palabra, pero su apariencia bastaba para reflejar un fuerte repudio y una profunda desaprobación a las palabras que habían llegado hasta sus oídos, finalmente rugió en una voz mucho menos amable que la que tuvo hasta esos momentos.
—Plumitas, por tu bien espero que nunca te atrevas a usar esos "métodos" conmigo, porque si llego a enterarme que me has intentado utilizar de alguna manera o decides mentirme sobre algo tu túnica será el menor de tus problemas cuando esa cabeza caiga al suelo. Soy alguien bastante amable, pero los mentirosos son un caso especial...—
Masculló con cierto desagrado antes de volver a su tarea, ignorando lo que su compañero decidiera hacer, después de todo necesitaba relajarse antes de que un impulso le obligase a desenfundar. No tuvo que aguardar mucho para que algo sucediese, en especial porque su compañero hacía tanto drama por aquella túnica que incluso si los bandidos hubieran salido huyendo ya estarían regresando. Levantó sus hombros despreocupada, mientras presenciaba la escena, si algo tenía Sowon era poder juzgar bastante bien a los mentirosos y supuso que aquello era parte de algún plan.
—No seré parte de esto plumitas, simplemente voy a mirar... Tsch, espero que no sean solo mentiras lo que sale de tu boca porque en este lugar de nada sirve saber hablar o ser un pirata. En estas tierras, la ley es inexistente y la justicia es lo que tu propia mano pueda realizar, al menos mientras la marina tenga cosas más importantes.—
Comentó mientras se sentaba sobre unas cajas y comenzaba a jugar con el gato en su cabeza, ignorando por completo que los bandidos que les habían estado siguiendo se habían acercado. Sutilmente analizó a ambos, uno parecía tener una lanza y el otro al menos tenía un cuchillo en la cintura, pero juzgando su apariencia eran simples hormigas lejos de su nivel. A lo mejor eran dos bandidos solitarios, de aquellos que desertaban tras la muerte o captura de algún jefe que les organizaba, sin un cerebro que coordinase sus acciones eran simples esbirros buscando su muerte. Una vida que solo merecían los cobardes, incapaces de labrar un futuro lejos de una vida que otros les había impuesto.
—Parece que solo son dos hormigas, espero ver un buen show, si no tuviera que supervisar esta escena ya estaría cobrando por los cinco gallos que hay detrás de estos barriles. Dales una paliza plumitas y hazme sentir orgullosa por no haberte roto la cabeza cuando tuve oportunidad...—
Bromeó con su habitual lenguaje, no le había perdonado por ser un manipulador pero tampoco tenía una razón visible para eliminarle, no le importaba si era un manipulador con otros siempre que tuviera la decencia de serle honesto a ella. A la Oni nunca le había importado si alguien mentía a otra persona, incluso si lo hacían frente a ella, el problema era cuando se lo hacían a ella o buscaban abusar de su aparente buena predisposición.
—Plumitas, por tu bien espero que nunca te atrevas a usar esos "métodos" conmigo, porque si llego a enterarme que me has intentado utilizar de alguna manera o decides mentirme sobre algo tu túnica será el menor de tus problemas cuando esa cabeza caiga al suelo. Soy alguien bastante amable, pero los mentirosos son un caso especial...—
Masculló con cierto desagrado antes de volver a su tarea, ignorando lo que su compañero decidiera hacer, después de todo necesitaba relajarse antes de que un impulso le obligase a desenfundar. No tuvo que aguardar mucho para que algo sucediese, en especial porque su compañero hacía tanto drama por aquella túnica que incluso si los bandidos hubieran salido huyendo ya estarían regresando. Levantó sus hombros despreocupada, mientras presenciaba la escena, si algo tenía Sowon era poder juzgar bastante bien a los mentirosos y supuso que aquello era parte de algún plan.
—No seré parte de esto plumitas, simplemente voy a mirar... Tsch, espero que no sean solo mentiras lo que sale de tu boca porque en este lugar de nada sirve saber hablar o ser un pirata. En estas tierras, la ley es inexistente y la justicia es lo que tu propia mano pueda realizar, al menos mientras la marina tenga cosas más importantes.—
Comentó mientras se sentaba sobre unas cajas y comenzaba a jugar con el gato en su cabeza, ignorando por completo que los bandidos que les habían estado siguiendo se habían acercado. Sutilmente analizó a ambos, uno parecía tener una lanza y el otro al menos tenía un cuchillo en la cintura, pero juzgando su apariencia eran simples hormigas lejos de su nivel. A lo mejor eran dos bandidos solitarios, de aquellos que desertaban tras la muerte o captura de algún jefe que les organizaba, sin un cerebro que coordinase sus acciones eran simples esbirros buscando su muerte. Una vida que solo merecían los cobardes, incapaces de labrar un futuro lejos de una vida que otros les había impuesto.
—Parece que solo son dos hormigas, espero ver un buen show, si no tuviera que supervisar esta escena ya estaría cobrando por los cinco gallos que hay detrás de estos barriles. Dales una paliza plumitas y hazme sentir orgullosa por no haberte roto la cabeza cuando tuve oportunidad...—
Bromeó con su habitual lenguaje, no le había perdonado por ser un manipulador pero tampoco tenía una razón visible para eliminarle, no le importaba si era un manipulador con otros siempre que tuviera la decencia de serle honesto a ella. A la Oni nunca le había importado si alguien mentía a otra persona, incluso si lo hacían frente a ella, el problema era cuando se lo hacían a ella o buscaban abusar de su aparente buena predisposición.